En la clínica ubicada frente al hospital UMC, todos corrían. El varoncito que había dado a luz la señora de Osorio, no respiraba. Sin pensarlo dos veces, una de las parteras del lugar, lo tomó en brazos, y acompañada por su padre Jimmy, cruzaron la avenida Charleston, e ingresaron a la sala de primeros auxilios en busca de ayuda. Segundos más tarde, Johimar llenaba sus pulmones de aire puro, dejando atrás aquellos minutos de angustia colectiva. Ya en la incubadora, su padre dejó volar su imaginación, y lo imaginó vestido con los colores azul y amarillo del uniforme de Reboceros de La Piedad. Sus ojos se le llenaron de lagrimas, aquel momento tantos años esperado había llegado. Al cumplir su primer añito, Johimar empezaba a patear la pelota, bajo la atenta mirada de su padre, un ex jugador profesional de segunda división de su país natal , que en los fines de semana, se alineaba con el equipo del México DF de La Mayor Soccer League, “pa’ no perder condición” dice Jimmy.
