EDITORIAL: Los pequeños son arrollados en el power play demócrata
Los demócratas suelen afirmar que son el partido del “pequeño”. Excepto, por supuesto, cuando es el momento de elegir entre el “hombre pequeño” y sus benefactores Big Labor.
La semana pasada, el Comité Interino de Finanzas de la Legislatura, controlado por la mayoría demócrata, se negó a aprobar formalmente un gasto de 58 millones de dólares para cubrir los aumentos del personal de apoyo en el Distrito Escolar del Condado Clark. El término se refiere a los conductores de autobús, conserjes, trabajadores de la cafetería, personal de oficina y otros empleados del distrito peor pagados. La “gente pequeña”, por así decirlo.
Los legisladores ya habían reservado el dinero como parte del proyecto de ley del Senado 231, aprobado durante la sesión de 2023. El Comité Interino de Finanzas (IFC) -que se reúne cuando la Legislatura está entre las sesiones bienales- por lo general aprobaría la solicitud para financiar los aumentos salariales.
Pero el distrito escolar está inmerso en una disputa contractual con la Asociación de Educación del Condado Clark sobre los ajustes de compensación para los maestros. Muchos demócratas en la Legislatura apoyan vocalmente el sindicato. La líder de la mayoría en el Senado, Nicole Cannizzaro, y el portavoz de la Asamblea, Steve Yeager, ambos demócratas por Las Vegas, le han pedido al superintendente Jesús Jara renunciar porque no cederá a las demandas de la asociación y ha amenazado con repercusiones si los maestros incumplen la ley estatal y van a la huelga.
Como presidenta de la IFC, le correspondió a la asambleísta Daniele Monroe-Moreno, demócrata por North Las Vegas, cumplir las órdenes de sus superiores. La asambleísta pospuso indefinidamente los aumentos para el personal de apoyo porque, en su opinión, la solicitud de fondos del distrito estaba “incompleta”, ya que no incluía más dinero para los maestros, a pesar de que la ley no exige que los aumentos para el personal de apoyo estén vinculados al sueldo de los maestros.
La débil explicación de la señora Monroe-Moreno sobre su imitación del Grinch fue una distracción para ocultar lo que realmente ocurrió: Los conductores de autobús, los conserjes y las cocineras se convirtieron en daños colaterales de la mezquina batalla librada por los legisladores demócratas para presionar al señor Jara para que cumpliera las exigencias de la asociación.
Nada de esto debería sorprender. Los legisladores demócratas llevan décadas apoyando al sistema educativo, bloqueando sistemáticamente las reformas destinadas a mejorar el rendimiento y la responsabilidad en las escuelas públicas del estado. A cambio, los grupos sindicales aportan generosas contribuciones a la campaña.
El Comité Interino de Finanzas no volverá a reunirse hasta el año próximo. En algún momento aprobará los aumentos para el personal de apoyo, tal vez con carácter retroactivo. Pero el retraso causará dificultades a muchos trabajadores que contaban con el dinero extra en sus nóminas, sobre todo durante las vacaciones. Sin duda, los demócratas esperan que estos trabajadores despechados dirijan su ira contra el señor Jara. En cambio, deberían recordar este desaire el próximo día de las elecciones.
