Médicos, movimiento político
julio 4, 2014 - 4:07 pm
La marcha de médicos que se realizó en el Distrito Federal el pasado domingo tiene objetivos políticos y busca la impunidad de ese gremio ante negligencias que cuestan vidas humanas.
Es posible que en otras entidades (25 en total) el objetivo de esa marcha haya sido por levantar las órdenes de aprehensión contra 16 médicos en Guadalajara, acusados de la muerte de un menor cuya vida estaba en sus manos salvar.
Pero al menos la que se dio en la capital fue política y busca impunidad frente al falso argumento de que se quiere “criminalizar la práctica médica”.
El discurso de uno de los oradores, Rafael Cervantes, del Colegio Médico de México, se orientó a denunciar a las autoridades del sector salud: “Que esta manifestación sea un aviso para las autoridades sanitarias, en el sentido de que estamos unidos y sabremos defender nuestros derechos”.
¿Qué tienen que ver las autoridades sanitarias del sector salud con la orden de aprehensión de 16 médicos? Nada. Al contrario, el director del IMSS ofreció apoyo jurídico para el caso, ocurrido en 2009.
Recordemos el caso de la indígena mazateca, Irma López Aurelio, que fue rechazada en el centro de salud en San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca, y debió dar a la luz en el pasto porque los médicos de esa entidad estaban en huelga y “había escasez de personal nocturno”.
O el del jornalero agrícola José Sánchez Carrasco, que murió afuera del Hospital General de Guaymas, en Sonora, sin recibir atención médica durante los cinco días que duró su agonía.
Llegó a pedir atención médica pues tenía fiebre, escalofríos, deshidratación, dolor de huesos, los ojos hundidos. Como no tenía papeles ni dinero lo mandaron a la calle, donde tendió su cobija y murió a la intemperie.
Entonces, ¿deben o no sancionarse los casos de negligencia médica e insensibilidad burocrática cuando éstas cuestan vidas humanas?
Por supuesto que sí, aunque deben tratar de evitarse injusticias, como podría ser este caso del estado de Jalisco.
Es cierto que hay carencia de recursos, faltan camas, medicinas y material de curación, pero si a lo anterior le agregamos impunidad en las prácticas médicas, los pacientes no tendrían más alterativa que morir sin chistar.