El vínculo entre la alimentación y la enfermedad es más fuerte de lo que crees
febrero 16, 2023 - 9:00 am
Actualizado February 16, 2023 - 5:55 pm
La frase “somos lo que comemos” se usa comúnmente en las conversaciones sobre la salud y la conexión entre los alimentos y el cuerpo. Llevar una dieta poco saludable puede tener graves consecuencias y aumentar el riesgo de muerte por cardiopatías, embolias y diabetes de tipo dos.
Factores como el tabaquismo y la genética nos exponen a desarrollar distintas enfermedades, pero no son los principales factores de riesgo.
“La nutrición es ahora la primera causa de muerte prematura y de enfermedad prematura en nuestro país y en el mundo”, afirma el doctor Stephen Kopecky, cardiólogo preventivo de Mayo Clinic.
Kopecky dice que tener genes para la enfermedad aumentará el riesgo entre un 30 y un 40 por ciento, pero tener un mal estilo de vida para la enfermedad aumentará el riesgo entre un 300 y un 400 por ciento.
“Alrededor del 57 por ciento de las calorías que consumimos cada día en este país son alimentos ultraprocesados”, dijo.
Aunque los alimentos ultraprocesados tienden a ser cómodos y baratos, son inflamatorios y pueden causar una serie de problemas de salud con el tiempo.
“Molestan a nuestros tejidos. Molesta a nuestro corazón. Afecta a las arterias, el cerebro, el páncreas, el hígado y los pulmones. Y eso provoca enfermedades”, explica Kopecky. “Puede ser en el cerebro con el Alzheimer, en el corazón con la enfermedad arterial coronaria, o cánceres en otros lugares”.
La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para cambiar los hábitos alimenticios, y ningún cambio es demasiado pequeño.
“Se ha demostrado que, si se come un bocado de carne procesada o de un alimento ultraprocesado y se sustituye por otro no procesado o por una opción más sana -verduras y frijoles negros-, al cabo de uno o dos años se reduce el riesgo de infarto y embolia”, afirma Kopecky.
De los cuatro niveles de procesado de los alimentos, los más procesados son los denominados alimentos ultraprocesados. Estos alimentos tienen muchos ingredientes añadidos, como azúcar, sal, grasa y colorantes, conservadores o estabilizantes artificiales. La lista de ingredientes a veces contiene palabras que suenan como productos químicos. Algunos ejemplos obvios son los refrescos, los hotdogs, los embutidos, la comida rápida, los aperitivos envasados y las galletas, pero también pueden ser los frijoles cocidos enlatados, el yogur de frutas bajo en grasa, el pan en caja, las salsas para pasta preparadas y los cereales de desayuno.