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Sobreviviente del tiroteo de Las Vegas se gradúa, planea volar

Fuerte. Combatiente. Sobreviviente.

Las tres palabras se destacaron en el birrete de graduación de Jacquelyn Trujillo el jueves por la mañana mientras besaba a su madre y ajustaba su cinturón negro de la Guardia Nacional del Ejército.

“Te quiero, mamá”, dijo antes de unirse a los otros 188 graduados de la Nevada Virtual Academy en el Henderson Pavilion.

Su birrete también estaba adornado con botas de vaquero y botas militares. En la parte inferior, un mensaje: “Love Wins”.

Al comienzo de su último año, Trujillo esperaba graduarse de Arbour View High School.

Pero después de escapar de los tiroteos en el festival Route 91 Harvest el 1 de octubre, la joven de 18 años y sus dos hermanas, Isabella, de 15 años, y Francesca, de 14, se sintieron incómodas al regresar a una escuela abarrotada de gente.

“Nos volvimos muy apegadas unas de las otras”, confesó Trujillo. “Todo lo que teníamos era la una de la otra esa noche”.

En la escuela, las chicas de Las Vegas se encontraban hiperactivas a causa de los sonidos y las multitudes durante los cambios de clase. A veces, las dos hermanas mayores, que asistieron a Arbour View, tuvieron que abandonar la clase para controlarse entre sí.

A medida que aumentaban las amenazas de tiroteos en las escuelas, sus padres las colocaban en programas escolares en línea.

“No quería que siguiera afectándolas”, comentó la madre de las niñas, Sumer Henning.

Mudarse a la escuela en línea ayudó a frenar la ansiedad por las hermanas.

“Le damos a los estudiantes la oportunidad de sanar y estar en un espacio para que se sientan seguros y cómodos”, destacó Jacque Hoover, gerente de desarrollo local de K12 Inc., que ofrece el plan de estudios de la Nevada Virtual Academy.

Pese a brindar consuelo a las niñas, la escuela chárter pública, que atiende a 2 mil 259 estudiantes en todo el estado, está en riesgo de ser cerrada por la Autoridad Escolar Pública Estatal de Nevada debido al bajo rendimiento académico de su escuela primaria de una estrella.

El destino de la escuela aún se desconoce, pero Hoover anunció que está trabajando con la autoridad para resolver los problemas.

“No nos estamos centrando en cerrar, porque no vamos a cerrar”, puntualizó. “Nos estamos enfocando en seguir adelante y abordar todo lo que ellos quieren que tratemos”.

Instintos militares

Apenas un mes después de regresar de la capacitación básica de la Guardia Nacional del Ejército en Fort Sill en Oklahoma, Trujillo, quien quería comenzar su carrera profesional con la guardia, estaba celebrando en el festival Route 91 con sus padres, abuelos y hermanas.

Las tres chicas se separaron del resto de su familia cuando comenzaron los disparos.

“Con todo lo que aprendió en la fuerzas básicas y verla en acción, es realmente una heroína, una salvadora”, dijo Francesca. “Ella es un soldado”.

Trujillo afirmó que el entrenamiento le enseñó cómo mantener la calma y el control de la situación y reconocer inmediatamente el sonido de los disparos.

“No estaba tan preocupada por mí misma como con mis hermanas”, indicó. “De esto también se tratará de mis futuros hermanos y hermanas en el Ejército, no tanto de mí”.

La próxima semana, ella se va para su capacitación laboral como especialista en operaciones de aviación en Fort Rucker, Alabama, y comenzará su primer semestre en la UNLV en el otoño. Espera tener una carrera como piloto en la Guardia Nacional del Ejército.

“Quiere ayudar ahora más que nunca”, señaló Henning. “Definitivamente es una persona de primeros auxilios, con su corazón”.

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