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Con las escuelas cerradas, los padres del CCSD mezclan el tiempo familiar con el aprendizaje

Con las escuelas cerradas, los estantes de los supermercados vacíos y un mandato de distanciamiento social, la madre Ashley Brady comienza el día de sus hijos de una manera bastante apropiada: con una fiesta de baile a “It’s the End of the World as We Know It (and I Feel Fine)” de R.E.M.

“Solo para reducir la tensión y mantener las cosas ligeras”, enfatizó.

Brady es una de los miles de padres de todo el Valle de Las Vegas cuyos hijos estarán aislados en casa por lo menos durante las próximas tres semanas mientras las escuelas se cierran para mitigar la propagación de COVID-19. Al no haber tareas obligatorias, o mucha orientación inmediata sobre las clases en línea por parte de los funcionarios, las familias están encontrando sus propias maneras de mantener a sus hijos educados, entretenidos y fuera de los espacios públicos.

Las escuelas deberán estar listas para ofrecer un plan de estudios a distancia para el 23 de marzo, señaló el lunes el vocero del Departamento de Educación de Nevada, Gregory Bortolin, y se espera que el gobernador Steve Sisolak firme una orden ejecutiva que renuncie a cualquier ley que hubiera prohibido a las escuelas ofrecer tal opción. En el futuro, si el tiempo perdido se extiende más allá de los días de contingencia, podría ser necesario un año escolar más largo o más días de escuela, indicó.

No está claro hasta qué punto podría ocurrir esto. El superintendente del Distrito Escolar del Condado Clark (CCSD), Jesús Jara, emitió un mensaje a los padres el miércoles que el Distrito sigue planeando la reapertura de las escuelas el 14 de abril, pero a la luz de la orden del Gobernador Steve Sisolak el martes para que los negocios no esenciales cierren por 30 días, se están haciendo preparativos “con el entendimiento de que la rápida evolución de la respuesta a la pandemia podría llevar a un cierre prolongado”, agregó.

Mientras tanto, el CCSD ha distribuido hojas de actividades de aprendizaje sugeridas para los estudiantes de K-8, y ha dirigido a los de secundaria a recursos de aprendizaje en línea de la Academia Khan. Docenas de otras plataformas en línea están ofreciendo pruebas gratuitas o suscripciones, y localmente, la YouTuber y mamá en el CCSD, Jenny Ballif, está ofreciendo un flujo vivo de actividades de ciencia en su canal Science Mom.

Brady dijo que también está dando prioridad a las lecciones de autosuficiencia, como hacer el desayuno y el almuerzo, y lavar los platos y la ropa. Hizo un programa para que sus hijos de cinco y siete años lo consulten, para evitar las preguntas de “¿qué vamos a hacer ahora?” que muchos padres reconocerán.

“He sido una ama de casa por años, así que honestamente este es un verdadero momento de inflexión para mí”, consideró Brady. “Siento que finalmente tengo algo que ofrecer a mi familia y potencialmente a mi comunidad que normalmente pasa desapercibido”.

Sus hijos entienden la importancia de quedarse dentro, señaló, en parte debido a un viaje familiar a Utah para visitar a un pariente que lucha contra el cáncer. Después de su regreso, no fueron a la escuela durante una semana como medida de precaución.

“Les dijimos que por nuestra seguridad y la de personas como el abuelo, nos quedáramos dentro y mantuviéramos nuestros cuerpos fuertes”, apuntó Brady. “Lo entienden y están todos dentro”.

Artesanías, caminatas, peleas

En el segundo día del nuevo paradigma del martes, la madre María Gagliano-Doleshal no quiso dejar que las pautas de distanciamiento social estropearan el día de San Patricio. Aunque el desfile fue cancelado, vistió a Angie, de tres años, y a Alex, de seis, con su mejor ropa de verano para participar en una búsqueda del trébol organizada por el vecindario, solo que en lugar de ir con sus amigos, cada familia fue individualmente a ver los adornos del trébol que habían puesto los vecinos.

En casa, los hermanos trabajaron con dos libros de trabajo que recibieron para Navidad y que habían estado guardando para las vacaciones de verano. La maestra de Alex en la Primaria Walker también les entregó paquetes de aprendizaje, incluyendo hojas de palabras.

“¿Me puedes poner una estampa ‘A-plus’? Acerté a todo”, pidió Alex mientras su mamá buscaba la calcomanía.

“Te la pondré, soy tu maestra por ahora”, le dijo Gagliano-Doleshal.

Aparte del trabajo escolar, la familia ha hecho artesanías y caminatas (una actividad al aire libre sancionada incluso en comunidades como San Francisco que han impuesto medidas de aislamiento de “refugio en el lugar”).

Gagliano-Doleshal dijo que aunque inicialmente esperaba que las escuelas permanecieran abiertas, apoya plenamente las directrices de distanciamiento social y tiene la intención de seguirlas hasta que las escuelas vuelvan a abrir.

“No voy a encerrarnos en una burbuja, pero hay una razón por la que están fuera de la escuela”, agregó Gagliano-Doleshal.

Mencionó que le preocupa la larga interrupción del año escolar de Alex, quien dice que extraña Educación Física y la biblioteca en Walker, donde puede sacar libros todos los miércoles.

Cuando los niños se dirigieron a jugar kickball en el patio trasero, estalló una pequeña riña: Alex quería colocar conos para una carrera de obstáculos, pero Angie quería colocarlos en una fila. Su madre hizo el papel de árbitro experimentado, involucrando a ambos niños en un juego de correr.

Más tarde, juró que la pelea de los hermanos no se debía a la claustrofobia, sino a las situaciones habituales entre un hermano mayor y su hermana menor.

Gagliano-Doleshal dijo que pudo cambiar su horario de trabajo para cuidar de sus hijos y ahora trabaja tres días a la semana de 7 a 11 a.m. Añadió que no cree que la familia se sienta demasiado estresada por el cierre de la escuela o por el distanciamiento social, aunque las semanas se alarguen.

“Tal vez si nos quedamos encerrados, como en nuestra casa y patio trasero, sería diferente”, comparó.

Niños mayores

Los padres de niños mayores, en particular los del último año de secundaria, dicen que también están manejando las ansiedades de sus estudiantes sobre las actividades perdidas, los viajes de estudio y tal vez incluso las graduaciones.

Andrea Flory Quest compartió que le preocupa que su hijo de 18 años renuncie a sus objetivos dadas las cancelaciones, y mientras su hijo menor ya completó las tareas que le dio su maestro, ella está tratando de persuadir a sus dos estudiantes de preparatoria que hagan tareas que no se requieren para sus calificaciones. Añadió que hasta ahora, la familia ha disfrutado del tiempo juntos, pero que pronto empezará a imponer la lectura.

“Todos tienen instrumentos, así que van a tratar de enseñar a los niños de ocho años acordes y cosas así. Quieren aprender una canción para tocar juntos”, señaló. “Tal vez eso fortalezca su vínculo, o cause peleas”.

Venti Chelle, madre de niños de entre dos y 18 años, comentó que está tomando un día a la vez, pero no permite dormir, ver la televisión o jugar todo el día.

“A diferencia de otros que tratan esto como unas vacaciones y van a centros comerciales, parques, etc., nos quedaremos dentro o en nuestra propiedad a menos que sea absolutamente necesario hasta que todo esto se calme”, aseveró.

La madre Zurii D’Ambra argumentó que los cierres han interrumpido completamente su horario de trabajo desde casa, pero que ha podido encontrar recursos de aprendizaje en línea para sus hijos en edad escolar, mientras ella y su marido trabajan con su hijo pequeño en el aprendizaje basado en juegos, los más grandes escuchan podcasts educativos o leen sobre eventos actuales mientras los pequeños duermen la siesta, explicó.

Como entrenadora paternal, subrayó que animará a otras familias a tomarse el tiempo para involucrarse con sus hijos.

“Estoy tratando de ver todo este asunto de la cuarentena como una oportunidad para ir más despacio, para re-conectarme y para pasar tiempo de calidad con mis seres queridos”, concluyó.

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