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Un vistazo a las clases a distancia en acción

Levi Larrabee, un estudiante de cuarto grado de Legacy Traditional School, trabajaba en una tarea de ciencias el martes en lo que parecía un cubículo de oficina improvisado en la mesa de su cocina mientras su hermana, Lily, se sentaba a leer, habiendo completado su trabajo escolar del día.

Mientras Levi se conectaba a la clase por videoconferencia con su profesor a la 1 p.m., su madre, Katy, le recordó que “se pusiera los audífonos para no molestar a Lily”.

Levi, de nueve años, no pudo resistirse a mirar por el lado del cartón triple para ver lo que su hermana mayor, una estudiante de quinto grado, estaba haciendo.

Así se llevó a cabo otro día de aprendizaje a distancia en el hogar de los Larrabee.

Legacy Traditional School, una escuela pública gratuita con más de cuatro mil 500 estudiantes en tres campus del Valle de Las Vegas, comenzó su año escolar el 12 de agosto con educación a distancia.

Para entender mejor cómo funciona el proceso (y cuando no funciona) el Review-Journal se unió a los Larrabee el martes por la tarde en su casa al sudeste de Las Vegas para echar un vistazo a la educación a distancia en acción.

El mes pasado, la junta de la Nevada State Public Charter School Authority emitió una directiva que requiere que las escuelas de los condados con un nivel elevado de transmisión de COVID-19 (incluyendo el Condado de Clark) comiencen el año escolar con clases a distancia para al menos el 75 por ciento de su cuerpo estudiantil. Eso incluye a Legacy, donde los jóvenes Larrabee asistieron al campus de Cadence en Henderson antes de ser exiliados a la mesa de su cocina.

El Distrito Escolar del Condado Clark, con la excepción de siete escuelas rurales, también está llevando a cabo clases únicamente a través de la educación a distancia para iniciar el año escolar que comenzó el 24 de agosto, pero muchas escuelas privadas del Valle de Las Vegas están dando clases presenciales a tiempo completo.

Jennifer Hackett, entrenadora de liderazgo de Legacy Traditional Schools Nevada, declaró el martes que el aprendizaje a distancia no ha sido tan fácil como los funcionarios de las escuelas de Legacy esperaban.

“Creo que es obviamente un nuevo terreno para todos”, comentó, señalando que hay una curva de aprendizaje que viene con eso. Pero en general, agregó, ha sido “bastante exitosa”.

Creación de un espacio escolar

Katy Larrabee, una agente inmobiliaria de Coldwell Banker, trabajaba el martes en un taburete de bar en la cocina mientras sus hijos se sentaban en la mesa de la cocina.

“Ha resultado más fácil para ellos estar en la misma habitación que yo”, dijo Larrabee, cuyo hijo mayor, Seth, está en el último año en Del Sol Academy of the Performing Arts.

Antes del COVID-19, Larrabee trabajaba en la oficina de Green Valley de Coldwell Banker en Henderson. Dijo que extraña estar en la oficina y ver a sus compañeros de trabajo.

Pero como Larrabee y su marido, Jesse, están trabajando, tienen que coordinar sus horarios para asegurarse de que uno u otro pueda estar en casa para ayudar a los niños con la educación a distancia. Cuando Larrabee está fuera mostrando casas a los clientes, por ejemplo, su marido, un contratista eléctrico, se queda en casa.

Inicialmente, Katy Larrabee intentó que Lily, de 10 años, y Levi trabajaran desde sus dormitorios, pero eso era problemático cuando necesitaban ayuda, y se encontró “corriendo de habitación en habitación”.

Decidió instalarlos en la mesa de su cocina, pero empezaron a molestarse uno al otro, relata Larrabee.

La solución: Los cartones triples que funcionan como anteojeras para centrar su atención y proporcionarles un espacio de trabajo semi-privado en la mesa de la cocina.

Un típico día

Las mañanas de la semana antes de la escuela, Larrabee y los pequeños salen a correr o a caminar juntos para hacer ejercicio.

Luego siguen una rutina normal como si fueran a la escuela en persona, incluyendo quitarse la pijama y cepillarse los dientes. “Creo que ayuda a que tengan la mentalidad correcta”.

Un típico día escolar de Legacy comienza con una asamblea escolar en vivo en Facebook, incluyendo un Juramento de Lealtad virtual.

Lily tiene sesiones en vivo a las 9:30 a.m. y a la 1:30 p.m. Su maestra también tiene una sesión a las 3 p.m. donde los estudiantes pueden hacer preguntas o recibir ayuda extra.

Levi tiene sesiones en vivo a las 9 a.m., 11 a.m. y 1 p.m. Una de las sesiones de la mañana es para leer, comenta Larrabee. Levi interrumpió la plática para agregar “y a veces gramática”.

“Insertamos el almuerzo en algún lugar”, añadió.

El requisito mínimo para los profesores de Legacy son dos sesiones de 30 minutos en directo al día, dijo Hackett. “Algunos de nuestros profesores están haciendo más que eso”.

Cuando Lily y Levi participan en una sesión en vivo, van a su habitación o conectan sus audífonos si trabajan desde la mesa de la cocina.

“Intentamos ser fluidos porque cada día es diferente”, dijo Larrabee.

Poco después del mediodía del martes, Lily estaba trabajando en una tarea de matemáticas, que incluía fracciones, multiplicaciones, divisiones y problemas, “no estoy contenta con eso”, confesó.

Levi estaba en medio de sus estudios de ciencias.

Durante un tiempo después de eso, la casa estaba tranquila excepto por el sonido de las teclas siendo presionadas, mientras los niños trabajaban en tareas en sus laptops y Larrabee respondía a correos electrónicos.

Larrabee dijo que el trabajo de Lily y Levi suele terminar sus tareas escolares más o menos a la misma hora que si estuvieran en la escuela, alrededor de las 2:45 p.m. Una vez que terminan la escuela, van a nadar a la piscina de su patio y disfrutan de un tiempo en familia.

Larrabee señala que una bendición disfrazada de la situación del COVID-19 es que tienen más tiempo juntos como familia. Y agregó que sus hijos han asumido más responsabilidades en la casa, como ayudar a lavar los platos y la ropa. “Han crecido mucho con esto”.

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