“Sin Presupuesto, No hay Pago”
abril 15, 2021 - 8:00 am
Las personas en todo el país tienen que hacer su trabajo para que les paguen. ¿Por qué no el Congreso?
“Sin Presupuesto, No hay Pago”, es un proyecto de ley muy simple que presenté por primera vez cuando llegué al Senado en 2019. Mi proyecto de ley simplemente dice que, si el Congreso no puede realizar su función más básica, aprobar un presupuesto, los miembros de la Cámara y el Senado no deberían cobrar.
Simple, ¿verdad?
Aparentemente, es demasiado pedirles a los demócratas del Senado. Hace unas semanas, cuando el Senado estaba debatiendo el enorme proyecto de ley de gastos de dos billones de dólares de los demócratas, propuse mi proyecto de ley “Sin Presupuesto, No hay Pago” como una enmienda. Después de todo, el Congreso ha gastado $6 billones durante el último año para abordar la crisis de COVID; gran parte (pero no todo) de ese dinero fue necesario para abordar esta crisis única en una generación y mantener nuestra economía a flote. Pero también aumentó nuestra deuda nacional a más de $30 billones (“$30 trillones” en inglés) y la mejor manera de controlar el gasto federal es volver a un proceso presupuestario normal, un proceso que se descartó hace mucho tiempo en Washington.
Todos los demócratas del Senado votaron en contra de mi enmienda. Votaron para seguir recibiendo un cheque de pago financiado por los contribuyentes incluso si no pueden o no quieren realizar la función más básica del gobierno: aprobar un presupuesto.
Fue vergonzoso, pero no sorprendente. La realidad es que Washington atrae a las personas y las convierte en marionetas partidistas y sin sentido que votan para proteger su poder y posición, en lugar de representar a sus electores.
Aquí algunos ejemplos:
Mark Kelly era astronauta y sirvió a nuestro país en los Marines. Hizo campaña como un demócrata moderado e independiente que iría a Washington para cambiar las cosas y representar los mejores intereses de las personas de Arizona. Luego llegó a Washington y se convirtió en un voto más a favor del liderazgo de su partido. Se convirtió en parte del problema.
Raphael Warnock es pastor y líder de derechos civiles de Georgia. Hizo campaña para superar las disputas partidistas y la política habitual. Inspiró a decenas de millones de personas en todo el país, presentándose a sí mismo como alguien que lucharía por los estadounidenses comunes en Washington. Luego, llegó a DC y votó con Chuck Schumer y Bernie Sanders para asegurarse de recibir un cheque, incluso si no hace su trabajo y trabaja para aprobar un presupuesto. Se convirtió en parte del problema.
Maggie Hassan fue gobernadora de New Hampshire durante dos mandatos, un estado que valora su independencia y espíritu de poder. Se le consideraba competente, moderada, trabajadora y dedicada a los habitantes de New Hampshire. Luego llegó a DC y se olvidó de por qué las personas de New Hampshire la enviaron allí. Votó con el resto de los demócratas del Senado para seguir recibiendo su salario anual de 178,000 dólares, incluso si el Senado no puede aprobar un presupuesto. Se convirtió en parte del problema.
Catherine Cortez Masto es una política de carrera y protegida de Harry Reid, por lo que no es de extrañar que ella vote siempre con el liderazgo de su partido. Dudo que incluso tengan que preguntarle. Ella ha sido parte del problema durante mucho tiempo.
Michael Bennet es un ex-superintendente de escuelas que vino a Washington con la promesa de luchar por los niños en Colorado. Pero desde que llegó aquí, dejó atrás a los niños de Colorado. Se unió a sus colegas demócratas para bloquear los esfuerzos por reabrir las escuelas y votó en contra de “Sin Presupuesto, No hay Pago”, una medida destinada a abordar la abrumadora deuda que el Congreso está dejando para que los niños de Colorado tengan que pagar en el futuro. Bennet se ha convirtió en parte del problema.
Tristemente los 50 demócratas del Senado votaron en contra de “Sin Presupuesto, No hay Pago”, incluyendo a los 14 que se presentarán a la reelección en 2022.
Estadounidenses de todo el país están luchando. Muchos viven de sueldo a sueldo, incluso cuando nuestra economía esta fuerte. Y muchos millones más han luchado para llegar a fin de mes para cubrir gastos durante la pandemia.
Sería una bofetada para las familias trabajadoras, que se sientan a la mesa todos los meses y toman decisiones presupuestarias cuidadosas, ver a los demócratas de Washington votar en contra de una medida de sentido común para evitar que los miembros del Congreso reciban un pago si no pueden aprobar un presupuesto.
Las familias tienen que regirse por un presupuesto. Las empresas lo hacen. El Congreso también debería hacerlo.
Desafortunadamente, los demócratas del Senado se niegan a hacerlo. Se han convertido en un serio problema en Washington y se han olvidado por quien trabajan.