Abusos en centros de detención
septiembre 5, 2014 - 3:00 pm
Escapando de amenazas de muerte, tratando de evadir el reclutamiento de pandillas, cansados de la extorsión por parte de grupos criminales, huyendo de abuso doméstico, son sólo algunas de las razones por las cuales varias mujeres deciden escapar de sus países natales en centroamérica, de acuerdo a los testimonios recolectados por un grupo de abogados y voluntarios en un viaje que realizaron a un centro de detención en Artesia, Nuevo México el pasado mes de julio de los cuales 4 eran de Las Vegas.
Arlene Rivera y Sarah Pérez, fueron las abogadas de nuestra ciudad que visitaron el centro en Nuevo México, ellas comentan que les preocupan las violaciones que se están cometiendo contra los derechos de los inmigrantes en estas instalaciones.
Segun Pérez, los oficiales en el centro de Artesia, les decían a las mujeres que los abogados lo único que harían sería facilitar el proceso de deportación.
De acuerdo a Rivera y Pérez, en muchos casos no se les permitió el acceso a un abogado. Algunos de los inmigrantes en esas instalaciones no están obteniendo la información correcta sobre sus derechos a obtener asesoría legal, a realizar llamadas telefónicas y el acceso a diferentes recursos.
“Desafortunadamente no existió ningún tipo de privacidad mientras hablábamos con las detenidas. Las mujeres tuvieron que contar sus relatos delante de sus hijos, algunos con tan sólo cuatro años de edad. Fueron relatos de violencia y de violación, que muchas veces involucraba a miembros de la misma familia. Esos niños quedarán marcados por mucho tiempo”, aseguró la abogada Pérez.
Las barreras del idioma, las fianzas excesivamente altas y la representación legal limitada hacen que sea difícil para los detenidos preparar los casos significativos para ganar el derecho a permanecer en los Estados Unidos.
De acuerdo a Arlene Rivera, muchas de las detenidas, no estaban conscientes sobre la importancia de la entrevista inicial con el juez para la petición de asilo político. “Ellas no saben que ese es un momento decisivo. Tienen miedo de contestar a las preguntas y llegan a omitir información vital. No entienden lo que pasa y se sienten perdidas en el sistema. Sé que la presencia de los niños influye mucho en las respuestas de la madre”, aseguró.
“Estos refugiados no son criminales, y el imponer una fianza de hasta 25,000 dólares simplemente por el hecho de pedir asilo después de huir su país de origen por el riesgo de perder su vida, desde cualquier punto de vista es inhumano”, señaló Arelene Rivera.
Según Rivera, en uno de los testimonios de las detenidas, las autoridades consulares de sus países de orígen, no las estaban apoyando, por el contrario, les indicaban que lo mejor era que fueran deportadas.
Las condiciones en el centro
de Artesia, Nuevo Mexico
Existen alrededor de 600 personas en el centro de detención de Artesia, Nuevo México. De los cuales la mayoría son menores entre recién nacidos y los 14 años de edad, siendo la edad promedio de 6 años y medio.
Con respecto a las condiciones en los centros, las abogadas mencionaron haber sido testigos de la falta de tacto por parte de los oficiales hacia los detenidos.
“Esta no es una sesión de terapia, no las queremos llorando aquí” fueron algunos de los comentarios de los oficiales en los centros de detención mientras los voluntarios hablaban con las mujeres sobre sus relatos, de acuerdo a la abogada Pérez.
“El poder ver de propia mano como una madre tenía que cobijar a su bebé con toallitas de baño fue muy impactante para mí”, declaró Pérez
A los niños no se les permite tener juguetes en el centro, ya que según los oficiales se pueden lastimar. Con respecto a los crayones, ellos argumentan que pueden pintar las paredes. “Cuando los oficiales se dieron cuenta de que yo les estaba dando juguetes, hicieron que se los pidiera de regreso”, añadió.
De acuerdo a Arlene Rivera, en caso de enfermedad, la medicina es limitada. En ocasiones sólo se les da agua. “Hay niños que se están enfermando pero no los dejan salir hasta que necesiten suero. Desafortunadamente hubo un caso en donde un bebé sufrió de convulsiones y se llegó a pensar que había fallecido. Yo recibí un correo electrónico de los abogados en el centro de detención en donde se decía que había ocurrido una tragedia ya que un bebe había muerto. Afortunadamente horas después se nos notificó que el bebé estaba vivo y que recibió atención médica en un hospital”, expresó Rivera.
Los centros aparentemente no cuentan con los cuidados médicos básicos. Según Rivera, debido al hecho de que ellos tengan que pasar por fiebres constantes, que tengan que ser hospitalizados por deshidratación o convulsionar, es porque los centros no cuentan con los recursos necesarios para atenderlos.
La congresista Dina Titus, en una entrevista exclusiva con el periódico El Tiempo, indicó la complejidad de esta situación. En una reciente visita a la frontera con México y Estados Unidos, Titus se reunió con diferentes autoridades del gobierno mexicano y se hizo hincapié en que no sólo es nuestra frontera la que se ve afectada pero la frontera de México con Guatemala también.
“Esto es una crisis humanitaria y no hay duda de eso. La mayoría de los detenidos vienen escapando de la violencia, especialmente provenientes de El Salvador, que cuenta con una actividad de pandillas extremadamente alta y Honduras que tiene la tasa de asesinatos más alta en el mundo. Estados Unidos ha invertido bastante dinero en estos países ‘supuestamente para combatir a las pandillas’, creo que lo que necesitamos hacer es empezar a revisar meticulosamente que está pasando con todos estos fondos ya que aparentemente el problema sigue en aumento”, indicó Titus.
De acuerdo a la congresista Titus, se necesita la cooperación de los países centroamericanos y de México también. “En las conversaciones que tuve con las autoridades mexicanas, el tema de asilo político en México fue algo que se pondrá a consideración”, expresó.
Sobre la posición que sus contrapartes asumen sobre este tema, Titus dijo: “Por un lado el líder de la Cámara de Representantes no quiere someter a votación una reforma migratoria, y por otro lado tenemos esta crisis de niños cruzando la frontera, los cuales quedan en el limbo ya que no tenemos los suficientes jueces de inmigración, ni los fondos para procesarlos. Estos niños pueden estar en proceso de una audiencia por más de 4 años. No se trata de una crisis en donde se tenga que invertir en reforzar con presencia militar las fronteras, sino que se necesita trabajar para invertir en un sistema migratorio eficiente y que pueda satisfacer las demandas de esta problemática”, aseguró Titus.
Según reportes de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, al final del año fiscal 2011, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés), tenía cerca de 41,400 personas asignadas por aire, tierra, mar y puertos de entrada a lo largo de las fronteras, con un costo de seguridad total de alrededor de $ 11.8 mil millones de dólares. DHS ha informado que estos recursos han contribuído a los esfuerzos de reforzar la frontera. Sin embargo, persisten los desafíos para asegurarla.