Abre en Las Vegas la primera escuela de EEUU para estudiantes con adicciones
septiembre 1, 2017 - 1:30 pm
Como en cualquier escuela del país, el primer día comenzó, pero en Mission High School es diferente, pues la primera clase de los estudiantes de este centro educativo de Las Vegas (Nevada) fue una sesión de consejería para alejarles de las adicciones al alcohol y las drogas.
Estos jóvenes, que cursan desde noveno a duodécimo grado, son los únicos alumnos de la primera escuela del país que, gracias solo a fondos públicos, atiende desde hoy únicamente a estudiantes con problemas de abuso de substancias.
Cada una de las sesiones de consejería de este centro ha sido programada y diseñada de acuerdo a las necesidades de los alumnos, pues algunos ya están en proceso de rehabilitación, mientras que otros están a punto de ingresar a algún programa de recuperación.
Danet Robaina, consejera académica de Mission High School, dijo a Efe que cada detalle de esta escuela ha sido minuciosamente pensado y ejecutado.
“Tomó casi dos años convertir en una realidad la idea de iniciar esta escuela. Este es el trabajo de varias personas que están involucradas en labores de educación, y que vieron la necesidad de darle apoyo a los niños que tienen alguna adicción”, dijo.
Esa necesidad estaría apoyada por las cifras que publica el Distrito Escolar del Condado Clark (CCSD, por sus siglas en inglés). De acuerdo con sus estadísticas, en 2014 el índice de sobredosis de drogas en esta región fue de más de 20 muertes por cada 100.000 residentes.
Adicionalmente, en 2012 el 6,7 % de los residentes de 12 años o más en Las Vegas tuvo problemas de abuso de medicamentos recetados. De hecho, a nivel nacional los números siguen creciendo.
De acuerdo con un reciente reporte elaborado por el New York Times, en 2016 murieron entre 59.000 a 65.000 personas por sobredosis de drogas, mientras que el informe sobre adicciones del año anterior del director general de Salud indica que sólo el 10 % de las personas que con problemas de abuso de sustancias recibe tratamiento.
En Mission High School, según cuenta Danet, los estudiantes encontrarán no sólo el apoyo para iniciar o continuar con ese tratamiento, sino con un programa de apoyo integral que incluye la participación y educación de los padres, consejería constante, actividades extracurriculares orientadas a manejar los problemas que los pueden empujar hacia el abuso de sustancias.
“Decidí entrar a esta escuela porque quiero permanecer sobria y al mismo tiempo poder obtener mi diploma sin perder la ayuda que necesito para poder hacerlo todo al tiempo”, cuenta Khara Greenwell a Efe.
La joven de 16 años dice que lleva tres años viviendo entre las adicciones.
“Primero fue el alcohol y luego empeoró. Las drogas me llevaron a tener problemas con la ley y decidí que esa no es la persona que quiero ser. Por eso agradezco que esta escuela exista ahora y que nos dé la oportunidad de ser quienes de verdad podemos ser”, afirma.
Khara es uno de los nueve estudiantes que hasta ahora están registrados en Mission High School. Aunque el grupo es pequeño por ahora, sus responsables esperan que para el final del año haya un centenar de alumnos.
“Es algo que tiene un sabor amargo al mismo tiempo. Tener 100 niños aquí significa que son 100 menores que tienen problemas de adicción, pero al mismo tiempo quiere decir que son 100 que podemos ayudar, y ese es nuestro propósito”, indica Barbara Collins, directora de la escuela.
En su opinión, con la “epidemia” que vive el país en este momento, es “importante” que se haga todo lo posible por ayudar a estos jóvenes y que este programa pueda ser “replicado” en otras partes del país.
Las muertes por sobredosis de opiáceos continúan en aumento en EE.UU, pese a los esfuerzos oficiales para detener el avance de lo que se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud pública de Estados Unidos en los últimos años.
De acuerdo con cifras de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) divulgadas el pasado día 8 de agosto, las muertes por sobredosis con opiáceos, que incluyen los analgésicos, las drogas sintéticas y la heroína, se duplicaron entre 2002 y 2015 en Estados Unidos.
Ante esta situación, Collins asegura que trabajan para identificar a más jóvenes que necesitan de una plaza en su escuela y lo hacen junto con centros de salud mental y de rehabilitación, entre otros.