Una victoria de DeSantis sigue siendo un escenario plausible. No es de extrañar que Trump quiera declarar que la carrera ha terminado cuando en realidad solo acaba de empezar.
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Trump cancela la presentación programada de evidencia “irrefutable” de fraude.
Hunter Biden se dirige a un juicio penal a medida que se calienta la campaña presidencial.
El multimillonario Trump usa las arcas de su campaña para financiar su defensa legal.
Misión imposible.
Sin consecuencias, la delincuencia aumenta.
No es generosidad que alguien te dé algo que debería pertenecerte.
Un número histórico de estadounidenses no quiere ni a Trump ni a Biden en 2024.
Los demócratas de Nevada rechazan fondos adicionales para Becas de Oportunidad, que ayudan a familias de bajos ingresos.
Por más que quiero hablar de otra cosa, los políticos no me dejan. La ONU no deja de meter la pata (ahora pretenden aceptar el sexo entre un adulto y un menor que lo consienta); el famoso DeSantis, gobernador de Florida, quiere, quizás de buena fe, parar el adoctrinamiento de nuestros niños en las escuelas. Mientras tanto, los sexólogos no dan la cara para defender a niños y adolescentes que están, junto a gran parte de la sociedad, más perdidos que el hijo de Lindbergh.
Es difícil tomar en serio los gritos de pobreza de los maestros una vez que conoces sus salarios.
Día de la Marmota: Trump es acusado de nuevo.
El acuerdo de culpabilidad de Hunter Biden deja más preguntas que respuestas.
La confusión nubla el futuro de Twitter cuando Musks cambia el nombre de la red social y el logo tres veces.
La senadora Dianne Feinstein parece confundida durante una votación del comité del Senado.