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Muere uno de los últimos cóndores de California en el Zion National Park

El Zion National Park es el hogar de un cóndor de California hembra, ave en peligro de extinción con una envergadura de más de 9 pies, que surca los mismos cielos que compartía con su hermano antes de que este muriera.

Ambas aves hermanas habían caiído víctimas del envenenamiento por plomo. Pero mientras que la hermana, conocida como 1111, sobrevivió a su terrible experiencia, el hermano, conocido como “1K”, no lo hizo, según una declaración conjunta de funcionarios federales y activistas de la vida silvestre el mes pasado.

La muerte del cóndor fue ‘prematura y evitable’

Ahora, quienes quieren ver prosperar al cóndor recuerdan al público los peligros que la munición con plomo –usada por los cazadores para matar animales– puede suponer para las aves gigantes, que se alimentan de cadáveres de animales.

“La muerte de 1K es una tragedia porque fue prematura y evitable”, dijo Shawn Farry, director del Programa del Cóndor de California del Peregrine Fund. “Tenía una forma maravillosa de acercar al personal y a los visitantes al cóndor y a su historia, por lo que será echado de menos por muchos de los que tuvieron la suerte de ver a 1K sobrevolando el Cañón Zion”.

1K fue el primer cóndor que consiguió emplumar, es decir, que desarrolló plumas lo suficientemente grandes como para volar, en el Zion National Park, según el Peregrine Fund, una organización de conservación de aves rapaces.

También fue el cóndor número mil que nacía en el marco del Programa de Recuperación del Cóndor de California, una iniciativa dirigida por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos para recuperar la especie.

En una declaración conjunta del Peregrine Fund, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos y el Zion National Park se llamó a la eclosión de 1K “un momento crucial” para el programa.

‘Especialmente vulnerable’ al envenenamiento por plomo

Pero cuando la etiqueta radial que biólogos usaban para rastrear a 1K dejó de moverse, los científicos quedaron “desolados al encontrarlo muerto”, dice el comunicado del fondo. “Los resultados de la necropsia confirmaron lo que el equipo había sospechado como causa de la muerte: envenenamiento por plomo. 1K murió poco antes de cumplir cinco años”.

Según el Peregrine Fund, los cóndores de California son “particularmente vulnerables” al envenenamiento por plomo porque, como carroñeros, se alimentan de restos de animales. Si se dispara a un animal con una bala de plomo, los carroñeros que se alimentan del cadáver pueden consumir plomo.

La hermana de 1K, 1111, que fue el segundo cóndor silvestre del Zion National Park, fue atrapada y sometida a pruebas en enero de 2024, según el fondo.

El equipo encontró altos niveles de plomo presentes y 1111 fue trasladada a Liberty Wildlife, un centro de rehabilitación de vida silvestre en Phoenix, Arizona, para su tratamiento.

“Cuando una bala de plomo alcanza a un animal, a menudo se fragmenta en cientos o miles de pequeños trozos de plomo”, dijo Tim Hauck, director del Programa del Cóndor de California del Peregrine Fund.

Según Hauck, los cóndores ingieren esos fragmentos de plomo.

Cuando los cóndores comen, almacenan la comida en unas zonas de su cuerpo llamadas buches, explicó Hauck. Hauck continuó diciendo que sus buches permiten a los cóndores conservar la comida durante un largo periodo de tiempo porque nunca saben cuándo será su próxima comida.

“Eso permite que esos pequeños fragmentos de plomo se descompongan lentamente en esos ácidos estomacales realmente fuertes, y luego se absorbe en la sangre y se absorbe en los tejidos”, dijo Hauck.

Según el Peregrine Fund, 1111 fue liberada el 17 de mayo. Su hermano 1K había muerto durante su ausencia, y las labores de rastreo sobre el terreno permitieron localizar su cadáver a principios de marzo.

Hauck advirtió que el cóndor de California es una especie indicadora.

“Se les llama carroñeros obligados, porque eso es todo lo que hacen, comer cosas que están muertas. Desempeñan una función vital en la limpieza del medio ambiente y ayudan a detener la propagación de enfermedades”, explicó Hauck.

Sin carroñeros como los cóndores, enfermedades como la rabia pudieran proliferar entre la fauna silvestre.

Esfuerzos de protección en marcha

Organizaciones como la North American Non-lead Partnership y el Hunters Helping Condors Program defienden la protección de la fauna contra el envenenamiento por plomo.

El Hunters Helping Condors Program, puesto en marcha en Utah en 2011, ofrece premios a los cazadores que usen munición sin plomo.

La División de Vida Silvestre de Utah emite cupones a los cazadores antes de cada temporada de caza para conseguir munición sin plomo gratis o con grandes descuentos.

“Hay pruebas científicas creíbles y sustanciales que demuestran que la munición de plomo puede causar efectos no deseados en nuestros recursos de vida silvestre”, se lee en el sitio de la North American Non-lead Partnership.

“El plomo es la principal causa de muerte diagnosticada para los cóndores de California, y alrededor del 50 por ciento (mueren por envenenamiento por plomo), tanto en California como en el suroeste”, dijo Hauck.

“Tenemos que centrar nuestros esfuerzos en las causas evitables de muerte para garantizar que las causas inevitables e imprevistas no sean el punto de ruptura para la población”, dijo Hauck en un comunicado.

“La verdad es que el envenenamiento por plomo es la primera causa de muerte de los cóndores, y además es evitable”, afirmó Hauck.

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