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‘Miedo’ y estrés tras evasión de impuestos de restaurantero de LV

Actualizado January 23, 2024 - 4:05 pm

Raúl Gil, que surgió de una granja familiar rural en México hasta alcanzar el éxito como empresario en Las Vegas con sus restaurantes mexicanos Casa Don Juan, se dirige ahora a una prisión federal por sustraer $5 millones en efectivo y evadir impuestos federales y estatales durante cuatro años.

Gil había creado un negocio multimillonario y superado la epidemia del COVID y un devastador incendio en su emblemático restaurante de Main Street antes de su caída. Su ruina se produjo después de que engañara a los agentes fiscales del IRS, según fiscales federales.

El juez federal de distrito Andrew Gordon sentenció este mes a Gil a tres años y un mes de prisión, tal y como habían recomendado los fiscales federales, que afirmaron que la sustracción de $5 millones por parte de Gil supuso una pérdida de $1.6 millones en impuestos federales y $445,820 en impuestos sobre las ventas para el estado de Nevada, según los documentos judiciales.

Gil, de 64 años, tomó el dinero en efectivo que sus gerentes habían depositado en la caja fuerte de su restaurante, incluidos los impuestos estatales sobre las ventas pagados por los clientes, para mantener un “estilo de vida lujoso” y pagar “inversiones inmobiliarias rentables”, declararon los fiscales.

Su sentencia de 37 meses, junto con tres años más de libertad condicional y más de $2.22 millones en indemnizaciones, enviará “un mensaje firme e importante” a otros dueños de restaurantes, declararon.

A pesar de los múltiples esfuerzos de Las Vegas Review-Journal, no fue posible ponerse en contacto con Gil para que hiciera comentarios.

Gordon ordenó que Gil cumpliera su condena en el campo satélite de mínima seguridad de la Penitenciaría Federal en Tucson, Arizona, a partir del 5 de abril.

‘Podía haber pagado fácilmente sus impuestos’

La denuncia federal afirmaba que Gil evadió impuestos federales y estatales entre 2014 y 2018, y que entre 2012 y 2018 compró al menos seis propiedades de inversión por $2.19 millones que ahora valen $5.2 millones, cuyo valor “podía haber pagado fácilmente sus impuestos”, según el gobierno de Estados Unidos.

Gil también mintió a los agentes de las divisiones de ingresos y penal del IRS cuando afirmó que sus registros del software del punto de venta (POS) del negocio eran correctos, según la denuncia.

Durante una auditoría en julio de 2018, le dijo a su contador que les diera a los agentes estados de pérdidas y ganancias falsos para que coincidieran con las cifras de sus declaraciones de impuestos y había instruido a su contador para que les proporcionara documentos inexactos de efectivo y ventas de archivos supuestamente almacenados en el software, según la denuncia.

Los agentes descubrieron más tarde la evasión fiscal tras examinar los verdaderos puntos de venta y los registros comerciales en papel, según los fiscales. En 2021, Gil confesó que sus registros de impuestos sobre las ventas y declaraciones de impuestos eran inexactos, dijeron.

Se declaró culpable de evasión de impuestos en agosto pasado.

‘Extremadamente arrepentido’

Sus abogados defensores ofrecen una visión diferente de Gil, como un emprendedor que asumía riesgos y que luchó por mantener sus negocios a flote en tiempos difíciles y la eventual ruptura con su esposa, María Gil, en 2021.

Gil ha aceptado su responsabilidad y ha pagado $1.52 millones en restitución hasta ahora, declararon sus abogados.

“El señor Gil está extremadamente arrepentido de su conducta”, afirmaron.

Gil abrió su primer establecimiento Casa Don Juan en 1995 en Main Street, en una incipiente zona del centro conocida ahora como Arts District, donde fue ganando popularidad entre los turistas y los empleados de la ciudad y del Condado Clark.

A Gil le fue tan bien en el centro que abrió dos restaurantes más, según los archivos judiciales.

Sus abogados en Las Vegas, George Kelesis y Sunethra Muralidhara, declararon que su cliente “está extremadamente arrepentido de su conducta” y que “actuó por miedo” a perder sus negocios y a su esposa y “por el deseo de proteger a su familia y mantenerla”.

En un esbozo biográfico de su vida, los abogados afirmaron que Gil nació en 1959 en Jocotitlán, México.

Gil y sus seis hermanos vivían en una casa de adobe en una granja, dijeron. A los 13 años, sembró maíz extra y, junto con una hermana, lo vendió en un mercado local, usando el dinero para comprar gallinas para proporcionar huevos a su familia.

En 1986 se casó con María y emigraron a California. Empezó a trabajar en un establecimiento mexicano de comida rápida y, en 1991, abrió un camión de comida.

Altibajos

Gil trasladó a su familia a Las Vegas para abrir un negocio y se detuvo en el restaurante Casa Don Juan original, donde el dueño le dijo a Gil que podía comprar el local por $100 mil. Gil negoció hasta $65 mil, según sus abogados. Mantuvo el nombre, empleó a sus hijos y elaboró sus propias recetas mexicanas, pero tuvo problemas financieros a mediados de los noventa.

Superó esa dificultad haciendo entregas de comida a domicilio y el restaurante sobrevivió, convirtiéndose en uno de los primeros negocios del Arts District.

En 2005, un incendio consumió Casa Don Juan, según declararon los abogados. Gil no estaba asegurado y tuvo que permanecer cerrado. Pudo reabrir después de que Rex Bell Jr, exfiscal del distrito del Condado Clark, le concediera un préstamo de $300 mil.

Gil abrió dos nuevos restaurantes Casa Don Juan –en Summerlin en 2015 y en Henderson en 2017–, pero los restaurantes tuvieron que cerrar durante varios meses en 2020 debido a COVID, y se endeudó para mantenerse a flote, dijeron los abogados.

No pagó sus impuestos “por miedo” a no poder mantener a su familia y perder a su esposa, no por codicia o deseo de riqueza, afirmaron los abogados.

Tomó una “mala decisión al no reportar” sus ingresos brutos y “el miedo nubló su juicio”, escribieron.

En 2021, su esposa le pidió el divorcio y él accedió, dejándole el restaurante de Main Street.

Gil también cuida de su madre de 96 años, dijeron sus abogados.

Sus abogados presentaron copias de más de tres docenas de cartas de apoyo a Gil. En una carta, la exabogada de Las Vegas Marlene Luna recordaba cuando Gil “donó cuatro mil comidas a una escuela cuando se lo pidieron, y no lo dudó. Ayuda a los estudiantes empleándolos y trabajando con sus horarios escolares”.

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