OJ Simpson se portaba bien con los fans mientras vivía en Las Vegas
Actualizado April 12, 2024 - 11:48 am
Conocí a O.J. Simpson dos veces en Las Vegas. No supe cómo manejar el primer encuentro. Y lo mismo me ocurrió con el segundo.
Simpson, que murió de cáncer a los 76 años el jueves en Las Vegas, asistió al partido inaugural de Las Vegas Aviators en Las Vegas Ballpark en 2019. Estaba en el bar, rodeado de un grupo de curiosos en busca de selfies. Le tomé unas cuantas fotos mientras lo fotografiaban. Me abrí paso hasta él, le di la mano, me presenté y le dije: “Recuerdo tu último partido en Candlestick Park, cuando los Niners ganaron a Tampa Bay y los fans se volvieron locos”.
“Siempre he sido de la Bay Area”, me dijo.
No tengo ni idea de por qué se me ocurrió mencionar ese partido, aunque sí recordaba la última temporada de Simpson en San Francisco y la victoria sobre los Bucs. Pero conocerlo, intercambiar algunas palabras, fue inquietante.
Un bertender me preguntó si quería una foto con The Juice. Le dije: “No, gracias, estoy aquí por el béisbol”. Una docena de fans esperaban esa oportunidad.
From April 9, 2019, O.J. Simpson w/ fans @thelvballpark … @reviewjournal pic.twitter.com/KfOQJuguyQ
— John Katsilometes (@johnnykats) April 11, 2024
Más tarde supe por Don Logan, GM de los Aviators, que Simpson había asistido a una docena de partidos de los Aviators, la mayoría en la primera temporada. El veterano del béisbol dijo de la leyenda: “Siempre era muy agradable y el personal disfrutaba teniéndolo en el bar porque daba generosas propinas”.
Simpson jugó al golf en el Canyon Gate Country Club y en el Arroyo Golf Club, los campos públicos del Red Rock Country Club, donde durante un tiempo vivió al parecer en una finca rentada. Funcionarios de ambos clubes no hicieron comentarios sobre la estancia de Simpson en sus campos ni sobre su muerte.
Al parecer, Simpson también residió durante un par de años en el Canyon Gate Country Club, hasta hace aproximadamente un año. También habría pasado tiempo en el club de golf Rhodes Ranch, donde su hijo Jason tiene una casa. Simpson desayunaba a menudo en Ranch House Grille, donde el personal le proporcionaba esencialmente privacidad.
Simpson visitaba con frecuencia Jing y Grape Street Wine Bar, en el centro de Summerlin.
El fundador y chef de Grape Street, John McKibben, dijo que su bar fue la primera parada de Simpson cuando salió en libertad bajo fianza por su condena en el caso del robo de Palace Station en septiembre de 2007. “El personal decía: ‘¡O.J. está ahí fuera! Y yo decía: ‘¡Qué! ¿No estaba tras las rejas?”.
Simpson se convertiría en un visitante habitual de Grape Street, pidiendo un par de martinis de ginebra Bombay Sapphire y codeándose con los invitados.
“Obviamente, había gente a la que no le caía bien y decía: ‘Que se j—-‘. Pero la mayoría de la gente quería tomarse fotos con él y estrecharle la mano”, dijo McKibben. “Así era O.J., le gustaba ser el centro de atención. No tenía ningún problema en reunirse con la gente”.
O.J. Simpson, the ex-NFL running back who was acquitted in what became known as the “Trial of the Century,” died Wednesday in Las Vegas at age 76, according to a statement from his family.
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Simpson incluso charló largo y tendido con la madre de McKibben, Judith, que era una gran fan de los Bills y vivía en Buffalo. “No lo podía creer”, dijo McKibben. “Acabaron hablando durante dos horas”. Simpson maravilló a la familia regalándoles jerseys de USC y de los Buffalo Bills.
Simpson fue un pararrayos de atención en el Strip. En junio de 2021, llegó a un acuerdo con el Cosmopolitan de Las Vegas, sobre una demanda por difamación que presentó en 2019 después de que los medios de comunicación reportaran que el extalento del fútbol americano estaba “borracho y se volvió disruptivo” en el bar Clique del hotel-casino el 8 de noviembre de 2017.
La última vez que vi a Simpson fue hace un par de años mientras almorzaba con un amigo en Grape Street. Simpson estaba de pie en una mesa alta cerca del bar y pasaba repetidamente por delante de nuestra mesa, cerca de las puertas que dan al patio.
Vestido con una camiseta de golf y una visera, Simpson hablaba enérgicamente por el celular y entró y salió del restaurante varias veces.
En su última pasada nos dijo: “Siento entrar y salir así”. Dicho por cualquier cliente habitual, no sería nada del otro mundo. Pero como era O.J., no se puede olvidar.