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Liftoff despega: La nueva atracción de Area15 tiene vistas al Strip y más allá

La anticipación flota en el aire; no, espera, es nuestro aliento el que vemos suspendido ante nosotros. Está frío, pero las cosas se están calentando.

“Es como esperar los fuegos artificiales”, observa una mujer rubia abrigada frente a Area15 el miércoles por la noche, referenciando a la sensación del 4 de julio.

Los fuegos artificiales no tardan en llegar, con una pirotecnia que echa chispas para contrarrestar el frío nocturno impulsado por el viento. Y con eso, llega lo mejor.

Los guías con goggles nos guían. El obelisco iluminado nos llama, acunado en una torre de acero entrecruzada con agujas iluminadas. Liftoff está listo para el despegue.

Es miércoles por la noche, y la nueva atracción de globos al aire libre de Area15 está teniendo su lanzamiento oficial.

Piensa en ello como una “Vuelta al mundo en 80 días” steampunk, con cócteles artesanales y vistas panorámicas de 360 grados del Strip en lugar de un vuelo transcontinental.

En la base de la atracción hay un bar temático que parece una guarida perdida en el desierto para los aviadores perdidos.

Aquí hay antigüedades: Una máquina de escribir descansa sobre una mesa; hay enciclopedias esparcidas por todas partes, un guiño a aquellos días perdidos de la investigación manual, cuando aprender el género de un avestruz no era tan sencillo como pulsar el botón de Google en la máquina de internet.

¿El objetivo?

Hacer que el pasado se sienta indivisible del presente.

“Se pretende evocar el último lugar en el que algunos aeronautas y astronautas bebieron y soñaron con construir una torre”, explica Michael Beneville, director creativo de Area15, dirigiéndose a la multitud mientras Liftoff da la bienvenida a sus primeros pilotos. “Y lo hicieron”.

Con bebida en mano, es hora de embarcarse.

Construyendo un misterio

Recuerda estar en este espacio cuando solo era eso: un espacio abierto.

Michael Beneville recuerda que hace años inspeccionó con Winston Fisher, director general de Area15, el terreno que en aquel entonces era baldío y que acabaría convirtiéndose en Area15.

“Winston y yo nos plantamos en este terreno estacionados con nuestros dos equipos respectivos, era un terreno vacío que se extendía desde la autopista hasta Palace Station, y pensamos: “¿Qué podríamos poner aquí?”, dice Beneville, vestido con un traje plateado brillante como una bola de discoteca. “Esto nació de su proximidad al Strip, pero que es el otro lado de la luna en cuanto al flujo natural de tránsito de un visitante.

“¿Qué les haría cruzar la autopista?”, continúa. “Y pensamos que lo único que lo haría sería una curiosidad geunina sobre: “¿Qué demonios es eso?”.

Area15 se construyó sobre este tipo de preguntas abiertas.

Desde su apertura en septiembre de 2020, el complejo ha contado con una serie de atracciones, como la experiencia artística inmersiva Omega Mart de Meow Wolf y el sinuoso laberinto de alcohol que es Lost Spirits, que dejan deliberadamente algo a la imaginación, que mantienen a los visitantes adivinando alrededor de qué es lo que están tomando exactamente, y al hacerlo, lo ideal es que vuelvan.

Hasta ahora ha funcionado.

La curiosidad no solo mata a los gatos, sino que también llena las arcas: En su primer año completo de operación, Area15 atrajo a casi dos millones de visitantes, con el éxito rotundo de Omega Mart a la cabeza, que atrajo a más de 800 mil visitantes.

Liftoff es el más reciente añadido al arsenal de actividades extravagantes de Area15.

Aunque ciertamente es más sencillo que juntar las más de 60 experiencias que componen Omega Mart en un todo coherente -¿qué no es? - la idea central es la misma, que cuando estás ahí arriba en el cielo mirando hacia un lado y otro, estás formando tu propia narrativa de lo que estás eligiendo ver.

“Creo que es irónico”, señala Beneville, “que alrededor de muchos lugares que tienen que ver con la imaginación no dejan mucho a la imaginación, ¿sabes?”

Siete minutos en el cielo

“¡3-2-1 liftoff!”, dice todo el mundo al unísono, con las voces elevadas como el resto de nosotros lo estará pronto.

Los cinturones de seguridad se colocan en su sitio, los teléfonos se confinan en fundas transparentes que se llevan alrededor del cuello para que no se caigan, y comienza la ascensión constante.

Es una subida gradual, que permite a los acrófobos con las palmas pegajosas mantener los nervios a raya.

La gente parlotea; los dientes castañean.

Suena música de baile mientras las luces rosas y azules palpitan.

En la parte superior de la atracción, la góndola de 16 asientos gira lentamente; puedes verlo todo sin girar la cabeza.

“Es una especie de plataforma de observación”, explica Beneville.

Puedes ver millas en todas las direcciones: las montañas al oeste, la grandeza artificial al este, y tus pies colgando por encima del terreno estacionado 13 pisos más abajo.

Es una mezcla de sofisticación y sencillez, una estructura de la era espacial que alberga tecnología de globos aerostáticos que se remonta a casi 250 años; un viaje futurista que se basa en la emoción primaria de estar muy, muy alto en el aire.

Siete minutos después, estamos de vuelta en el suelo.

El viaje ha terminado; los paseos solo han comenzado.

“No es una cosa de mil millones de dólares”, dice Beneville sobre Liftoff, que ya está abierto al público. “En realidad son unos bloques de concreto, un arte muy cool, unos sofás pintados… y una atracción muy cool”.

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