97°F
weather icon Clear

Muere a los 57 años una mujer que luchó por un proyecto de ley de muerte médicamente asistida

Accesible, entusiasta, considerada y atenta.

Así es como la familia de Lynda Brooks-Bracey, una mujer de 57 años de Las Vegas que pasó sus últimos meses abogando por un proyecto de ley que habría legalizado la muerte médicamente asistida en Nevada, la recuerda en un obituario escrito después de su fallecimiento.

Brooks-Bracey falleció de cáncer de páncreas el mes pasado tras haber sido activista a favor del proyecto de ley 239 del Senado, que habría permitido a los profesionales de la salud recetar a los enfermos terminales medicación letal que pudieran autoadministrarse para poner fin a sus vidas.

El proyecto de ley, también conocido como proyecto de muerte digna, fue aprobado tanto por el Senado como por la Cámara de Representantes en la Legislatura de Nevada, pero finalmente fue vetado por el gobernador Joe Lombardo, que llamó “innecesarias” las estipulaciones del proyecto debido a las ampliaciones y mejoras en el tratamiento del dolor y la atención a las personas que viven con enfermedades graves.

Brooks fue una firme activista de la ley, concediendo entrevistas a los medios de comunicación -a pesar de su enfermedad y tratamiento- hasta tres días antes de que Lombardo vetara la ley el 5 de junio. Brooks murió dos semanas y media después.

Patricia González-Portillo, directora nacional latina de medios de comunicación del grupo activista Compassion and Choices, fue quien informó a Brooks de que el gobernador había vetado el proyecto de ley.

“En el último mensaje que me envió me dijo que no me rindiera y que esto le importaba a mucha gente”, dijo González-Portillo.

Recordó a Brooks-Bracey como una firme activista a pesar de su enfermedad, alguien que nunca dijo no a una entrevista y nunca dijo no a testificar.

“Ella solo seguía y seguía”, dijo González-Portillo.

Sara Manns, directora de la campaña de Nevada de Compassion and Choices, dijo que era desgarrador e injusto que Lynda se viera obligada a soportar un sufrimiento innecesario al final de su vida.

González-Portillo dijo el jueves que, aunque Brooks-Bracey dijera en entrevistas que quizá no estaría viva para ver la aprobación del proyecto de ley, podría haberlo estado.

“El gobernador le quitó esa oportunidad”, dijo.

Un portavoz de la oficina del gobernador declinó hacer comentarios el jueves.

A Brooks-Bracey le sobreviven su esposo, Jeff Bracey, los cuatro hijos adultos de la pareja y su hermana Elizabeth.

LO ÚLTIMO