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EDITORIAL: Propuesta de acuerdo sobre tarjetas de crédito inquieta a progresistas

Dos gigantes de las tarjetas de crédito acordaron una fusión la semana pasada, y los suspicaces habituales sacaron sus himnarios progresistas y echaron mano de sus sales aromáticas. Es mucho ruido y pocas nueces.

El 19 de febrero, Capital One anunció la compra de Discover Financial Services por 35 mil 300 millones de dólares. Por el momento no está claro cómo se verán afectados los productos que ofrece cada empresa. El acuerdo daría a Capital One, que ya tiene acceso al sistema de Visa y Mastercard, la posibilidad de usar también la red de Discover. Los partidarios del acuerdo señalan que esto presionaría a Visa y Mastercard para que reduzcan las comisiones que cobran a los comerciantes por cada transacción con tarjeta de crédito.

Pero los izquierdistas tienen una animadversión inherente hacia las empresas en general y, en particular, hacia las fusiones empresariales. La senadora demócrata de La Habana Elizabeth Warren arremetió contra el acuerdo en X y exigió la intervención del gobierno federal para impedir la adquisición.

“La fusión de @CapitalOne y @Discover amenaza nuestra estabilidad financiera, reduce la competencia y aumentaría las comisiones y los costos del crédito para las familias estadounidenses”, afirmó Warren en las redes sociales. “Este acuerdo de Wall Street es peligroso y perjudicará a la gente trabajadora”.

Es cierto que una deuda significativa –en particular los intereses de las tarjetas de crédito– puede ser un lastre para el éxito financiero. Pero la supuesta preocupación de la senadora Warren por “los trabajadores” y “nuestra estabilidad financiera” es digna de risa. Antes de que se dirija en limusina al Departamento de Justicia para insistir en que los abogados del gobierno pongan sus manos alrededor de las gargantas de un acuerdo que pudiera aumentar la competencia en la industria, tal vez debería abordar su propio papel en la lucha de la nación con los “costos del crédito”.

La deuda nacional zumba por encima de los 34 billones de dólares, más del doble de donde estaba (16.2 billones) cuando la senadora Warren fue elegida hace menos de 12 años. Los intereses anuales de la deuda pronto superarán los gastos anuales de defensa de la nación. Aunque la adicción a gastar el dinero de otros es una enfermedad bipartidista, ella y sus compañeros progresistas rara vez han encontrado un programa de gasto que no pudieran aceptar.

La senadora Warren abordaría el problema confiscando más dinero de “los ricos”, solo como un adicto a las compras que ha llegado al límite de sus tarjetas de crédito preferiría abrir otra fila de crédito en lugar de abordar su problema subyacente.

El acuerdo Capital One-Discover no creará un monopolio. Según reporta The Wall Street Journal, la empresa combinada sería la tercera emisora de tarjetas de crédito del país, por detrás de Chase y American Express. No hay indicios de que esta operación lleve a la nueva empresa a subir las tasas de interés, ya que la industria cuenta con muchos actores que buscan atraer a los consumidores.

La senadora Warren alardea de los “costos del crédito para las familias estadounidenses”. Un niño nacido en 2023 tendrá una participación de 78 mil 89 dólares de la deuda nacional. Necesita trabajar en sus prioridades.

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