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“Una píldora mata”: Una madre espera que sus espectaculares salven a otros tras la muerte de su hijo

En los espectaculares de la Interestatal 15, en las que se dice que el fentanilo es el “subidón más rápido y mortífero”, se alternan imágenes del potente opiáceo sintético en polvo y en forma de píldoras con receta falsificadas.

La siguiente imagen muestra a un sonriente Giovanni Perkins con las palabras “UNA PÍLDORA MATA” debajo de su foto.

Para la mayoría de los automovilistas, el radiante adolescente de Henderson es un desconocido.

Pero no para Cristina Perkins.

“Cuando veo el que tiene su cara, todavía pienso: ‘Ese es mi hijo’”, dijo, sofocando un sollozo mientras estaba debajo de uno de los espectaculares días después de que se publicaran el 22 de octubre, en el que habría sido el 19º cumpleaños de su hijo mayor.

Giovanni Perkins murió en 2020 después de tomar una píldora falsificada de Percocet mezclada con fentanilo, dijo su madre. La oficina forense del Condado Clark dictaminó que su muerte fue un accidente por intoxicación de fentanilo.

Conocido como “Gio”, el joven de 17 años fue descrito como un chico juguetón y afable con una risa contagiosa.

Fue uno de los 106 nevadenses menores de 25 años que murieron por sobredosis de drogas en 2020, casi tres veces más que el año anterior, según un reporte de la División de Salud Pública y Salud Conductual del Estado.

Las autoridades policiales dicen que el fentanilo –considerado hasta 100 veces más fuerte que la morfina– está matando a víctimas desprevenidas que creen que están tomando analgésicos recetados, como oxicodona, Adderall y Xanax.

“Un microgramo (de fentanilo) puede matarte, y necesitamos que la gente se dé cuenta de ello”, le declaró el alguacil del Condado Clark, Joe Lombardo, al Las Vegas Review-Journal en diciembre. “No suelen saber lo que compran en las calles”.

Aumento de las muertes

El fentanilo fue culpado de 219 muertes en el Condado Clark el año pasado, un aumento de los 74 reportados en 2019, muestran los datos del Departamento de Policía Metropolitana.

Hasta octubre de 2021, el opioide sintético había matado a 208 personas, alrededor de un aumento del 15 por ciento desde las cifras ya altas de 2020, según los datos.

Gio fue uno de los 10 menores que murieron por sobredosis de fentanilo en el Condado Clark en 2020, un aumento de nueve respecto al año anterior. En 2021, seis menores habían muerto por el opioide hasta octubre.

El Equipo de Respuesta a las Sobredosis de LVMPD incluye miembros de la Administración para el Control de Drogas y de la oficina forense del Condado Clark. El grupo de trabajo está presentando cada vez más cargos de asesinato contra los traficantes de drogas.

“Tenemos que hacerlo pieza a pieza, y no podemos hacernos de la vista gorda y asegurar que estamos siendo proactivos”, dijo Lombardo.

La educación es clave para erradicar la epidemia, dijo Lombardo, y señaló que “también dependemos de los padres”.

Aunque fue demasiado tarde para salvar a su hijo, Perkins convirtió en la misión de su vida evitar que otros sientan su dolor.

“Solo investigué, investigué e investigué hasta que no pude leer más”, dijo sobre el fentanilo, del que no sabía nada antes de la muerte de su hijo. “Investigué hasta que no pude ver suficientes videos”.

Luego recaudó casi 18 mil dólares en GoFundMe para rentar 10 espectaculares en todo el valle durante seis meses. Ella espera recaudar más dinero para extenderlos al menos seis meses más.

“Pensamos que, si ponemos espectaculares, aunque no conozcas a nuestra familia personalmente, si pasas por delante de ellas y las ves, puedes sentir curiosidad y, con suerte, buscar en Google e investigar por ti mismo”, dijo.

“Era demasiado tarde”

“Toda esa mañana es un borrón”, dijo Perkins sobre el 28 de agosto de 2020.

Estaba en la cama cuando la novia de Gio, presa del pánico, entró corriendo en su dormitorio diciendo que algo andaba mal.

La pareja había planeado asistir a un “senior sunrise event”, pero él no se despertaba.

Perkins no recuerda quién llamó al 911, pero un operador les indicó que pusieran al adolescente en el suelo y comenzaran a hacerle compresiones en el pecho.

“Sentí como si lo hubiera hecho por 100 años”, dijo Perkins.

Los paramédicos llegaron minutos después, pero en el fondo, dijo, sabía que su hijo estaba muerto.

“Intentas traer a tu hijo de vuelta”, dijo. “Pero en mi cabeza, sabía que era demasiado tarde”.

El mejor amigo de Gio desde la escuela primaria, Mason Atkins, recibió una llamada esa mañana y corrió a la casa de Perkins.

“Mi mente empezó a dar vueltas”, dijo el joven de 18 años en una entrevista telefónica.

Gio estaba inscrito en Desert Oasis High School y estaba a punto de trasladarse a la Odyssey Charter School para graduarse a principios de diciembre.

Le gustaba trabajar en un lavadero de coches con sus amigos, hasta el punto de que los padres de Perkins habían hablado de ayudarles a montar su propio negocio.

Aunque Gio estaba llegando a la edad adulta, Perkins se lo imaginaba viviendo con la familia unos años más mientras averiguaba qué quería hacer en la vida.

En una liberación de globos conmemorativa para Gio, un joven se acercó a Perkins y le dijo que su hijo lo había defendido cuando otros lo molestaban.

“Si no hubiera conocido a Gio –dijo Atkins entre sollozos–, trayéndome a su familia y haciéndome sentir como un miembro de ella, no me gustaría la música que hago, no actuaría como lo hago, no me vestiría como lo hago. Gio me influyó en todo”.

La gente le ha dicho a Perkins que “mejorará”.

“No sucede, ni un poco”, dice ella.

Prevé que el final de cada año es el más duro: Gio murió en agosto, su cumpleaños fue en octubre y le siguieron las fiestas familiares.

Lo describe como un tiempo sin nada que esperar.

“Solo tienes que llorarlo”, dijo. “Tienes que dejarlo salir”.

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