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Protestan ambientalistas por venta de tierras y el cambio climático

“Necesitamos que la gente se entere que las tierras públicas de Nevada se están vendiendo para aceite y gas, por eso hemos protestado y seguimos dando a conocer esto”, afirmó Christian Gerlach, miembro de la organización Sierra Club, luego de una protesta en la que entregaron a una oficina federal un documento con 20 mil firmas que se oponen a esa venta.

El pasado 10 de septiembre durante la protesta ante las oficinas del Buró de Administración de Tierras Públicas (en inglés, Bureau of Land Management) alguien recibió el documento, pero no quisieron tratar nada directamente con el grupo, que debió conformarse con estar brevemente en la banqueta para mostrar su malestar.

“El documento de petición es de 20 mil personas que no quieren ver a nuestras tierras públicas de Nevada con desarrollos de aceite y gas”, expresó el organizador Christian Gerlach, visiblemente emocionado por haber llevado a cabo la manifestación y haber entregado el documento.

El grupo de manifestantes consistió de unas 50 personas entre las que estuvieron líderes y miembros de grupos ambientalistas como Sierra Club y el Centro para la Diversidad Biológica. Algunos se disfrazaron de animales y se mostró una simbólica “torre de extracción de petróleo” de cartón, para reafirmar el daño que se haría a la tierra y a la fauna.

Luego de la protesta, llevada a cabo la mañana del 10 de septiembre, Gerlach afirmó a este semanario que “lamentablemente la venta de 300 mil acres se haría el día siguiente”.

Aunque la protesta no pudo parar la venta, Gerlach la calificó como muy buena. “La participación de la gente es muy importante, porque muestra el interés para proteger las tierras que son un patrimonio de todos. Además debemos seguir protestando para evitar que se cumplan los planes de vender otros 54 mil acres del lugar llamado ‘Ruby Mountains’”, dijo

Gerlach retomó palabras de un participante en la marcha; dijo que “el cambio climático es una desafortunada realidad que está causando diversos males”.

Jobab Méndez, un técnico de aire acondicionado y activista simpatizante con la marcha, dijo por otro lado que “en mi oficio he podido ver de primera mano cómo cada verano es más caliente y conlleva un alto costo humano. El año pasado (2017) murieron 147 personas expuestas al calor extremo y por no poder reparar sus aires acondicionados. Ellos son la parte vulnerable de nuestra economía”, expresó Méndez.

Por su parte Stefanía Rangel, simpatizante ambientalista, al final de la protesta dijo que, “es importante que la gente se entere de lo que pasa con las tierras públicas, que se anime a dar su opinión y participar en protestas como la de ese día. Tenemos que apoyar a organizaciones como estas que hacen algo para luchar contra el calentamiento y a favor de la naturaleza”.

Según explicó Gerlach, “la protesta coincidió con otras manifestaciones similares que se hicieron en ciudades de todo el país e incluso en el nivel internacional. Cada una de esas protestas fue por asuntos propios de los lugares, pero todas bajo la preocupación del calentamiento global.”

Por esa razón la protesta de Las Vegas se llamó “El cambio climático y Protesta de la gente por la venta de tierras para petróleo y gas”.

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