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Consulta al médico, no a las redes sociales, en cuestiones de salud

Digamos que estás navegando por TikTok o Instagram y alguien comparte un video de una cura milagrosa. Esta supuesta solución rápida puede reducir tu peso, curar tu intestino, reducir la hinchazón o curar completamente tu enfermedad. Piensas que parece bastante sencillo, ¿por qué no probarlo y averiguarlo?

Pasan las semanas y, en lugar de consultar a tu médico, consultas las redes sociales. Sin embargo, lo más probable es que en lugar de solucionar tu problema, lo estés empeorando.

“La desinformación sobre la salud puede retrasar la atención al paciente”, afirma la doctora Joyce Akwe, especialista en medicina interna. “Esta desinformación puede llegar a poner en peligro la vida del paciente. Así que es muy importante que el paciente o sus cuidadores estén muy informados sobre la enfermedad que padecen”.

Según una encuesta realizada por GoodRx, más del 70 por ciento de los estadounidenses han estado expuestos a información médica errónea, y el 82 por ciento de esos malos consejos proceden de las redes sociales. Además, la encuesta encontró que el 44 por ciento de los encuestados no confiaban en verificar si la información médica que consumían era exacta.

Algunos influencers de redes sociales crean tendencias virales bajo la apariencia de “consejos de bienestar”, pero estas publicaciones difunden repetidamente información errónea. De hecho, una investigación realizada en septiembre por NewsGuard descubrió que el 20 por ciento de los videos que aparecían en los resultados de las búsquedas contenían información errónea.

Cuidado con las ‘soluciones rápidas’

Las mayores señales de alarma que hay que observar son “las promesas de soluciones rápidas y las promesas de milagros en tratamientos que no tienen pruebas acreditadas”, afirma Akwe. “Te dirán algo, y luego buscas en internet y no encuentras nada en ningún sitio. No lo encuentras en revistas acreditadas ni en sitios reputados. Decir ‘él dijo’ no es una prueba irrefutable”.

Las pruebas anecdóticas no deben tomarse por hechos. Si te preocupa algo que viste en redes sociales, consulta tus dudas con tu proveedor de atención a la salud. Puede que alguien comparta los síntomas de una determinada enfermedad que padece, y puede que te suene. Sin embargo, esto no significa necesariamente que compartan la misma afección. Puede ocurrir lo contrario.

“Afecciones distintas pueden manifestarse de forma similar, y los tratamientos son totalmente opuestos o completamente distintos”, explica Akwe. “A veces, el tratamiento para una de las afecciones podría ser muy peligroso para la afección opuesta que parece dar un cuadro clínico similar”.

Un ejemplo: “Si tu nivel de azúcar en sangre es muy bajo, manifestarás síntomas similares que alguien con un nivel de azúcar muy alto en sangre, pero los tratamientos son completamente opuestos”, dijo. “A alguien con niveles altos de azúcar en sangre, se le administrará insulina para bajarlos de inmediato. Si alguien tiene la glucemia muy baja y le das insulina, lo matarás. Si ya están inconscientes porque tienen el azúcar bajo, y en lugar de darles azúcar les das insulina, en ese momento los matarás”.

‘Realmente a ciegas’

Diferentes tendencias relacionadas con la salud circulan por las redes sociales. Últimamente, las publicaciones sobre nutrición y, en particular, sobre salud intestinal están ganando mucho terreno. Una tendencia que circuló por las redes sociales promovía el consumo de semillas de papaya para “matar parásitos” en el intestino. Estas afirmaciones se basan en un estudio de 2007 que descubrió que las semillas secas de papaya eran eficaces para tratar solo un tipo de parásito en niños de Nigeria.

Pero, según Cleveland Clinic, esto no debe aplicarse al público en general. Se necesitan más estudios controlados, aleatorizados y con muestras de mayor tamaño para corroborar esta afirmación. El consumo de semillas de papaya puede tener efectos secundarios nocivos, ya que contienen cantidades de cianuro, según Cleveland Clinic. Además, los parásitos no deberían preocupar a la mayoría de los estadounidenses.

“El estadounidense promedio -o no promedio- no tiene parásitos”, afirma el doctor William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt. “Los médicos de Estados Unidos no atienden a pacientes que tienen parásitos intestinales, a menos que se trate de personas recién llegadas de países en desarrollo”.

Otros videos incluyen a creadores que afirman cosas como consumir jugo de aloe vera, aceite de oliva o suplementos para mejorar su salud intestinal. Sin embargo, estas afirmaciones carecen de datos. Akwe advierte que, de nuevo, los síntomas que pueden parecer problemas intestinales pueden ser en realidad otra cosa. Si te preocupan tus intestinos, visita a tu médico.

“Puede que la gente te diga lo que hace falta para perder peso. Puede ser cierto. Puede ser cuestionable. Puede que funcione. Puede que no funcione, pero vas realmente a ciegas”, dijo Akwe. “Es muy importante que verifiques ciertas cosas para que no te metas en una situación en la que te estés perjudicando a ti mismo pensando que en realidad te estás haciendo algún bien”.

No todo es malo

Sin embargo, no toda la información que ves en las redes sociales es falsa. Hay muchos médicos acreditados y profesionales de la medicina, como Akwe, que comparten consejos útiles y precisos para mejorar la salud. Cada vez que veas información sobre salud en las redes sociales, comprueba la acreditación de la persona que hizo el video. ¿Es médico? ¿Está acreditado? Una forma de comprobarlo es visitar DocInfo, un sitio creado por la Federación de Juntas Médicas Estatales, y teclear su nombre.

¿Cómo transmite la información? ¿Está usando superlativos y un lenguaje amplio para respaldar sus afirmaciones? ¿O cita investigaciones y fuentes verificadas? Si alguien afirma que un tratamiento alternativo es una solución rápida a un problema, debes comprobar dos veces lo que dice.

Busca la información a la que se refieren en su mensaje. ¿Hacen referencia a estudios revisados por expertos con muestras aleatorias de gran tamaño? ¿Se puede encontrar la información en otros sitios de confianza, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades o la Agencia de Alimentos y Medicamentos? Si no es así, lo más probable es que la información que estés consumiendo sea falsa.

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