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Abandonan 3 administradoras una preparatoria de Henderson en medio de preocupaciones de seguridad

La Academia Básica de Estudios Internacionales de Henderson (Basic Academy of International Studies) perdió a sus tres subdirectoras este semestre que acaba de terminar, en medio de las crecientes preocupaciones de seguridad entre los miembros del personal.

Los documentos del Distrito Escolar del Condado de Clark (CCSD) muestran que las Subdirectoras Melanie Snively, Karen Hatch y Deborah Thaggard se retiraron o se transfirieron a otras escuelas con pocas semanas de diferencia entre ellas a finales de noviembre y principios de diciembre.

Hatch y Thaggard no devolvieron las solicitudes de comentarios, pero Snively dijo que ella se fue como resultado directo de lo que ella describió como un ambiente cada vez más inseguro para los estudiantes y el personal.

“Para ver el panorama general, son los estudiantes y el personal los que sufren”, comentó Snively. “Se sienten menos seguros y la sensación se impregna en todo el edificio”.

Lucha contra un estudiante

La partida de Snively no fue voluntaria.

En un video filmado y publicado en Instagram en octubre, se le ve empujando y agarrando a una estudiante en un intento de llevarla a otra parte de la escuela. La niña se resiste y hace repetidas mociones para que Snively se detenga.

Snively comentó que estaba tratando de detener una pelea entre dos estudiantes, pero que lamenta cómo manejó la situación. Añadió que se le pidió que se retirara durante una breve reunión con la superintendente de la Región 3, Karla Loria.

Loria, quien no devolvió las solicitudes de comentarios del Review-Journal, recientemente fue objeto de críticas por no contar con una credencial de maestra a pesar de recibir un salario público, una violación de las regulaciones estatales. Un vocero del Distrito se negó a discutir las circunstancias que rodean el retiro de Snively.

En 24 años con el Distrito, Snively dijo que ha sido golpeada, escupida y maldecida, pero que los casos de disciplina han aumentado bruscamente según su estimación en los últimos años. Los datos del estado para la preparatoria parecen reflejar sus experiencias: En 2013 y 2014, no hubo casos de violencia contra el personal reportados para la escuela. El año pasado ese número aumentó a 10.

También en 2013 y 2014, Basic informó 27 casos de violencia contra estudiantes, frente a los 78 del año pasado.

Snively argumentó que el aumento puede ser parcialmente atribuido a una serie de decisiones políticas a nivel de Distrito y Estado que han dejado a los administradores con más estudiantes en el campus para supervisar y menos recursos con los cuales hacerlo.

En primer lugar, se eliminaron la mayoría de las escuelas de comportamiento adicionales para estudiantes con infracciones disciplinarias graves. Luego, el criterio para las expulsiones obligatorias cambió mientras el Distrito luchaba por reducir la desproporción disciplinaria para los estudiantes de color.

Las estadísticas presentadas el 12 de diciembre a la Junta Escolar del Condado de Clark indican que este es un asunto continuo, ya que el Distrito no alcanzó sus metas este año para reducir las suspensiones de los estudiantes afroamericanos, quienes todavía tienen tasas más altas de suspensión y expulsión discrecional que cualquier otro grupo de estudiantes.

Después, los decanos de los sitios escolares fueron encargados de investigar cada incidente reportado de intimidación, dejándolos con poco tiempo para casos individuales de estudiantes o visitas a los salones de clase, compartió Snively.

Finalmente, dijo, Basic fue una de las 55 escuelas del CCSD que perdió el financiamiento de Título I este año por más de 300 mil dólares. Ese dinero pagaba los recursos de enseñanza y el personal adicional que tuvo que salir del presupuesto general, a expensas de programas como un club de estudio los sábados por la mañana, puntualizó Snively.

“Los administradores están tan dispersos que es difícil ser tan efectivos como lo fueron alguna vez”, expuso Snively.

Preocupaciones de los profesores

Varios otros maestros de la Academia, quienes hablaron con el Review-Journal con la condición de no ser identificados por miedo a represalias, están de acuerdo en que los problemas de seguridad han empeorado constantemente en la escuela durante el año pasado.

Enfatizan que el 99 por ciento de los estudiantes no tienen culpa, pero dicen que su educación sufre cuando los maestros y los administradores se distraen con asuntos disciplinarios que involucran a unas pocas docenas de personas.

Los problemas provienen de la aplicación inconsistente e incluso de la confusión sobre la política de la escuela con respecto a la conducta y los artículos prohibidos, dijeron los maestros.

“Es caótico y no es saludable para nadie”, agregó un maestro.

Otros apuntaron a incidentes específicos que afirman que no fueron manejados apropiadamente: El 21 de noviembre, por ejemplo, la escuela informó a los padres que un individuo con un arma fue visto en la vecindad del campus, pero que la persona no era una amenaza para los estudiantes. Los maestros dicen que la escuela no informó a los padres que el individuo había amenazado a dos estudiantes ausentes ese día.

El 6 de diciembre, un estudiante fue arrestado por llevar una pistola de balines a la escuela en una mochila. Pero los maestros aseguran que no se les notificó adecuadamente de una posible amenaza cuando se reportó el arma por primera vez, ni la escuela pidió un cierre suave mientras la policía trabajaba para identificar al estudiante en cuestión.

El director de la preparatoria Basic High, Gerald Bustamante, no devolvió una solicitud de comentario del Review-Journal.

Perspectiva de los padres

Las preocupaciones de los maestros no necesariamente han llegado a los padres, muchos de los cuales afirman que están contentos con la educación que sus alumnos reciben en la escuela, particularmente en el programa de Bachillerato Internacional. Este año, la escuela reportó un notable incremento en las tasas de graduación para la generación de 2019, un 3.6 por ciento más que en 2017-2018.

Danette Hafen, una madre de dos estudiantes en Basic, dijo que ninguno de sus hijos ha reportado sentirse inseguro en el campus.

“Siento que hay un problema de falta de respeto a la autoridad que no es exclusivo de ninguna escuela”, apuntó Hafen, citando el cierre de las escuelas de comportamiento y la implementación de programas de justicia restaurativa como posibles razones para un aumento en los problemas de comportamiento.

Hafen entiende que las tres subdirectoras dejaron cada unA la escuela bajo diferentes circunstancias, incluyendo una que se fue por una promoción y otra que regresó al salón de clases para enseñar.

Otra madre de Basic, Michelle Blazzard, dijo que su preocupación por la seguridad va más allá del nivel escolar.

“Mis hijos se sienten seguros en Basic”, afirmó Blazzard. “Siento que el equipo de administración hace un gran trabajo al mantenernos informados sobre los eventos que ocurren en la escuela. Creo que es una falta de respeto de los estudiantes y que ya no tenemos ninguna escuela de comportamiento”.

Respuesta del Distrito

El vocero del Distrito, Mauricio Marín, indicó que el CCSD no puede comentar sobre asuntos individuales del personal pero añadió que todos los administradores mencionados en esta historia se han “retirado o reubicado en otro lugar del Distrito a través del proceso regular disponible para los empleados”.

La escuela Basic tiene dos administradores suplentes para cubrir las posiciones vacantes de subdirector, y la escuela está trabajando para llenar esas posiciones permanentemente, de acuerdo con Marín. La escuela también tiene decanos que trabajan en asuntos de disciplina estudiantil, señaló Marin, y el Distrito anima a todos a tomar un rol activo en reportar asuntos de seguridad.

“El Distrito Escolar toma los asuntos de seguridad seriamente y anima a cualquiera que tenga preocupaciones sobre la seguridad, comportamiento o actividad sospechosa a reportarlo a los administradores de la escuela, a la aplicación de la ley o de manera anónima a través de SafeVoice”, destacó Marin.

Snively confesó que no guarda rencor ni ninguna mala voluntad hacia la preparatoria o los administradores.

Y aunque expresó que se siente aliviada de haberse retirado de un trabajo muy estresante que con frecuencia la hacía trabajar 70 horas a la semana, le preocupan los compañeros de trabajo que dejó atrás.

“Van a perder gente que se dedica a los niños”, concluyó Snively.

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