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Declara Sisolak emergencia fiscal

Ante un déficit presupuestario que se acerca a los mil millones de dólares para el actual año fiscal en medio de la pandemia del coronavirus y el cierre económico, el gobernador Steve Sisolak firmó el lunes una nueva orden que permite al estado aprovechar sus más de 400 millones de dólares en fondos de reserva para ayudar a compensar las necesidades.

En un comunicado, la oficina de Sisolak declaró que el estado estima un déficit presupuestario que va de 741 a 911 millones de dólares para el año fiscal actual, que termina el 30 de junio.

“Con el cierre de empresas de Nevada, incluida la industria de juegos, que era necesario para proteger la salud de los nevadenses, la caída de los ingresos no es inesperada y es significativa”, apuntó Sisolak en una declaración incluida en el comunicado de prensa del lunes en el que se anunciaba la orden.

Legisladores estatales del Comité Interino de Finanzas de la Legislatura tienen previsto abordar la emergencia fiscal durante una reunión el miércoles.

Transferencia de fondos de emergencia

Las declaraciones mutuas permitirán al gobernador y al Comité de Finanzas Provisional de la Legislatura transferir dinero de la Cuenta para Estabilizar el Funcionamiento del Gobierno del Estado (comúnmente llamada fondo para días de emergencia) al fondo general estatal.

Los casinos y la mayoría de los negocios minoristas recibieron la orden de Sisolak de cerrar a mediados de marzo como una forma de ayudar a frenar la propagación del coronavirus. Los casinos siguen cerrados, pero se permitió que muchas tiendas minoristas reabrieran con varias restricciones de distanciamiento social a partir del sábado.

La oficina del gobernador dijo que las dos fuentes de ingresos más afectadas por la crisis económica fueron, como se esperaba, los impuestos sobre las ventas y los juegos de azar, que en conjunto constituyen aproximadamente el 46 por ciento de los ingresos del fondo general estatal.

A principios de abril, Sisolak solicitó a las agencias estatales que presentaran planes para recortar sus presupuestos hasta 687 millones de dólares en los próximos dos años fiscales. Esto incluía peticiones para un recorte del cuatro por ciento en los presupuestos de las agencias para el año fiscal actual, lo que supondría un total de unos 170 millones de dólares de ahorro.

La capacidad de acceder a los fondos para los días de emergencia y los recortes a los presupuestos de las agencias “son herramientas que el estado puede utilizar para abordar los déficits”, indicó la oficina del gobernador en el comunicado.

“Debemos poner todas las opciones sobre la mesa y trabajar juntos para que todos los nevadenses puedan hacer frente a los extraordinarios déficits presupuestarios y hacer todo lo que esté a nuestro alcance y recursos para proteger los servicios críticos del gobierno”, mencionó Sisolak.

También el lunes, Sisolak, junto con la líder de la mayoría del Senado estatal Nicole Cannizzaro y el presidente de la Asamblea, Jason Frierson, firmaron una carta con sus pares de California, Colorado, Oregón y Washington a los líderes del Congreso solicitando un billón de dólares en “ayuda directa y flexible a los estados y gobiernos locales” para ayudar a compensar los déficits presupuestarios.

“Aunque ni siquiera esta cantidad reemplazará la disminución de ingresos que pronosticamos, marcará una diferencia significativa en nuestra capacidad de compensar las pérdidas de ingresos de COVID-19”, decía la carta. “Esta ayuda preservaría los servicios básicos del gobierno como la salud pública, la seguridad pública, la educación pública y ayudaría a la gente a volver al trabajo. Ayudaría a nuestros estados y ciudades a salir de esta crisis más fuertes y resistentes”.

Se requieren “acciones enérgicas”

El senador estatal republicano por Reno, Ben Kieckhefer, miembro del Comité Financiero Interino, detalló que el déficit presupuestario estimado eclipsa cualquier cosa que el estado haya tenido que soportar en tan poco tiempo y requerirá “algunas acciones bastante enérgicas”.

Kieckhefer agregó que incluso con los recortes presupuestarios y el dinero de reserva, el estado probablemente todavía tendrá que buscar formas de ahorrar dinero adicional o de lo contrario podría estar cerca de caer por debajo del cinco por ciento del saldo final del fondo general. Caer por debajo de ese umbral, continuó Kieckhefer, afectaría negativamente la calificación crediticia del estado, lo que haría que el dinero prestado fuera más caro y podría tener efectos de filtración como el aumento del costo de los proyectos de construcción.

Kieckhefer le pidió a Sisolak que diseñara un plan para parchar las brechas presupuestarias y enfatizó que para el estado, “es hora de frenar con fuerza los gastos”.

“Me preocupa que todo esto se mueva demasiado despacio”, concluyó Kieckhefer. “A medida que pasan los días, la capacidad de remover este déficit se vuelve más difícil”.

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