Hotel-casino de ensueño aterriza junto al aeropuerto de Las Vegas
Después de enfrentarse a preocupaciones sobre posibles vuelos ilegales de drones, luces láser, disparos e incluso bombas escondidas en camiones de basura, los promotores superaron esta semana un gran obstáculo en su intento de construir un complejo turístico junto al aeropuerto de Las Vegas.
La Comisión del Condado Clark votó 6-1 para aprobar el miércoles los planes para Dream Las Vegas, un hotel-casino de 20 pisos que se construirá junto al concesionario de motocicletas Harley-Davidson, cerca del extremo sur del Strip. Su parcela de aproximadamente cinco acres en Las Vegas Boulevard está actualmente separada del Aeropuerto Internacional McCarran por una valla metálica.
El comisionado Ross Miller, que durante la audiencia dijo que la “primera cuestión” es si los líderes del condado deberían “permitir casinos-hoteles directamente sobre nuestro aeropuerto”, emitió el único voto en contra.
Los promotores del Dream, David Daneshforooz y Bill Shopoff, esperan empezar a construir a finales del segundo trimestre o principios del tercero de 2022 y abrir sus puertas unos dos años después.
El costo previsto es de unos 500 millones de dólares, según Daneshforooz.
El proyecto de 527 habitaciones será mucho más pequeño que otros complejos turísticos de Las Vegas Boulevard, y ofrecerá una experiencia de estilo boutique en un mercado ultracompetitivo dominado por enormes complejos turísticos que suelen tener miles de habitaciones cada uno.
Shopoff cree que su grupo “encontrará seguidores” entre los visitantes que no quieren alojarse en un hotel-casino de gran tamaño.
También dijo que los promotores probablemente gastarán más de 10 millones de dólares en cambios físicos del proyecto que se derivan directamente de las preocupaciones y la oposición a las que se enfrentaron.
‘Ceguera por flashes’
Shopoff, fundador de Shopoff Realty Investments, y Daneshforooz, director ejecutivo de la empresa inmobiliaria Contour, anunciaron los planes del proyecto en febrero de 2020, un mes antes de que la pandemia de coronavirus devastara la economía de Las Vegas y convirtiera el Strip en un lugar surreal de casinos cerrados y aceras abandonadas.
Dream, sin embargo, se enfrentó a una serie de obstáculos debido a su ubicación.
Como se indica en los documentos del condado, la propuesta suscitó “preocupaciones de seguridad y protección” sobre las operaciones de McCarran, y los planes del proyecto se enviaron a organismos como el FBI, el Department of Homeland Security y el Secret Service.
La Transportation Security Administration (TSA) emitió una evaluación en la que afirmaba que el proyecto está cerca de una zona del aeropuerto “utilizada para individuos de alto nivel, operaciones especiales y estacionamiento de aviones militares”, y que el complejo “aumentaría el riesgo tanto para los aviones como para los pasajeros debido a tiradores activos y a la posibilidad de lanzar cosas por encima de la valla con la intención de causar daño” a las personas y a los aviones, muestran los documentos del condado.
La TSA también dijo que la vía de servicio propuesta para el hotel haría que su frontera con el aeropuerto fuera “más susceptible a ataques con artefactos explosivos improvisados transportados por vehículos y entregados por el vendedor o el camión de la basura”, y que las zonas abiertas previstas para las plantas tercera y novena “proporcionan una línea de visión directa para ataques con láser y armas largas” contra los aviones y el aeropuerto, dicen los documentos del condado.
Además, importantes aerolíneas como Southwest, Delta, American y United plantearon su preocupación por el proyecto, citando cuestiones como la actividad ilegal de drones, los láseres y la iluminación y las vallas publicitarias que “podrían ser potencialmente una fuente de destellos”.
Cambios en el diseño
El representante del proyecto, Tony Celeste, del bufete de abogados Kaempfer Crowell, describió el miércoles a la comisión varios cambios de diseño.
La puerta de entrada del Dream se desplazó, lo que permite a los promotores alejar la torre del límite de la propiedad del aeropuerto y acercarla al Las Vegas Blvd., y su frontera con McCarran contará con un “muro de seguridad de nueve pies de altura y doblemente reforzado” con bardas y vallas de hierro forjado, dijo.
Un puesto de control de seguridad que solo permitirá el acceso de vehículos autorizados a la vía de servicio que rodea la propiedad, y se instalarán rejillas o púas al otro lado del edificio para impedir que los conductores eviten esa entrada controlada, según Celeste.
Y lo que es más importante, dijo a los comisionados, las líneas de visión hacia McCarran se “redujeron drásticamente”.
El estacionamiento se cerrará; la única cubierta de la piscina del hotel tendrá un muro de seguridad “decorativo” de 10 pies; se eliminaron todos los balcones de las habitaciones de los huéspedes; y cada habitación tendrá un “sistema de detección de rotura de cristales” que alertará a la seguridad si alguien manipula las ventanas, dijo Celeste.
El hombre armado que atacó el festival Route 91 Harvest el 1º de octubre de 2017, matando a 60 personas e hiriendo a cientas más, rompió las ventanas del piso 32 del Mandalay Bay para apuntar al recinto de conciertos al aire libre en el sur del Strip. También disparó varias veces contra los depósitos de combustible del aeropuerto.
‘Espacio vacío’
Rosemary Vassiliadis, directora de aviación del condado, dijo a los comisionados el miércoles que los funcionarios “aprecian el compromiso” de los promotores de adherirse a una serie de condiciones previas, que, según ella, “deberían mitigar la gravedad de los problemas de seguridad y protección”, pero no eliminarlos.
“A los pilotos les gustan los espacios abiertos y vacíos”, dijo, “así que con eso no apoyarán un proyecto como este”.
Vassiliadis también dijo que la Federal Aviation Administration no encontró “ningún impacto de obstrucción” para las operaciones del aeropuerto derivado de la altura propuesta por el Dream, actualmente de 234 pies.
El comisionado Jim Gibson, cuyo distrito incluye el emplazamiento del proyecto, aludió a la venta de la parcela por parte del condado a finales de la década de 1990 y señaló que venía con una restricción en la escritura que permitía la construcción de un hotel-resort.
Gibson también señaló los comentarios de Vassiliadis sobre la mitigación (no la eliminación) de los problemas de seguridad.
“Es imposible, es realmente imposible en casi cualquier proyecto decir que esto… nunca, nunca puede suceder”, dijo.
