Nevada ocupa el octavo lugar en muertes por COVID-19, según un estudio
Un nuevo y exhaustivo estudio sobre los efectos del COVID-19 sitúa a Nevada en el octavo lugar de Estados Unidos con mayor tasa de mortalidad por esta enfermedad.
El estudio, publicado el jueves en la revista médica Lancet, analizó por qué las tasas de mortalidad eran tres o cuatro veces más altas en unos estados que en otros. Para ello se tuvieron en cuenta muchos factores en cada estado, como la aplicación de restricciones pandémicas, el acceso a una atención a la salud de calidad, los niveles de educación, las tasas de vacunación e incluso las preferencias políticas.
Para igualar las condiciones estadísticas entre los estados, las clasificaciones se ajustaron en función de la edad de la población del estado y la prevalencia de las principales afecciones médicas subyacentes. Sin ajustar los datos, Nevada tenía la tasa 18 de mortalidad más alta entre los estados y el Distrito de Columbia, dijeron dos de los autores del estudio en una entrevista.
Dado que la población de Nevada es relativamente joven, el estado “debería haberlo hecho mejor, porque sabemos que el COVID es mucho más letal para las poblaciones de más edad”, dijo Joseph Dieleman, autor del estudio y profesor asociado de ciencias métricas de la salud en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington.
El estudio encontró que el uso por parte de los gobiernos estatales de mandatos de uso de cubrebocas y otras restricciones pandémicas se asoció con menores niveles de infecciones, pero no con menores tasas de mortalidad.
Unas tasas de vacunación más elevadas se relacionaron tanto con menores tasas de infección como con menores tasas de mortalidad.
Emma Castro, coautora principal del estudio, describió Nevada como el mayor usuario de mandatos de cubrebocas de todos los estados.
“En comparación con los demás estados, han sido los que más tiempo han estado en funcionamiento durante el periodo de estudio y, posteriormente, también han tenido un uso muy elevado de los cubrebocas”, dijo Castro, investigador de Institute for Health Metrics and Evaluation. “Pero en el lado opuesto, la aceptación de la vacuna fue bastante baja”.
Nevada se situó en el puesto 41 en cuanto a cobertura vacunal, dijo.
Más de dos años de datos
Castro dijo que Nevada estaba justo en el medio entre los estados cuando se trataba de niveles de pobreza, niveles de educación y acceso a una atención a la salud de calidad, factores que podrían mejorar los resultados de COVID-19 de un estado.
“Creo que las vacunas son probablemente uno de los principales factores que determinan las mayores tasas de mortalidad de Nevada”, dijo.
El estudio analizó datos del 1° de enero de 2020 al 31 de julio de 2022, encontrados en bases de datos públicas. Entre otros hallazgos se encontraron los siguientes:
- Las tasas de mortalidad fueron más bajas en Hawái, Nuevo Hampshire y Maine, y más altas en Arizona, Washington DC y Nuevo México.
- Los estados que impusieron más obligaciones de vacunación y uso de cubrebocas experimentaron tasas de infección más bajas, pero tendieron a tener peores tasas de empleo y resultados en los exámenes de los estudiantes, aunque no les fue peor económicamente, medido por el producto interior bruto local.
- Los estados con poblaciones más pobres, con menos educación, con menos acceso a una atención a la salud de calidad y menos confianza en los demás, según las encuestas, experimentaron tasas más altas de infección y muerte.
- Un mayor gasto en salud pública y más personal de salud pública per cápita no se asociaron, en general, con menos infecciones y muertes por el COVID-19.
- El cierre obligatorio de restaurantes y el mayor uso de cubrebocas se asociaron con mayores descensos en las tasas de empleo. Un menor uso de los cubrebocas, un mayor número de infecciones y un mayor número de muertes por COVID-19 estaban estrechamente relacionados con un mayor nivel de empleo.
- El cierre de escuelas a nivel estatal no pareció influir en los peores resultados de los alumnos en la mayoría de los estados. En cambio, el estudio sugiere que los descensos en matemáticas de cuarto curso estaban relacionados con varios mandatos políticos, entre ellos un mayor uso de cubrebocas y mandatos de vacunación para los empleados estatales y escolares.
“Es posible que en los estados que se mostraron más precavidos ante la transmisión del COVID-19, más padres optaran por la escolarización a distancia. Otra posibilidad es que los mandatos de uso de cubrebocas y vacunas influyeran en la asistencia y el cierre de las escuelas de formas que nuestro estudio no estaba diseñado para medir”, señaló en un comunicado de prensa Thomas Bollyky, coautor principal y director del Programa de Salud Mundial del Concejo de Relaciones Exteriores.
- Los estados con mayor proporción de población afroamericana e hispana se asociaron con tasas de mortalidad más elevadas, lo que refleja las desigualdades raciales locales, y las disparidades de salud.
- La afiliación política de los gobernadores de los estados no se asoció con tasas más bajas de infección o mortalidad.
- Los peores resultados del COVID-19 se asociaron con la proporción de votantes de un estado que votaron por el candidato presidencial republicano de 2020, Donald Trump. Este hallazgo podría reflejar menos restricciones de protección contra la pandemia y más dudas sobre la vacuna, dijo Dieleman.
Planificación para la próxima pandemia
Los peores resultados del COVID-19 en el sureste están asociados con “estados republicanos que tienen alta pobreza, bajo acceso a los sistemas de salud, baja confianza”, dijo. En relación con los peores resultados en el suroeste, “estamos viendo una historia que gira en torno a los hispanos, las tasas de vacunación más bajas … y las tasas de seguro más bajas, también.”
Las conclusiones pretenden ayudar a los funcionarios de salud pública a planificar mejor la próxima pandemia y responder a ella.
“Saber dónde se espera que los resultados sean peores es muy útil a la hora de planificar la próxima pandemia y nos permite estar más preparados para ofrecer más servicios y diferentes tipos de comunicación en esas comunidades en concreto”, afirmó Dieleman.
El estudio fue financiado por Bill & Melinda Gates Foundation, J Stanton, T Gillespie, J y E Nordstrom y Bloomberg Philanthropies.
