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EDITORIAL: ¿Parroquialismo político? En Henderson, por supuesto

Henderson es la segunda ciudad más grande de Nevada. Ya es hora de que quienes dirigen el lugar empiecen a actuar como tal.

Briana Erickson, del Review-Journal, reveló esta semana que la jefa de la Policía de la ciudad, Hollie Chadwick, intervino para proteger a tres agentes que enfrentaban el despido por encubrir un delito y falsificar un reporte de investigación. El anterior jefe de policía había recomendado el despido de los agentes, pero la señora Chadwick les impuso medidas disciplinarias leves y los readmitió tras un permiso retribuido que costó a los contribuyentes casi 400 mil dólares.

El incidente tuvo su origen en un caso de una presunta conducción bajo la influencia de sustancias (DUI) en 2021 en el que estuvo implicada una de los agentes.

Los policías son humanos y cometen errores. Pero también se les confían grandes poderes para ayudar a mantener la paz. Los agentes que comprometen la integridad de su profesión con mentiras y engaños no son aptos para servir al público. No hace falta decirlo.

Sin embargo, durante una reunión del Concejo Municipal de Henderson celebrada el martes, los miembros de la clase política de la ciudad restaron importancia a las revelaciones e intervinieron en favor del departamento.

“Quiero elogiar a la jefa Chadwick por el trabajo que ha realizado durante el último año para resolver los problemas pendientes y hacer algunos cambios significativos en el departamento”, dijo efusivamente la alcaldesa Michelle Romero. “Sé que se preocupa profundamente por los miembros y su reputación, y la apoyo plenamente a ella y a los miembros de este departamento de policía”.

El administrador municipal, Richard Derrick, retomó el tema. “Siga aprovechando el impulso positivo”, dijo a la señora Chadwick, “y sepa que su excepcional trabajo es apreciado”.

En la mayoría de las jurisdicciones, la noticia de que agentes acusados de traicionar sus placas enfrentaron solo consecuencias mínimas podría desencadenar un examen en toda regla de los procedimientos y prácticas del departamento. Pero en el mundo insular de la política de Henderson, esas noticias solo traen más encubrimiento por parte de los dirigentes de la ciudad, que se muestran alegremente indiferentes ante el hecho de que miembros de las fuerzas del orden que se comportaron de una manera impropia de su profesión sigan en el cuerpo de policía.

Los funcionarios de Henderson tienen un largo historial de preferir las sombras cuando se trata de las leyes de reuniones y registros abiertos. El departamento de policía también ha sido objeto de numerosas polémicas en los últimos años. En última instancia, corresponde a los votantes responsabilizar a los funcionarios electos de la ciudad por crear y tolerar un clima en el que la transparencia se considera un peligro incómodo para la clase dirigente.

Hasta que lo hagan, es de esperar que quienes están a cargo sigan actuando como si dirigieran un remanso parroquial en lugar de una gran ciudad de Nevada de casi 350 mil habitantes.

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