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“Con orgullo digo: soy mamá Foster”: Felicitas Durán

Debido a la pandemia causada por el coronavirus (COVID-19), el Departamento de Servicios para la Familia del Condado Clark (DFS, por sus siglas en inglés) desea compartir las dificultades y experiencias que han tenido que superar las familias que tienen a su cargo el cuidado de menores (Foster Care), que son adoptados de manera temporal en (Foster Homes) y que fueron retirados de sus padres biológicos.

“Ser mamá –Foster- fue una decisión que tome en compañía de mi esposo David y mis hijas Michelle y Karla, con el propósito de ayudar a los infantes, darles calidad de amor y, sobre todo, un espacio familiar”, comentó Felicitas Durán, quien ha tenido a su cargo a varios infantes, en este momento apoya con bases familiares a dos niños.

Los requisitos para convertirte en un ángel de esperanza, un motor de cambio en el destino de los pequeños “depende de la licencia, nosotros en este momento tenemos licencia para dos niños, el número está basado en la cantidad de camas disponibles en tu casa (la edad oscila desde recién nacidos hasta 18 años) y, la determinación de brindar un hogar estable a los niños que cuidamos”, precisó la señora Durán, destacando que “nosotros siempre hemos querido tener muchos niños, tomamos clases de adopción y de cuidado temporal; afortunadamente fuimos bendecidos con dos hijas, que por cierto siempre se han llevado bien con sus hermanos de crianza, ver niños chiquitos en la casa es una cosa hermosa. En esta casa trabajamos en equipo con los pequeños, nos ayudamos con las responsabilidades, citas médicas, la escuela, etc.”.

La familia Duran es originaria de la Ciudad de México y Cuernavaca, Morelos, avecindados en Las Vegas desde hace más de 20 años.

Sobrellevar el cuidado temporal en medio de la pandemia “ha sido un poco difícil, porque además del trabajo que tenemos los cuatro miembros de la familia, era necesario llevarlos al “Daycare”, que también cerró por la pandemia, pero gracias a las video llamadas fue posible mantener una comunicación fluida, algo raro el proceso, pero así le hicimos al principio cuando todo era pánico e incertidumbre”, aseveró.

Como muchos hogares del valle tuvieron que empezar a descubrir el misterio de las clases virtuales, “en mi caso tengo licencia para recién nacidos hasta cinco años, pero conozco compañeras que tienen de 8 a 10 años, lo cual dificulta muchísimo el trabajo por la pandemia. La convivencia se dificultó mucho, el cuidado y la limpieza tuvieron que hacerse al extremo, no recibir gente en casa y no salir para no contagiar a mis niños, no salíamos al parque, ni de compras, limpieza estricta e higiene total”, dijo.

Las Vegas recibió con los brazos abiertos a la familia Durán y en reciprocidad, Felicitas recomienda “a mi gente hispana, siempre les digo que nosotros podemos hacer la diferencia en los niños de cuidado temporal, dándoles techo y calidad de vida familiar, sin importar si tienes lujos e incluso si no tienes papeles, solo con un cuarto y la voluntad de ayudar. Si alguien se quiere solidarizar con un niño y brindarle cuidado temporal, no dude en tomar el curso y si desea, yo le puedo compartir información. No se van a arrepentir, se los aseguro.”

El DFS supervisa a todos los infantes en cuidado temporal por lo menos una vez al mes y en algunos casos con mayor frecuencia. Los trabajadores sociales deben asegurarse de que las personas que deciden participar como padres temporales sigan cumpliendo todos los requisitos durante el tiempo en que realicen esa noble labor.

Para más información, llame al (702) 455-0181 o visite: www.clarkcountynv.gov/family-services

Contacte a Frank Alejandre en: falejandre@reviewjournal.com, o siga la cuenta de Twitter de El Tiempo: @eltiempolv.

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