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Críticos piden que Trump no ignore el terrorismo interno

OKLAHOMA CITY, Oklahoma, EE.UU. (AP) — Bud Welch conoce el coste humano del terrorismo. Su hija de 23 años murió cuando una camioneta arrendada y llena de explosivos destruyó un edificio federal de Oklahoma City.

Eso fue en 1995, cuando el terrorismo interno parecía ser la amenaza de seguridad más inmediata del Estados Unidos. Ahora, el presidente, Donald Trump, cree que el mayor riesgo reside en posibles agresores que entren en Estados Unidos desde el extranjero. Pero Welch y otras personas afirman que el gobierno no puede ignorar las amenazas originadas en casa.

“Para mí, (el grupo extremista) ISIS no es muy diferente del movimiento de milicia en Estados Unidos”, dijo en referencia a grupos contrarios al gobierno creados tras los asedios mortales con agentes federales en Ruby Ridge, Idaho, y Waco, Texas. El atacante de Oklahoma City, Timothy McVeigh, citó esos dos sucesos.

El gobierno de Trump publicó hace poco una lista de ataques en todo el mundo que dejó fuera muchos cometidos por extremistas de ultraderecha y supremacistas blancos. Organizaciones que monitorean los grupos terroristas y de odio señalan que el gobierno se centra demasiado en las amenazas externas en lugar de adoptar una estrategia más amplia.

En una iniciativa que el gobierno describió como una medida antiterrorista, Trump suspendió el mes pasado el programa de refugiados del país y prohibió la entrada en el país de viajeros de siete países de mayoría musulmana, aunque una corte federal congeló rápidamente su decreto.

Welch no está de acuerdo con la orden de Trump de prohibir la entrada de viajeros de algunos países, especialmente cuando no se ha relacionado ningún atentado en Estados Unidos con refugiados de esos lugares.

“Hay que ser sincero con la gente y dejar de inventarse estas historias”, dijo. “Pero ese es el problema hoy en día. Dejamos que la política intervenga demasiado”.

Desde el atentado en Oklahoma City, el Southern Poverty Law Center ha documentado tramas y ataques de terrorismo interno en Estados Unidos. La institución enumera más de 100, incluidos algunos que conmocionaron al país: un tiroteo en 2012 en un templo sij de Wisconsin con seis muertos; la muerte de nueve feligreses negros en 2015 durante un encuentro de oración en Charleston, South Carolina, y las emboscadas del año pasado en las que murieron ocho policías en Dallas y Baton Rouge, Louisiana.

El académico en derecho William Yeomans señaló que Dylann Roof, condenado por el ataque de Charleston, es “un ejemplo clásico de un terrorista interno de origen local”.

“Desde luego se inspiró en organizaciones nacionales”, dijo Yeomans, profesor en la American University y que antes ocupó un cargo importante de la división de derechos civiles del Departamento de Justicia. “Pasó mucho tiempo en internet mirando webs de ultraderecha”.

Algunos republicanos han intentado distinguir entre ataques cometidos por agresores blancos y los asociados a organizaciones extremistas extranjeras.

Sean Duffy, congresista republicano por Wisconsin, afirmó hace poco que el agresor de la iglesia en Charleston y el hombre canadiense acusado de matar a seis personas el mes pasado en una mezquita de Quebec no recibieron apoyo de una red como el grupo extremista Estado Islámico u otras organizaciones radicales.

“No hay un hilo conductor que se encuentre en estos ataques”, dijo Duffy en CNN.

El congresista dijo a USA Today Network-Wisconsin que los extremistas blancos ya están en el país y que las restricciones migratorias de Trump pretenden mantener fuera a los agentes de la milicia radical EI. El portavoz de Duffy no respondió a una petición de comentarios para The Associated Press.

El presidente del Southern Poverty Law Center, Richard Cohen, dijo que adoptar una visión más equilibrada de todos los grupos terroristas es “un fracaso bipartisano”, que también el gobierno de Barack Obama podría haber gestionado mejor.

La amenaza del extremismo islámico, señaló, no debería distraer la atención del extremismo de la derecha radical, que en Estados Unidos se remonta a la esclavitud, la era de Jim Crow y grupos como el Ku Klux Klan.

“El congresista decía que hay una diferencia. Yo no diría que son lo mismo, pero a menudo intentar marcar una gran diferencia entre ambos es el primer paso para minimizar uno o el otro”.

La organización publicó un informe el miércoles indicando que los grupos de odio antiislámicos se multiplicaron por tres en 2016 en comparación con el año anterior, hasta sumar 101. El aumento se vio impulsado por ataques como el asalto en junio contra un club nocturno gay en Orlando, Florida. Un hombre armado mató a 49 personas en el lugar y declaró su lealtad al grupo EI. La retórica de Trump también jugó un papel, indicó el reporte.

Casi 22 años después de que ocurriera, el atentado de Oklahoma City sigue siendo el incidente de terrorismo interno con más muertos en territorio estadounidense. Murieron 168 personas, incluidos 19 niños.

Jannie Coverdale, que perdió a dos nietos pequeños en el ataque, dijo que lo que más la enfureció fue ver a McVeigh “y darme cuenta de que era un estadounidense”.

Sin embargo, Coverdale se mostró de acuerdo con la filosofía del presidente y votó por Trump, a pesar de que suele apoyar a los demócratas.

“Ahora las cosas son diferentes”, dijo. “No tenemos muchos terroristas de origen locales. Vienen del extranjero y alguien tiene que hacer algo para pararlo”.

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