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La ciudad toma medidas contra los criadores domésticos de animales

En una ajustada votación y con el aplauso de los activistas de los animales, la ciudad de Las Vegas aprobó el miércoles una ordenanza que intentará frenar y regular la “cría doméstica” de perros y gatos.

Por 4 votos a favor y 3 en contra, el Concejo Municipal aprobó el pago de tarifas por la obtención de permisos, la regulación de la notificación de lesiones y muertes de animales y la imposición de penas mínimas obligatorias a quienes infrinjan la ley.

“Lo he hecho por ustedes porque sé por lo que están pasando”, dijo la concejala Victoria Seaman a una pléyade de activistas de los animales presentes en la reunión. “Esto era para ustedes, para que podamos hacer que la gente cumpla la ley”.

Seaman mencionó brevemente a la asediada Animal Foundation, el refugio sin ánimo de lucro financiado en parte por los municipios locales, y una crisis en la comunidad de rescate de animales que se ha encontrado con una carga de trabajo cada vez mayor y un espacio limitado para colocar a los animales.

Este punto se puso de relieve con apasionados discursos durante los comentarios del público.

Durante décadas, la ciudad ha dependido de las ordenanzas sobre licencias comerciales para castigar la cría ilegal. La nueva ordenanza abordará específicamente esta práctica.

Además de las tarifas iniciales de tramitación y las tarifas semestrales de concesión de licencias basadas en las ventas brutas, la ordenanza añade una tarifa de 50 dólares por los permisos e inspecciones de “operaciones de criadores de perros y gatos”, ya se trate de negocios de animales establecidos o de quienes crían en sus casas. Las instalaciones de los adiestradores de animales profesionales deberán llevar carteles con la información de contacto de los servicios de protección de animales de la ciudad.

Los titulares de licencias tendrán que informar de las muertes o lesiones de animales que requieran una visita al veterinario en un plazo de 24 horas.

Si la ciudad lo solicita, la ordenanza obliga a los criadores a entregar los animales heridos o muertos a los servicios de protección animal.

Las sanciones obligatorias por cría no autorizada incluyen una multa de 500 dólares y no menos de dos días de cárcel. La pena de cárcel puede no aplicarse si los criadores obtienen un permiso en un plazo de 30 días o se comprometen a abandonar la práctica.

En caso de reincidencia, la multa se eleva a mil dólares, y en caso de segunda reincidencia, a 10 días de cárcel.

Rudy Tovar, del departamento de seguridad pública de la ciudad, dijo que los agentes actuarán con discreción y que su objetivo se centrará en la educación y el cumplimiento de las normas por parte de los criadores, en lugar de aumentar los posibles cargos penales.

Para que un caso llegue a los tribunales, dijo, “ese individuo no querría en absoluto cumplir con nosotros para empezar”.

Las quejas sobre cría doméstica son poco frecuentes y representan un porcentaje mínimo de las aproximadamente 20 mil llamadas a las que responde el servicio de control de animales.

El concejal Cedric Crear dijo que el lenguaje discrecional no estaba claro en el borrador de la ordenanza.

A la concejala Francis Allen-Palenske le preocupa que las penas obligatorias por cría ilegal sean más severas que las impuestas por un primer delito de violencia doméstica en Las Vegas.

Ella, junto con la alcaldesa Carolyn Goodman y el concejal Brian Knudsen votaron en contra de la ordenanza.

Goodman expresó su preocupación por el dinero de los contribuyentes usado para hacer que los criadores ilegales cumplan la normativa, mientras que hay otros problemas que la ciudad tiene que abordar.

“Algunas personas prefieren a los seres humanos antes que a los animales, muchas prefieren a los animales antes que a los seres humanos”, dijo. “No entraré (en) esta discusión”.

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