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Los nuevos pasos de Facebook y Twitter contra las noticias falsas, ¿son creíbles?

Por fin, después de años de arrastrar los pies, Facebook, Instagram, YouTube y Twitter están dando sus primeros pasos serios para combatir la pandemia de noticias falsas. Lo que anunciaron está lejos de ser suficiente, pero hay que celebrarlo, y exigirles que hagan mucho más.

Esta semana, Twitter anunció que agregará etiquetas de advertencia en algunos tweets con información falsa o engañosa sobre la pandemia de COVID-19, y que eventualmente podría hacer lo mismo con noticias falsas sobre otros temas. YouTube había anunciado antes algo parecido.

El 7 de mayo, Facebook dio un paso aún más audaz. La compañía, que también es dueña de Instagram, puso en marcha una nueva comisión supervisora de contenidos al anunciar sus primeros 20 miembros. La junta será independiente, tendrá un presupuesto de $130 millones y podrá tomar decisiones vinculantes para eliminar noticias falsas específicas de Facebook e Instagram.

Los miembros de la nueva comisión supervisora de contenidos incluyen muchos conocidos defensores de los derechos humanos y la libertad de prensa. La junta estará presidida por cuatro expertos que incluyen a Catalina Botero, la ex relatora especial de libertad de expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y la ex primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt.

En una entrevista días atrás le pregunté a Botero por qué deberíamos confiar en Facebook. El fundador de la compañía, Mark Zuckerberg, admitió varias veces que Facebook no estaba haciendo lo suficiente para eliminar las noticias falsas, y después hizo poco y nada al respecto, le señalé.

Botero respondió que la comisión supervisora será una institución autónoma y que Facebook no podrá despedir a sus miembros. La comisión actuará “como una Corte Suprema” que decidirá sobre la eliminación de noticias falsas potencialmente dañinas. Sus decisiones sobre este tipo de noticias serán vinculantes, me señaló.

Botero dijo que no puede hablar de casos específicos, como cuando el presidente Trump sugirió que inyectar desinfectante puede curar el COVID-19. Pero, en general, si un presidente recomienda algo que puede hacer daño, incluyendo la incitación a crímenes de odio, las decisiones de la comisión de eliminar tales declaraciones serán obligatorias, dijo.

¿Y qué pasa con las noticias falsas o engañosas que no causan daño a la salud pública?, le pregunté. Por ejemplo, Trump ha afirmado sin pruebas de que la pandemia se originó en un laboratorio en China, una declaración que algunos podrían interpretar como no dañina a la salud pública.

Botero respondió que, en general, cuando no haya un daño potencial, la comisión podrá hacer “recomendaciones” a Facebook. Por ejemplo, podrá recomendar que Facebook etiquete una declaración de un político, alertando a los lectores de que se trata de información disputada por fuentes reconocidas. La comisión también puede recomendar que una noticia vaya acompañada de un enlace con información comprobada de una fuente creíble, agregó.

Aunque dichas “recomendaciones” sobre temas que no causen daño a la salud pública no serán obligatorias, se harán públicas. Eso presionará a Facebook para que etiquete esas noticias o explique por qué no lo hace, me dijo Botero.

Cuando le pregunté si la comisión podrá eliminar la publicidad política falsa o noticias engañosas a tiempo para las elecciones estadounidenses de noviembre, Botero dijo que “vamos a trabajar a toda marcha” para lograr ese objetivo. Pero advirtió que la junta aún se encuentra en su etapa organizativa y que “no puedo garantizarlo”.

Me cuesta entender por qué Facebook, que anunció esta comisión en 2018, se tardó tanto en ponerla en marcha. Estamos a solo seis meses de las elecciones estadounidenses.

Pero, de todos modos, es un paso en la dirección correcta. Quizás sea mejor tener una comisión de supervisión independiente que dejar las decisiones sobre noticias falsas en manos de los presidentes de Facebook, YouTube o Twitter, que siempre tienen en cuenta las ganancias de sus empresas.

Deberíamos aplaudir estos primeros pasos de Facebook, Instagram, YouTube y Twitter, y al mismo tiempo presionarlos para que los extiendan a noticias falsas sobre otros temas más allá del COVID-19. Han ganado miles de millones de dólares con la difusión de noticias falsas, y es hora de que hagan algo en serio para combatir esa plaga.

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