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Escuelas del Condado de Clark piden a los padres que salven trabajos de docencia

En sus 12 años como directora, Michele Wooldridge nunca se ha enfrentado a un recorte presupuestario tan pronunciado.

La inscripción en la Escuela Primaria Twitchell en Henderson tuvo 60 estudiantes menos de lo proyectado para este año escolar. Eso significa un recorte de $214 mil, incluida la eliminación de tres puestos docentes.

“Tuvimos que tomar una decisión”, dijo Wooldridge. “O dejábamos que ocurriera y perdíamos al equipo de docentes y hacíamos que los niños se vieran afectados, o el tamaño de las clases aumentaría o podíamos hacer algo al respecto”.

Entonces Wooldridge envió un “SOS” a los padres pidiendo donaciones para evitar los recortes y “salvar a nuestro personal”.

Y ella no es la única que busca ayuda.

Al menos cinco escuelas del Condado de Clark han pedido donaciones a los padres o empresas locales para compensar la baja inscripción o el déficit presupuestario que el distrito enfrentó a principios de este año.

Las iniciativas también resaltan una división entre las instituciones educativas, dando a las escuelas acomodadas con padres dispuestos a donar una ventaja de personal sobre aquellos en los barrios de bajos ingresos.

La primaria Richard Bryan en Summerlin, una escuela de Título I con un gran número de familias de bajos ingresos, apeló a $79 mil 833 para “comprar un maestro” durante los recortes presupuestarios en mayo, pero ese esfuerzo solo recaudó un poco más de mil dólares. La escuela terminó perdiendo a un maestro de quinto grado, señaló la madre Jeana Taylor.

“Cuando tienes un 40 por ciento de personas que reciben almuerzos gratuitos o a precio reducido … creo que incluso esos pedidos son tremendos”, dijo Taylor, quien ayudó con el esfuerzo.

Cortes frecuentes

Al igual que otras escuelas, la primaria Twitchell se vio obligada a recortar su presupuesto de 2018-19 antes de que comenzaran las clases debido a un déficit del distrito.

Ahora enfrenta la pérdida de tres maestros a un costo de aproximadamente $185 mil. La escuela espera salvar al menos un puesto recaudando $62 mil.

Si Twitchell no puede recaudar tanto, el dinero se utilizará para contratar tutores temporales para aliviar la carga de aulas superpobladas, informó Wooldridge.

La cercana escuela primaria Vanderburg está lanzando una iniciativa similar, esperando evitar perder a un maestro de primer y segundo grado y aumentar el tamaño de las clases de 21 a 24 estudiantes o más, escribió la directora Catherine Maggiore en una carta a los padres el 10 de septiembre.

Conseguir $53 mil ahorraría un trabajo de enseñanza, mientras que $94 mil ahorrarían dos, según un volante enviado a los padres.

La Escuela Secundaria Bob Miller en Henderson también puede perder al menos dos maestros, además de personal administrativo y de apoyo.

“Desafortunadamente, después de años de recortes presupuestarios catastróficos, no hay nada más que recortar dentro de nuestro presupuesto, y esperamos aumentar el tamaño de las clases y perder maestros a partir de octubre”, escribió la directora Nicole Donadio en una carta del 10 de septiembre a los padres.

La escuela primaria Lamping en Henderson se encuentra en la misma situación, luchando por recaudar $59 mil para salvar a al menos uno de los tres maestros que podría perder como resultado de una inscripción más baja. La escuela se ha asociado con Chick-fil-A en Eastern Avenue e Ione Road para una recaudación de fondos el miércoles.

Sacrificio necesario

Los padres están apoyando los eventos de recaudación de fondos pero pidiendo cambios al sistema de financiación de educación de Nevada.

“Creo que algunas de las cosas que tenemos que observar, sin embargo, es cómo llegamos aquí”, señaló Byron Brooks, un padre de la primaria Twitchell. “¿Cómo llegamos a un lugar donde los padres ahora esencialmente tienen que financiar maestros privados para la educación de nuestros hijos?”

Brooks dijo que la reorganización ordenada por la Legislatura del distrito, que requiere que el 80 por ciento del dinero se gaste en las escuelas, está aumentando la presión.

“Podría ser el momento de que nuestro cuerpo legislativo implemente un gerente financiero para supervisar el gasto y los problemas presupuestarios”, destacó Brooks. “Porque el Distrito Escolar del Condado de Clark, en mi opinión, está en una situación financiera difícil”.

Shanon Paine-Ayala, otra madre de Twitchell, pidió que se envíen más ingresos por impuestos a la marihuana a las escuelas, no al fondo estatal para el “rainy day”.

“Siento que en los últimos años ha empeorado”, argumentó. “Creo que es solo un llamado a las armas”.

Jana Bainum, madre soltera de una estudiante de Vanderburg quien comentó que vendió en corto su condominio para mudarse para que su hijo pudiera asistir a la escuela, tratará de dar $100.

“Voy a darlo porque puedo, pero todavía no siento que deberíamos hacerlo, porque ¿a dónde va el dinero?”, criticó cuestionando las finanzas generales del distrito. “Creo que todo el distrito escolar necesita ser auditado”.

Pero otra madre de la escuela Vanderburg, Vannesa Amico, aseguró que no donará. Su hija ha tenido un maestro sustituto todo el año, aunque sabe que el problema no está en manos de la directora.

“Si ayudamos a la escuela de esta manera, al hacer donaciones, no está llegando a la raíz del problema”, explicó. “No hay suficientes fondos”.

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