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EDITORIAL: El presidente promulga una legislación bipartidista sobre la quema de basura

El presidente Joe Biden está tan desesperado por conseguir logros políticos de cara a las elecciones de mitad de mandato que ha empezado a presumir de la caída de los precios de la gasolina, aunque siguen siendo un 70 por ciento más altos que cuando tomó posesión. Recientemente, también ha pregonado una tasa de inflación estática, a pesar de que el indicador económico ha subido cada dos meses desde su presidencia.

El señor Biden ganó el cargo prometiendo ser un unificador, un líder que se acercaría al otro lado del pasillo en busca de un compromiso bipartidista. Podría mejorar su suerte política destacando raros ejemplos de cómo ha mantenido esa promesa. Uno de ellos tomó lugar esta semana, cuando el presidente promulgó una ley para proporcionar atención médica a los veteranos que estuvieron expuestos a los llamados “pozos de fuego”.

El proyecto de ley es la mayor ampliación de las prestaciones a los veteranos en tres décadas, según The New York Times. Establece una previsión de 280 mil millones de dólares en los próximos 10 años para tratar a los miembros del servicio que estuvieron expuestos a vertederos tóxicos en los que los militares quemaron productos químicos, neumáticos, plásticos y otros residuos en las bases militares. Algunos veteranos han atribuido dolencias posteriores -incluido el cáncer- a los vertederos.

Pero sin un vínculo científico directo que conecte las fosas de combustión con diversas enfermedades, la Administración de Veteranos ha sido propensa a denegar las prestaciones por incapacidad basadas en tales reclamaciones. Según la legislación, los veteranos que sirvieron en Irak, Afganistán y otras zonas de guerra “recibirán un estatus presuntivo para 23 enfermedades respiratorias y cánceres, acelerando el proceso para recibir las prestaciones”, informó el Military Times.

“Aunque nunca podremos saldar totalmente la enorme deuda que tenemos con quienes han llevado el uniforme, hoy el Congreso de Estados Unidos ha tomado medidas importantes para cumplir esta sagrada obligación”, dijo el señor Biden en un comunicado. La legislación, dijo, “podría ser la diferencia entre la vida y la muerte para muchos que sufren enfermedades relacionadas con los tóxicos”.

El proyecto de ley fue aprobado por el Senado, por 86 a 11, aunque no sin controversia. Algunos republicanos expresaron su preocupación por los costos a largo plazo, ya que prácticamente todos los veteranos estarán cubiertos por la ley. El lenguaje de la medida llevó a algunos senadores del GOP (Partido Republicano) a preocuparse por la posibilidad de que se crearan, bajo la égida de la legislación, diversos programas y gastos no relacionados con la exposición a la quema. Estas preocupaciones no son frívolas. El Congreso debe proteger a los contribuyentes garantizando una supervisión adecuada.

Sin embargo, al final, el gobierno tiene una obligación con los veteranos que sirvieron a este país y con las familias que los apoyaron. El proyecto de ley es una respuesta compasiva a un problema real, y ofrece pruebas de que existe un punto intermedio para que los demócratas y los republicanos del Congreso atraviesen cuestiones de importancia.

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