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La candidata de Biden no puede definir a la mujer

El presidente Joe Biden prometió nominar a una mujer afroamericana a la Corte Suprema. Lástima que se olvidó de decirle a Ketanji Brown Jackson lo que es una mujer.

El martes 22, Jackson afirmó que no podía responder lo que alguna vez habría sido una pregunta simple.

“¿Puede dar una definición de la palabra ‘mujer’?” La senadora Marsha Blackburn, R-Tenn., le preguntó durante su audiencia de confirmación.

“No, no puedo”, dijo Jackson. Ella continuó: “No en este contexto. No soy bióloga”.

Biden tampoco es biólogo. Pero no tuvo ningún problema en darse cuenta de que Jackson es una mujer. Tampoco quienes elogiaron su nominación como innovadora.

La congresista Nancy Pelosi dijo: “La jueza Jackson hace historia como la primera mujer afroamericana seleccionada para servir en el tribunal más alto del país”.

Los medios de comunicación corporativos como The New York Times, CNN y ABC informaron de manera similar que ella fue la primera mujer afroamericana nominada.

Para ser una palabra que no puede definir, Jackson también la usa mucho.

“Porque soy una mujer, porque soy una mujer afroamericana, todas esas cosas que la gente ha dicho han sido realmente significativas para ellos”, dijo Jackson durante la audiencia. También comentó que sería un honor “ser la primera y única mujer afroamericana en servir en la Corte Suprema de Estados Unidos”.

Esto no es un juego semántico. Los casos podrían depender de cómo ella defina esa palabra. La ley federal prohíbe que una empresa le pague a una mujer menos que a un hombre por el mismo trabajo. El Título IX condujo a un aumento masivo de los deportes para niñas y mujeres. Los izquierdistas frecuentemente describen matar a los bebés no nacidos como el derecho de la mujer a elegir.

Jackson sabe lo que es una mujer. Todos los que miran saben que ella lo sabe. Y ella sabe que todos saben que ella sabe. Sin embargo, hizo este baile retórico porque definir “mujer” socava la posición de la izquierda en el debate transgénero.

Incluso en su negativa, Jackson insinuó la definición tradicional, y hasta hace cinco segundos, universal. Existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres. Un hombre tiene un conjunto de cromosomas XY. Las mujeres tienen cromosomas XX. El cuerpo de un hombre está diseñado para producir gametos más pequeños. El cuerpo de una mujer está diseñado para producir gametos más grandes.

Definir “mujer” es tan simple como seguir la ciencia.

Pero ese marco no cuadra con las creencias de la izquierda moderna sobre el transgenerismo. Según la izquierda, un hombre biológico puede convertirse en mujer y viceversa. Es una cuestión de identidad propia, no de biología.

Es un país libre, y los adultos pueden vivir como quieran. Pero cuando el gobierno adopta políticas basadas en esa creencia, hay implicaciones significativas. Los hombres biológicos están ganando títulos deportivos femeninos. Las prisioneras han sido agredidas por hombres biológicos recluidos en prisiones de mujeres. Los médicos recetan a los niños tratamientos hormonales que pueden dejarlos infértiles y llenos de remordimientos.

Los detalles de esos temas son importantes. Pero la negativa de Jackson a definir “mujer” destaca los débiles fundamentos filosóficos de la ideología transgénero de la izquierda.

Si existen distinciones biológicas fundamentales entre hombres y mujeres, entonces una persona no puede moverse tan fácilmente entre categorías. Y si los hombres y las mujeres no se diferencian por disparidades biológicas, no hay razón para hacer una distinción entre los sexos. ¿Por qué celebrar el Mes de la Historia de la Mujer si no hay algo único en ser mujer?

La ideología de género quiere simultáneamente que existan categorías basadas en la biología y que la biología no determine la categoría a la que pertenece alguien. Esa contradicción no puede resistir el escrutinio lógico, o incluso definir la palabra “mujer”.

Jackson parece saberlo. Eso explicaría por qué eligió ofrecer una respuesta absurda para esquivar la pregunta.

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