Echa un vistazo a lo que debes y no debes hacer para asistir al EDC 2023
Sí, una vez fuimos como tú, el equivalente en Electric Daisy Carnival (EDC) a un niño ingenuo metiéndose en medio de una película.
Eso fue hace 12 años, cuando el EDC cautivó por primera vez los sentidos de Las Vegas.
Desde entonces, hemos pasado 30 noches y más de 250 horas cubriendo la prueba de resistencia de la música dance desde el atardecer hasta el amanecer.
Eso significa mucho Red Bull.
Y ahora estamos aquí, compartiendo amablemente -algunos dirían que desinteresadamente- nuestra experiencia, ganada con tanto esfuerzo, sobre la mejor manera de vivir esta experiencia única en su género con algunos consejos sobre lo que se debe y no se debe hacer en el EDC:
Sí: Ir de fiesta hasta que salga el sol.
No: Salir de fiesta hasta que salga el burrito de las 2 a.m.
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Sí: Vístete teniendo en cuenta las posibles altas temperaturas.
No: Intentar combatir el calor llevando solo ropa interior, una capa y una sonrisa ganadora.
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Sí: Respeta la presencia policial en el evento.
No: Acércate a un policía, preséntate como el “Oficial Fiesta” y exige que te asignen un delegado.
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Sí: Checa el escenario BassPod.
No: No esperes que tus oídos dejarán de pitar como el celular del tipo que tienes al lado en el cine hasta una semana antes del EDC del año próximo.
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Sí: Maravíllate ante el enorme KineticFIELD, el escenario de conciertos más grande de Norteamérica, cuyos valores de producción de otro mundo hay que ver para creer, y aun así, exigirás que tus pupilas se sometan a la prueba del polígrafo, solo para asegurarte de que transmiten la verdad.
No: Ir con zapatos abiertos. Con 30 mil o 50 mil fiesteros reunidos en un escenario del tamaño de un campo de fútbol americano en algún momento, te pisarán los pies, y no querrás lesionarte los dedos, ¿verdad?
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Sí: Ir a ver a Tiesto y mantener su racha de 12 presentaciones consecutivas en el EDC. Es el único que se ha presentado en todas las ediciones del festival en Las Vegas desde que se trasladó de Los Ángeles en 2011.
No: Olvidar lo lejos que ha llegado la EDM en esta ciudad. Cuando Tiesto lanzó su residencia inicial de 10 shows en The Joint en Hard Rock Hotel en 2011, la primera para un DJ en una sala de conciertos aquí, tocó para tantos fans como probablemente lo hará el sábado por la noche.
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Sí: Muestra tu unicornio interior para que todos lo vean a través de un disfraz colorido y único. O quizás solo venir sin camiseta con un reloj dibujado en el pecho con labial mientras gritas constantemente: “¿Qué hora es? Dad bod en punto”. Tú elige.
No: Venir disfrazado de Twilight Sparkle de “My Little Pony”.
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Sí: Intercambiar votos “matrimoniales” con tu compañero favorito del EDC en el Commitment Deck, donde las parejas prometen estar el uno para el otro “incluso si uno de los dos se pasa de fiesta” y el habitual “sí, quiero” se sustituye por un rotundo “¡claro que sí!”.
No: Consumar dicho matrimonio a bordo de la atracción del elefante volador. Resulta que está mal visto.
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Sí: Asegúrate de ver todas las instalaciones artísticas que lanzan llamas.
No: Olvidar que las botas peludas son muy inflamables.
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Sí: Presta atención a las presentaciones sorpresa en los distintos autos artísticos. Illenium se presentó en el auto artístico de Forest House en 2021. Kaskade y Steve Aoki ya se han presentado en sus clásicos sets.
No: No seas el tipo que se sube a bordo de uno de los enormes barcos de la fiesta y baila torpemente mientras convierte sus manos en “pistolas de la diversión” y apunta con los dedos a la multitud. Ese puesto está ocupado.
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Sí: Prepárate para un viaje tan largo como la tráquea de Godzilla. Un año, salimos de casa a las 5:30 p.m. para ir a la inauguración del EDC. Después de conducir, estacionarnos, caminar 15 minutos hasta el recinto y pasar el control de seguridad, eran las 10 a.m. cuando pudimos acceder al recinto del festival. (¿Mencionamos que vivimos a solo 20 millas al sur de Las Vegas Motor Speedway, no en Barstow, California?).
No: No dejes que echen a perder tu momento. Mira, a veces hay que hacer concesiones en la vida. Es simplemente parte de ser un adulto responsable. O eso es lo que escuchamos.
