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ONG ayuda a adultos mayores con ingresos fijos a pagar renta y servicios

Con el costo de la renta por encima de sus beneficios de jubilación, Frederick Belcastro, de 70 años, vivió en su camioneta durante aproximadamente medio año.

“No me preocupaba hacerlo”, dijo al Las Vegas Review-Journal esta semana. “No fue fácil, pero era algo que sabía que era necesario. No tenía otra opción”.

Aun así, el guardia de seguridad retirado hizo lo mejor que pudo, duchándose en gimnasios locales y usando parte de sus ahorros para comer.

“Pude ponerme una situación de cama bastante decente”, dijo, “siempre y cuando no hiciera demasiado calor”.

Cuando el clima se convirtió en un problema alrededor de abril, Belcastro dijo que se dio cuenta de que su situación de vivienda ya no era viable.

Entonces llegó “Hope for Seniors”, un programa piloto de asistencia para la renta y gastos de servicios de HopeLink of Southern Nevada.

Belcastro rentó un apartamento hace tres meses, el cual está subsidiado por la ONG.

“He podido tener esa pequeña seguridad”, dijo, “donde puedo librarme un poco del calor”.

Población vulnerable

Un censo de la población sin hogar en el Condado Clark en 2023 contó 6 mil 566 personas en la calle o en refugios públicos, el número más alto desde 2015.

Aproximadamente el 15 por ciento del total eran personas mayores de 64 años, según el Continuum of Care para Personas sn Hogar del Sur de Nevada.

“Como son tan frágiles, los refugios masivos generalmente no son la mejor opción para ellos”, dijo Kristin Avilés, COO de HopeLink. “Tienen necesidades médicas que no se pueden satisfacer allí: así que están en la calle, en su auto, en un refugio, y hace calor… y simplemente no pueden vivir en esa situación”.

Añadió: “No van a durar mucho tiempo estando ahí”.

El aumento de los costos de vida post-pandemia ha dejado a los adultos mayores con ingresos fijos en situaciones precarias. Porque, mientras que algunos adultos en edad de trabajar que experimentan la falta de vivienda pueden ser colocados en un camino de recuperación con servicios sociales, la población mayor seguirá teniendo fondos limitados, dijo Avilés.

“Sus ingresos son quizás de mil dólares al mes, y no puedes encontrar un lugar por menos de mil 500, mil 700 o 2 mil dólares”, dijo Avilés. “No hay opciones para que sus ingresos aumenten. No pueden simplemente empezar a conducir para Uber”.

Avilés dijo que la ONG ha encontrado a personas mayores que han decidido prescindir del aire acondicionado para ahorrar dinero, lo que lleva a emergencias de salud.

Están para prevenir la falta de vivienda

Avilés dijo que la crisis de vivienda asequible probablemente empeorará antes de que muestre mejoras.

“Tomará tiempo, y la necesidad seguirá aumentando a menos que milagrosamente todos estos precios comiencen a bajar, lo cual sabemos que no suele suceder”, dijo.

La ONG ayuda a personas de todas las edades.

“Estamos aquí para prevenir la falta de vivienda, preservar a las familias y brindar esperanza”, dijo Avilés, señalando que las llamadas preguntando sobre los programas de asistencia para renta habían aumentado exponencialmente desde la pandemia de COVID.

El programa exclusivo para adultos mayores está financiado por subvenciones hasta septiembre del próximo año.

Las personas que califiquen deben tener más de 62 años con ingresos fijos, como la Seguridad Social o beneficios por discapacidad, con rentas que consumen más del 60 por ciento de sus fondos, dijo Avilés. El programa subsidia sus rentas para que solo paguen el 30 por ciento de sus ingresos.

“Ahora puedo tener algunos víveres, cocinar algo de sopa”, dijo Belcastro. “Puedo hacer cosas que me ayudan a ahorrar y mantenerme a flote”.

El subsidio también le da a Belcastro la tranquilidad para estar al pendiente de su hermana menor, quien se está recuperando de una lesión cerebral en una instalación de cuidado a largo plazo.

Expresó una profunda gratitud por la ONG y su fortuna. Sin embargo, su conversación se centró en su familiar, a quien visita a diario para hacerle compañía y rezar un Rosario.

‘Dios provee’

Sharon Wells dijo que se sentía “acorralada” cuando contactó a la ONG.

Dijo que había planificado su jubilación –ahorrado dinero, establecido un 401(k)– pero la pandemia destruyó sus fondos. Sumado a la inflación, se hizo más difícil pagar la renta.

“Cuando conseguí el lugar en el que estaba, podía pagarlo”, dijo. “Usé todos mis fondos para mantenerme a flote”.

Desesperada, se conectó con HopeLink, que la está ayudando con la renta desde hace menos de un año.

“Mi situación habría cambiado terriblemente”, dijo.

Belcastro y Wells señalaron que tuvieron que presupuestar para vivir modestamente, y la ONG ofreció un respiro.

“No tengo mucho, pero tengo lo suficiente, sabes”, dijo Belcastro. “Es asombroso cómo Dios provee. Confío en eso también. Pongo mi fe en eso”.

Wells también tocó una nota espiritual.

“Simplemente cayeron del cielo”, dijo, emocionada. “Creo que lo llamaron HopeLink por una buena razón, porque fue la esperanza de ayuda, la esperanza de una mano que te sacara de un lugar oscuro”.

Wells pensaba que había tenido suerte de tener un trabajador social empático, pero pronto se dio cuenta de que todos en la oficina actuaban de la misma manera.

“Comencé a hablar con los demás, y vaya”, dijo. “Estoy sorprendida por ellos”.

Avilés dijo que espera que la ONG continúe marcando la diferencia, persona por persona.

“Si eres alguien que está viendo datos todo el tiempo, sabes, solo estás mirando números, pero escuchar esas historias personales e impactarlas, significa todo”, dijo. “Y espero que podamos continuar haciendo este trabajo; haciendo todo lo que podamos para ayudar a las personas”.

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