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EDITORIAL: el Congreso debe hacer lo correcto respecto a los refugiados afganos

La caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán es una de las muchas manchas en el irregular historial de la administración Biden. El hecho de que desde entonces esta nación haya dado la espalda a los afganos que ayudaron a las tropas de Estados Unidos solo empeora el asunto.

Pero esta injusticia tiene remedio.

Desde que los talibanes retomaron el control de Afganistán hace más de dos años, Estados Unidos ha acogido a más de 80 mil refugiados del país. Algunos se han trasladado al sur de Nevada.

Pero el programa humanitario que les permitió venir aquí solo les proporciona protección temporal y ningún camino hacia la residencia permanente. Además, miles de afganos que ayudaron en el esfuerzo bélico estadounidense siguen en peligro en su país de origen, incapaces de sortear la burocracia y huir a Estados Unidos. Ellos y sus familias son blanco de las represalias de los brutales talibanes.

“Ayudar a estos afganos significaría para otros aliados que Estados Unidos no abandona a sus amigos”, escribió Sierra Dawn McClain en el Wall Street Journal esta semana. “Y lo que es más importante, ayudaría a saldar la deuda moral que Estados Unidos contrajo con su fallida retirada”.

En julio, un grupo bipartidista de senadores volvió a presentar la Ley de Ajuste Afgano, que se había estancado en el Congreso. Según informa The New York Times, “les permitiría a los afganos que gozan de libertad condicional humanitaria a corto plazo -que suele durar dos años- solicitar un estatuto legal permanente si se someten a una investigación adicional, incluida una entrevista”.

El proyecto de ley original se topó con obstáculos, principalmente por parte de los republicanos, debido a problemas de seguridad relacionados con inmigrantes que no habían sido examinados adecuadamente y a la falta de transparencia del proceso por parte del Departamento de Seguridad Nacional.

La versión actualizada del proyecto de ley aborda esas preocupaciones y se ha ganado un importante apoyo de los republicanos. Sin embargo, el Congreso sigue distraído por diversos problemas, el más reciente de los cuales es el cierre del Gobierno. Mientras tanto, la falta de certidumbre para muchos refugiados que se encuentran actualmente en Estados Unidos les imposibilita echar raíces y disuade a los empleadores de contratarlos.

Es cierto que, tras nuestra retirada de Afganistán, hubo problemas con el proceso de investigación de antecedentes y algunos indeseables se aprovecharon de ello. Pero, como señaló Farah Stockman, columnista del Times, la legislación en cuestión es “una de las formas más prometedoras de garantizar que los evacuados sean rigurosamente investigados”. La legislación exige un control adicional para quienes soliciten la residencia permanente”.

La Ley de Ajuste Afgano ofrece a los miembros del Congreso la oportunidad de demostrar a los votantes que pueden unirse por una causa importante. Deberían aprobar la ley este año. No debemos dar la espalda a quienes desinteresada y valientemente ayudaron a este país.

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