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“Pastores de Las Vegas en favor de San Miguel”

Una de las primeras Pastorelas que se escenificaron en Las Vegas fue coordinada por Javier Becerra. Tuvo lugar a mediados de la década de los noventa. Ahora, el viernes 10 de diciembre, en el Skyview Terrace Hall, el también profesor de un grupo de teatristas locales, estrenó “Pastores de Las Vegas en favor de San Miguel”.

La obra es una adaptación de la lucha y triunfo del bien sobre el mal. “Estudié teatro (nunca he ganado un centavo por eso), estudié dos técnicas, la de Stanislavski (Konstantin) y Brecht (Bertolt); la primera es la que muchos conocemos como normal, de vivencias, pero, la segunda, surge al mundo histriónico luego de la segunda guerra mundial. A Brecht quizá muchos no lo conozcan por el nombre, pero la postguerra trajo una evolución teatral, llegó el surrealismo y otras técnicas. La intelectualidad mundial tiene a Bertolt Brecht como referencia, mientras que la gente común, el pueblo, tiende a Stanislavski”, explicó Becerra, al término de la presentación de la obra.

La Pastorela fue una presentación que hicieron en la ceremonia de clausura del curso “Rompamos Barreras”, que The Libre Institute Nevada ofreció a distintas personas del valle. Entre los conferencistas estuvo el boxeador y aspirante al Congreso, Jessie Vargas. El seminario fue coordinado por José Luis Chávez, consultor en administración y calidad total, en conjunto con Eddie Díaz, director estratégico de la organización The Libre Institute. Entre las personas que obtuvieron su diploma de acreditación destacó Dalinda Torres, presidenta del Comité Patriótico Mexicano.

Javier Becerra es pionero, fue de los primeros que se atrevió a montar obras teatrales en Las Vegas. “Estoy tratando de crear público, han venido obras de México a la ciudad, la gente va y cree que son ‘vodevil’, un género de teatro de variedades que existió en Estados Unidos principalmente en los años 1880 y la década de 1930”, abundó, puntualizando que “no, señores, el teatro se cimenta en dos pilares: primero, es hijo de la literatura y luego se sustenta con la filosofía. Cualquier obra que no tenga esos elementos es otra cosa, pero teatro no”.

La ópera es cercana al teatro, una obra musical con literatura; Carmen, es una obra de arte.

La pastorela “Pastores de Las Vegas en favor de San Miguel”, aborda el drama migratorio, justo en referencia al terrible accidente donde perdieron la vida más de 50 personas de origen centroamericano en Chiapas, México. “No aprendemos de las tragedias porque estamos inmersos en lo pueril y se nos olvida lo esencial. Es más fácil emborracharnos y amanecer crudos, que leer un libro”, señaló Becerra.

“La tecnología ha alejado a muchos del convivio, en las cenas familiares la gente se la pasa ‘texteando’, en la calle abordas a una chica y ya es acoso sexual, ¿a dónde vamos a llegar?”, se cuestionó.

En la pastorela se abordaron esos temas de manera farsática, porque “si lo tomo en serio te metes en problemas, encontré la farsa en una obra de José Joaquín Fernández de Lizardi, ‘El Auto Sacramental’ escrito en ‘mil setecientos y cacho’, pero soy ferviente admirador de Voltaire (Cándido, por ejemplo), con ellos tienes la oportunidad de burlarte de todo. Es muy sano burlarse incluso de uno mismo”, afirmó.

- Una catarsis teatral

Sobre el impacto a la gente, al público, luego de casi 30 años, dijo que “no soy antimexicano, pero afortunadamente ha llegado mucho sudamericano –colegiado- a la ciudad; exceptuando a algunos del Caribe, la’ raza’ de otras partes somos muy similares. Estas palabras no le caen bien a muchas personas, la catarsis se extiende mucho más allá de la inundación de carteles grotescos que algunos zares del vicio utilizan para promocionar sus eventos ¿Qué culpa tiene mi comunidad de sus ambiciones económicas?”, acotó, agregando que “se aprovechan de un mercado cautivo. Lo único que pretendo es vivir de lo que amo, de lo que creo. Facundo Cabral expresó que la persona que no ama lo que hace es un pen***”.

Sobre el Movimiento Cultural Macondo, cuya esencia –profunda- requiere dos requisitos básicos: el primero amar la cultura y el segundo hablar español –castellano- de manera correcta. “Los alumnos que protagonizaron este evento (la Pastorela navideña) se están graduando del curso que impartí con duración de 13 semanas. Hoy mostraron un libreto colectivo”, dijo Becerra resaltando que “los pastores (todos somos mojados), de hecho, algunos en la comunidad se atrevieron a decir que había tres niveles de ‘mojados’; los recién llegados, los que tienen residencia permanente y los que se han naturalizado. En cada vergonzosa escala, la anterior no debe existir. Desde siempre he defendido mi rechazo a estas expresiones”.

La “Charla Abierta” entre amigos fue otra tribuna de libre expresión.

“Yo no me meto en política, ni republicano, ni demócrata, todos valen para un carajo; unos incentivan la pobreza para cautivar electores, los otros tienen agendas específicas”, dijo, y sobre requisitos para formar parte de una cultura más amplia (pudiera ser el grupo Macondo), agregó que “lo único que pido es que amen la cultura y que hablen español; porque hay gente que antes eran Mario Guardado y ahora se identifica como Mario Kept. El castellano es hermoso, nuestro y no necesita traducciones”.

Javier Becerra defiende la pureza del lenguaje, las tradiciones, “además tengo el exagerado derecho de hacerlo. Cuando alguien habla español e inglés en clases le hacemos burla, los jóvenes que gustan del teatro pueden aprenderlo en las escuelas, el ‘mojado’ que quiera incursionar en esto sencillamente no encuentra ningún lugar que le abra las puertas”, expresó.

Con las palabras de: “No solo de pan vive el hombre”, finalizó la charla.

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