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El gobierno no paga… y pide votos

Si alguien quiere saber por qué la imagen del gobierno no levanta como debería después de un ciclo histórico de reformas, en su mayoría sacadas por consenso, tiene que darle una mirada a la economía cotidiana.

El problema no es la inflación –donde hay cuentas excelentes–, sino la falta de liquidez porque no se les paga a los proveedores. No son cacahuates.

Los pagos pueden tardar muchos meses, como ocurre con los campesinos acreedores de Aserca, o años, como sucede con la icónica constructora ICA, a punto del colapso porque le deben obras ejecutadas desde el sexenio pasado.

¿No hay dinero? Sí hay dinero. Pero no circula.

Desconozco las razones por las cuales el gobierno federal tarda tanto en pagarles a sus proveedores, o simplemente no les paga. Pero sí sabemos muy bien el impacto que eso tiene en el ánimo de la población que no ve circular dinero y se come sus ahorros.

Y no hay que ser un estudioso de la ciencia política para entender que los estados de ánimo se reflejan en la valoración del gobierno y en las elecciones. El viernes informó Reforma que Aserca, la agencia gubernamental que cubre el diferencial de precios en las cosechas de granos (entre el precio que se proyectó y el que realmente se vendió el maíz, sorgo, cebada, trigo y soya), le debe siete mil 500 millones de pesos a 250 mil productores.

No hay dinero dice Aserca. ¿Cómo que no hay dinero? Claro que hay.

El gobierno ha aumentado la deuda de manera considerable. Tanto que para el próximo año ésta rondará cerca de 50 por ciento del PIB.

Dicen los especialistas que ese porcentaje de endeudamiento no es peligroso, por ahora. Pero el punto hoy es otro: ¿qué hacen con el dinero? Además, las reservas del Banco de México ascienden a 127 mil millones de dólares (al 27 de noviembre). La recaudación de impuestos es histórica. ¿Y no pagan a los campesinos?

Esos 250 mil productores, sumados a sus dependientes directos, llegan a la cifra del millón… de agraviados por el gobierno. ¿Y quieren popularidad? ¿Quieren votos?

A ICA, la empresa símbolo de la ingeniería mexicana, la tienen ahogada –entre otras cosas– porque el gobierno no le paga.

El gobierno le debe a ICA obras tan antiguas como la presa de La Yesca, el Centro de Convenciones de Los Cabos, la autopista Nuevo Necaxa-Tihuatlán, el Túnel Emisor Oriente, la carretera Querétaro-Irapuato, el Centro de Readaptación de Nayarit, el Hospital General La Paz, entre otros.

¿Por qué no paga? ¿No hay dinero? Cuentos. Sí hay dinero, el problema es que el gobierno no lo pone a circular.

Resulta asombroso que se le quiera cerrar el paso al populismo mediante el endeudamiento gubernamental y no pagar a los proveedores privados.

Seguramente hay una razón económica por la cual el país se endeuda, recauda mucho, se ve poca obra pública y no les paga a los proveedores en tiempo.

Pero del otro lado están los resultados: un mal ambiente hacia el presidente, contra el gobierno y su partido –al que le piden ganar elecciones–. Y un populista que se soba las manos por el banquete que le están poniendo.

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