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Dios me dio fortaleza para seguir viva

Con la creciente alarma que ha generado el COVID-19 y los impredecibles efectos en todo el estado, se hace necesario un trato digno a las personas que trabajan en la trinchera principal, en los hospitales.

“Luego de un verdadero calvario, ocasionado por el contagio de COVID-19, tuve que regresar a trabajar, la propagación y el contagio se han ido incrementando de manera dramática. Es lamentable ver que la mayoría de personas que mueren son mayores; con condiciones como la diabetes, alta presión, problemas del corazón, con sobrepeso”, comentó Dolores Torres, quien se desempeña como asistente técnico de laboratorio en el hospital North Vista. Ella accedió a compartir con El Tiempo todas las tribulaciones por las que atraviesan algunos trabajadores de la salud, con el objetivo de sensibilizar a los lectores para solidarizarnos y disminuir la propagación del mortal virus.

Una de las cosas que podemos hacer como comunidad y para fortalecer nuestro sistema inmunológico, -agregó- es alimentarnos de manera saludable, tomar vitaminas y evitar los alimentos chatarra.

“En mi caso, supe que podía ser positiva al coronavirus porque empecé a sentir cansancio, mareo, náuseas, debilidad extrema y la vista borrosa. En una hora y media los síntomas se agravaron y decidí ir al médico, donde confirmaron el diagnóstico positivo a COVID-19”, señaló, aseverando que “fueron emociones encontradas, el doctor me dijo que fue un acierto ir al hospital. Transmitir la triste y desalentadora noticia a mi único hijo, fue súper difícil, la mayoría de familia vive en México, y también tuve que avisarles porque había la posibilidad de que muriera y ni el cadáver hubieran visto”.

Otro aspecto fundamental de muchas personas, como Dolores Torres, es contar con el soporte y apoyo moral que la fe proporciona, poner en manos de Dios el destino. “Estuve aislada en el hospital, muchos compañeros me hicieron sentir en paz, tranquila. Luego de la hospitalización me dieron de alta y estuve en asilamiento una semana y media más. Dado que yo trabajo con los ‘covids’ regresé al hospital en dos semanas, a pesar de que todavía era positiva. Una de las claves de mi regreso y posterior recuperación fue el uso estricto de la mascarilla y demás recomendaciones sanitarias”.

Otro aspecto importante es que, en el caso de Dolores Torres, ella comparte su departamento con otra persona, a quien tuvo que decirle que debería estar aislada. “Afortunadamente ella se mostró comprensiva y pusimos en práctica las recomendaciones sanitarias y no hubo complicaciones ni alarma de su parte”, acotó.

La mascarilla es una herramienta súper importante, con el paso de los días se ha visto que mucha gente vende en las calles, estacionamientos y otros sitios, “yo les recomiendo adquirir mascarillas quirúrgicas para que sea efectivo su uso. Y a todos los que todavía tienen duda de la letalidad del virus, es necesario hacer caso de las recomendaciones de las autoridades para que Las Vegas vuelva a ser lo que alguna vez nos hizo destacar como un destino turístico envidiable”, dijo.

La ubicación del hospital North Vista se encuentra en una zona de alta densidad poblacional de origen hispano. “En este hospital se trata bien a la gente, la verdad todos están al tanto de los pacientes, dan recomendaciones, cuidados. Emocionalmente es muy conmovedor ver a gente latina muriendo, sufriendo, gente que pudo haber prevenido su calvario. La semana pasada murieron seis personas en dos días”, terminó diciendo Dolores Torres.

Contacte a Frank Alejandre en: falejandre@espanol.reviewjournal.com, o siga la cuenta de Twitter de El Tiempo: @eltiempolv.

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