‘No creo que sobreviva’: Viuda recuerda las últimas palabras del hombre apuñalado en el Strip
Carmelita Hallett no puede olvidar las últimas palabras de su difunto esposo Brent.
“No creo que sobreviva”, le dijo. Luego cayó al suelo.
Brent Hallett, de 47 años, fue apuñalado repentinamente en la espalda. Era pleno día, unos veinte minutos antes del mediodía en un concurrido y soleado Las Vegas Boulevard. Un hombre corría por el Strip, frente a Wynn Las Vegas, apuñalando a la gente con un cuchillo de 12 pulgadas. Seis personas resultaron heridas en el ataque del jueves. Dos murieron, entre ellas la residente de Las Vegas Maris DiGiovanni, de 30 años, y Hallett.
Carmelita Hallett, de 49 años, habló el martes en una entrevista telefónica desde Edmonton, Alberta, sobre su angustiosa experiencia aquella horrible mañana.
Aunque el hogar de la pareja está en Canadá, habían estado viajando por todo el mundo. Su última parada antes de regresar a Alberta fue Las Vegas, donde estuvieron cuatro meses. El plan era volar de vuelta a Canadá en dos semanas.
‘El lugar favorito de Brent’
La oficina forense del Condado Clark identificó inicialmente a Brent Hallett como residente de Las Vegas. No lo era, dijo su esposa, aunque la pareja había viajado aquí docenas de veces a lo largo de los años y se había casado en Las Vegas en 1999.
A la pareja le encantaba Las Vegas, dijo Carmelita Hallett, pero no por el juego ni por ninguno de los muchos vicios de la Ciudad del Pecado. Al ser de Canadá, les encantaba el clima. El sol constante. Los cielos azules.
“Era el lugar favorito de Brent”, dijo.
Así que cuando los dos estaban paseando por el Strip el pasado jueves por la mañana, estaban viviendo la vida que siempre habían deseado. Mientras caminaban, Brent Hallett también había expresado su simpatía por algunas de las personas sin hogar y personas sin recursos que vieron en el Strip esa mañana.
Si hubiera visto a Yoni Barrios, que dos días antes de los apuñalamientos le dijo a un equipo de televisión de Los Ángeles que lo había perdido todo y necesitaba ayuda, en otras circunstancias, tal vez hubiera querido ayudar al hombre, dijo Carmelita Hallett.
Pero ahora, después de lo ocurrido, no quería hablar del hombre acusado de matar a su esposo.
Así es como recuerda lo que sucedió después:
“Lo único que recuerdo es que íbamos caminando, nos tomamos de la mano y él se estremeció”, dijo. “Y vi a un tipo pasar corriendo y vi (a Brent) y puso su mano en su espalda”.
Brent Hallett dijo entonces sus últimas palabras y cayó al suelo.
“Pensé que alguien lo había golpeado”, dijo su esposa. “No vi que pasara nada”.
En ese momento, dos jóvenes saltaron por encima de un arbusto cercano y se apresuraron a ayudar para detener la hemorragia con sus camisas. Carmelita Hallett, que estaba en estado de shock mientras sucedía, dijo que quería darles las gracias.
Dijo que ella y su esposo llevaban 28 años juntos y 23 casados.
“Era divertido, pero no era un comediante”, dijo Carmelita Hallett. “Era sociable, podría decirse. Y le encantaba conocer gente. Y conocimos a mucha gente en Las Vegas”.
‘Éramos mejores amigos’
Amaba a su esposa, a su familia y a los animales, dijo. Tenían conejos de mascota. En Las Vegas, iban al South Point Arena and Equestrian Center a ver los caballos.
Carmelita Hallett creó una página de GoFundMe en memoria de su esposo, llamada Brent Hallett Vegas Tragedy. Todavía está revisando los detalles, pero quiere donar todo el dinero recaudado por el GoFundMe a varias causas de bienestar animal.
La familia y los amigos en Canadá están “devastados e incrédulos de que algo así pueda suceder”, dijo. La ciudad natal de Brent Hallett era Ponoka, Alberta, que se encuentra entre las principales ciudades de la provincia canadiense, Calgary y Edmonton.
Carmelita Hallett dijo que las familias de la pareja están ayudando a apoyarla mientras atraviesa por el luto y su pérdida.
“Todos dicen que teníamos la mejor relación, ¿sabes?”, dijo. “Éramos mejores amigos. Éramos amables el uno con el otro. Él siempre fue lo primero para mí, y yo siempre fui lo primero para él”.
