Las muertes por fentanilo disminuyen, pero las historias son trágicas
Dos personas yacían inconscientes en el piso de la desvencijada vivienda. Solo una podía respirar, aunque débilmente.
“¿Qué drogas; qué drogas tomaron?”, grita un agente del Departamento de Policía Metropolitana en el video captado por las cámaras corporales durante el incidente del 27 de agosto.
“Creo que fue fentanilo”, responde alguien.
La Policía Metropolitana había acudido esa tarde al encuentro de tres personas que estaban a punto de convertirse en las más recientes víctimas que sucumben al fentanilo, el opioide sintético que está matando cada vez más a un número alarmante de estadounidenses. Los tres fueron salvados, dijo la policía.
Los agentes, que administraron el antídoto Narcan para salvar vidas, fueron informados de que el trío había consumido cocaína que, según se determinó posteriormente, estaba mezclada con fentanilo, que se dice que es mucho más potente que la morfina.
Cuando promocionó las dramáticas imágenes un mes más tarde, el departamento destacó una estadística asombrosa: el Equipo de Respuesta a las Sobredosis -un grupo de trabajo multiinstitucional creado en plena crisis del fentanilo en 2021- acababa de responder a seis presuntas sobredosis mortales en las 36 horas anteriores. La policía dijo que la droga sintética era la presunta culpable de al menos cuatro de ellas.
Aunque es angustioso, el número no tiene precedentes, señaló el capitán de la Policía Metropolitana Branden Clarkson. Un año antes, el Distrito de Salud del Sur de Nevada, por ejemplo, reportó cinco muertes en un lapso de 24 horas.
Pero el valor de conmoción del video de sobredosis de septiembre fue intencional, dijo un portavoz de la policía.
La difusión de mensajes en televisión, internet y vallas publicitarias por todo el valle podría estar dejando huella en el número de muertes en el Condado Clark, al menos hasta mediados de septiembre, cuando las 144 muertes relacionadas con el fentanilo en el Condado Clark representaron un descenso del 19 por ciento respecto al mismo periodo de 2021, según las estadísticas policiales.
En lo que va de año, ha habido 513 muertes por sobredosis en el Condado Clark por todos los estupefacientes combinados, un descenso del 20 por ciento.
Mientras tanto, el fentanilo incautado por las autoridades en todo el valle se ha disparado un 120 por ciento, dijo Clarkson. Se trata de unas 83 libras de la sustancia en polvo, o unas 50 mil píldoras falsificadas.
El año pasado se reportaron un total de 801 muertes por sobredosis en el condado, la cifra más alta desde al menos 2015, cuando el fentanilo solo estaba relacionado con 16 muertes.
‘Barata, ampliamente disponible y altamente adictiva’
A diferencia de las anteriores crisis de las drogas -cocaína y posteriormente epidemias de opioides con receta-, se dice que el fentanilo está matando a víctimas desprevenidas. Los cárteles mexicanos cortan la sustancia en píldoras de prescripción falsificadas que hacen pasar por píldoras azules de oxicodona M30, según las autoridades.
Un lote malo puede incluir pastillas prensadas con poco fentanilo, mientras que otras tienen cantidades mortales. Tan solo dos miligramos del opioide pueden ser mortales.
Cada vez más, según las autoridades, el opioide sintético se abre paso en una plétora de otras drogas, como la metanfetamina y la cocaína, como la que consumían las víctimas en el video de la Policía Metropolitana.
Los consumidores pueden obtener un “buen resultado, o te va a matar”, dijo Clarkson, afirmando que “asusta”.
“Es barata, está ampliamente disponible y tiene una naturaleza muy adictiva”, dijo Kevin Adams, agente especial adjunto a cargo de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en Nevada. “Así que creo que han calculado que es la clave del negocio, perder algunos clientes mientras muchos otros se enganchan”, dijo sobre los traficantes.
El Equipo de Respuesta a las Sobredosis está formado por la policía local, la DEA, la oficina forense del Condado Clark y el Distrito de Salud. Busca tendencias y cada vez presenta más cargos de asesinato contra los traficantes que supuestamente han causado la muerte de alguien.
La disuasión y la educación son cruciales para resolver la crisis, dijo Adams. “Es la única manera de tener éxito en la batalla actual”.
“Creo que ha sido muy difícil ver un día de televisión y no escuchar algún tipo de advertencia sobre el fentanilo”, dijo. “Es muy difícil conducir y no ver una valla publicitaria en algún lugar que hable de los peligros de las pastillas falsificadas con fentanilo”.
Una larga historia
El fentanilo, inventado por primera vez en 1959, encontró un mercado legal para aliviar el dolor intenso de algunos pacientes médicos, según la DEA.
Hace aproximadamente una década, se abrió paso -de contrabando- en el mercado negro. Las empresas mexicanas de la droga, en concreto el cártel de Sinaloa y el cártel de Jalisco Nueva Generación, importan los productos químicos de China y los prensan en pastillas en laboratorios clandestinos, y luego se trafican a través de la frontera de Estados Unidos.
Los envíos detectados en Nevada proceden de las vecinas California y Arizona, dijo Adams. El estado es un “lugar importante del país” para el consumo y el transporte. Los arrestos incluyen a sospechosos vagamente asociados con los cárteles, e incluyen a otros traficantes independientes que venden las pastillas en redes sociales, dijo.
“Tu hijo adolescente puede estar sentado en una mesa frente a ti en una aplicación de redes sociales y realizar una transacción de drogas”, dijo Adams.
El total de muertes por sobredosis superó las 100 mil en Estados Unidos por primera vez en 2021, según las cifras provisionales de los Centros de Control de Enfermedades, y las 107,622 muertes reportadas, en su mayoría por opioides como el fentanilo, representaron un aumento del 15 por ciento respecto al año anterior.
Las estadísticas muestran que la epidemia, en su mayor parte, no ha discriminado en función de la raza, el sexo, la edad y las condiciones socioeconómicas. Sin embargo, en Nevada, el aumento del 120 por ciento del total de sobredosis mortales entre los latinos de 2019 a 2020 se debió sobre todo al fentanilo y en gran medida al grupo demográfico de hombres jóvenes, según un análisis de los CDC y la Universidad de Reno.
Abby White, 22 años
En una selfie, la joven madre de Las Vegas mira fijamente a un lado. El marco se ve acentuado por su cabello verde claro.
El retrato de Abby White fue uno de los primeros que se expusieron en un monumento conmemorativo en la sede de la DEA en Virginia.
La sección del museo tiene “foto tras foto tras foto, pared tras pared tras pared, de niños hermosos, personas hermosas” que han muerto por sobredosis, le dijo su madre, Tiffany White, al Review-Journal.
Abby, una cosmetóloga conocida por su apodo, “Pinks”, sufrió una sobredosis de fentanilo en 2018. Luchando por su vida, en coma, se despertó después de que su madre le susurrara “cuánto te amo, por favor no te vayas”, dijo Tiffany White.
White dijo que la experiencia dejó a su hija con dolencias físicas, pero Abby se dedicó a enderezar su vida, y más tarde dio a luz a un niño.
Entonces llegó el aislamiento de la pandemia. Las sesiones de terapia se trasladaron a internet y ya no fueron lo mismo.
Después de cenar en casa de su madre el 12 de mayo de 2020, Abby subió a dormir. Parecía agotada, dijo su madre.
Tiffany White descubrió más tarde que su hija había tomado lo que creía que era un Xanax en sustitución de un somnífero que se le había acabado debido a los retrasos relacionados con la pandemia. Abby murió unos minutos después.
“Fue así de rápido”, dijo la madre. “Solo espero que no haya sufrido, pero me dicen que simplemente se durmió”.
Desde entonces, Tiffany White se ha dedicado a concienciar sobre el fentanilo y a eliminar el estigma de la adicción.
Siempre recordará los peinados multicolores de Pinks, sus dotes artísticas y lo “súper inteligente y muy amada” que era.
Abby White perdió a una amiga por sobredosis antes de su muerte. En el plazo de un año, otras cuatro sufrieron el mismo destino, dijo Tiffany White.
Escuchar las seis muertes recientes en 36 horas alteró a la afligida madre. Dijo que siente “completa tristeza por esas familias”, pero también está enfadada.
“Al mismo tiempo que me disgusta, me enardece”, añadió. “Debo hacer más, debemos tener más educación; debemos tener mejor ayuda ahí fuera”.
