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El 70% de los mexicanos se sienten inseguros

Los ciudadanos mexicanos viven con miedo. Los asaltos en la calle, el robo de vehículos, los secuestros y las violaciones, delitos que persisten en las ciudades mantiene a sus habitantes con un jesús en la boca y por eso, siete de cada 10 personas tienen la sensación de que el lugar donde residen es inseguro.

Estos datos, revelados por la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), se tomaron en 32 ciudades del país, entra las que están las capitales de 25 estados así como Tijuana, Baja California; León, Guanajuato; Acapulco, Guerrero; Cancún, Quintana Roo; Tampico, Tamaulipas; el puerto de Veracruz y el Distrito Federal.

Este sondeo se realiza los primeros 20 días del último mes de cada trimestre. En el más reciente se destaca que el 70.2% de la población de 18 años y más que reside en las capitales de los estados o ciudades seleccionadas de 100 mil habitantes y más, “consideró que, en términos de delincuencia, vivir en su ciudad es inseguro”.

En comparación con el estudio realizado en el mes de marzo, hubo una disminución de 2.2 puntos porcentuales, ya que en ese momento la percepción de la inseguridad era de 72.4%.

Sin embargo, aunque existe una tendencia a la baja, “entre la población objeto de estudio sigue manteniéndose una relación de siete personas con sensación de inseguridad por cada 10”, explica el periódico El Universal.

Hay varios factores, según la encuesta, que inciden en la sensación de mayor o menor inseguridad entre las personas que viven en medios urbanos. Uno de ellos es la frecuencia con la que las personas son testigos de alguna conducta criminal o antisocial.

El documento explica que la “sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población respecto a la seguridad pública se generan por diversos elementos, como la atestiguación de conductas delictivas y antisociales que ocurren en el entorno de la población. Además, el temor al delito puede afectar las rutinas de la población y la percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía”.

En junio pasado el 65.4%, ante el miedo de ser una víctima de la delincuencia, modificó su conducta al no cargar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito, mientras que el 51.2% señaló que modificó, incluso, algunas decisiones como “permitir que salgan de su casa sus hijos menores”.

El 47.8% cambió sus rutinas de “caminar por los alrededores de su vivienda después de las ocho de la noche” y el 29.5% cambió rutinas relativas a “visitar parientes o a amigos”.

El INEGI mencionó que el nivel de confianza en los resultados es de 95%, con errores relativos acotados al 15%.

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