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Tu salud en tus manos

Como expliqué la semana pasada, millones de personas hoy día tienen seguro médico gracias a la Ley de Cuidado de Salud Asequible. Algunos compraron seguros privados, muchos con ayuda financiera federal, en el nuevo Mercado de Seguros Médicos; otros se inscribieron en Medicaid, un seguro del gobierno; y millones de jóvenes se acogieron al plan de sus padres.

No basta tener seguro médico—hay que aprender a usarlo.

Tener un seguro médico es el primer paso hacia una vida con mejor salud. Sin embargo, es sumamente importante aprender cómo funcionan los seguros de salud en general, y cuáles son las reglas particulares del seguro tuyo. Si no lo haces, podrías gastar mucho más de lo necesario.

La semana pasada comencé una serie para ayudarte a aprovechar los beneficios de tu plan de salud al máximo.

El primer paso para ahorrar lo más posible con tu seguro médico es aprender ciertos conceptos claves. La semana pasada expliqué que el deducible esla cantidad que debes pagar cada año antes de que tu seguro médico empiece a cubrir tus gastos médicos.Hoy explico otro concepto esencial para utilizar tu seguro efectivamente.

Copago o Coseguro: La cantidad que tendrás que pagar por cada servicio médico que recibas.

El punto de tener un seguro médico es reducir lo que tienes que pagar por los servicios médicos que podrías necesitar. Tú pagas la mensualidad (llamada prima o cuota) y a cambio, si necesitas servicios médicos, no tienes que pagar todo su costo porque la compañía de seguros con quien tienes tu plan cubrirá una porción predeterminada de tus gastos médicos. El plan particular que compraste determina qué parte pagas tú y qué parte paga el seguro. Si el plan dice que tú tienes que pagar una cantidad fija por servicio, por ejemplo, $25, tu porción se llama copago. Si el plan dice que tienes que pagar un porcentaje del costo del servicio, digamos 25 por ciento, tu porción se llama coseguro.

Debes averiguar el copago o el coseguro que te toca, y ten en mente que diferentes servicios podrían tener copagos o coseguros distintos. Por ejemplo, un seguro podría tener un copago de $15 para atenderse con un médico primario, $30 para consultas con especialistas, y $50 para atenderse en la sala de emergencias. También pueden haber copagos o coseguros para otros servicios, como pruebas de laboratorio, estudios radiológicos y hospitalizaciones. Además, en el caso de muchos seguros, el copago o coseguro para atenderse con un proveedor dentro de la red preferida del plan es distinto al copago o coseguro para atenderse con un proveedor que no tiene contrato con el seguro.

Recuerda que para la gran mayoría de servicios, vas a tener que pagar la cantidad completa de tu bolsillo hasta que llegues al nivel de deducible.

En otras palabras, los copagos y coseguros solo aplican después de que hayas pagado tu deducible. Volviendo al ejemplo, si tienes un deducible anual de $500, te toca pagar el costo de cada servicio que recibas (normalmente cubierto por el plan) hasta alcanzar los $500. Después de ese punto es que te tocaría pagar solo el copago, por ejemplo $15 por visita a un médico primario, y el seguro pagaría el resto.

No tienes que pagar un copago o un coseguro por servicios preventivos aprobados, y el deducible tampoco aplica a los mismos. Como expliqué la semana pasada, la Ley de Cuidado de Salud Asequible promueve el cuidado preventivo. Esta le requiere a las aseguradoras que cubran el costo total de servicios preventivos (como el chequeo anual, vacunas, y ciertas pruebas) para que no le cuesten nada al paciente.

Para empezar a poder anticipar cuánto te costará recibir servicios médicos tienes que saber cuánto es el deducible de tu plan y cuáles son los copagos y/o coseguros para los diferentes servicios que cubre tu plan.

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