La UNLV quiere seguir adelante tras el tiroteo en vísperas del semestre de primavera
La dirección de la UNLV celebró el martes su primera reunión en persona con el personal y la facultad desde el tiroteo de diciembre que dejó tres profesores muertos y un cuarto herido.
Entre los temas abordados: la seguridad del campus, los recursos de salud mental, la investigación del tiroteo, un futuro monumento permanente, y las formas en que la universidad tiene la intención de seguir adelante después de la tragedia.
“Me mantengo alejado de la palabra normalidad”, dijo el presidente de la UNLV, Keith Whitfield, al Las Vegas Review-Journal el lunes, cuando se le preguntó si la universidad estaba preparada para una nueva normalidad.
“Desde mi punto de vista”, dijo el martes a un salón de baile abarrotado. “No estoy tratando de apresurarnos para llegar al, entre comillas, otro lado”.
“Todos vamos a curarnos y a salir de esto de forma diferente, pero tenemos que avanzar”, añadió. “No podemos retroceder; tenemos que encontrar la manera de avanzar”.
La reunión de dos horas el martes se produjo esta semana cerca del regreso de toda la facultad y el personal al campus por primera vez desde que un agresor activo aterrorizó a todos.
El semestre de primavera comienza la próxima semana.
El agresor Anthony Polito, de 67 años, murió en un tiroteo con la policía escolar 76 segundos después de que comenzara su alboroto el 6 de diciembre, según el Departamento de Policía Metropolitana.
Polito había sido rechazado para puestos de trabajo en la UNLV y otras instituciones de educación superior de Nevada, según la policía de Las Vegas.
Sus víctimas en Beam Hall fueron Patricia Navarro Vélez, de 39 años; Cha Jan “Jerry” Chang, de 64; Naoko Takemaru, de 69, y un cuarto profesor que sufrió heridas que pusieron en peligro su vida.
Whitfield dijo que Beam Hall permanecerá cerrado a los estudiantes y al público en general durante el semestre de primavera mientras continúan las reparaciones.
A la pregunta de si se reabrirá después, Whitfield respondió: “Habrá que esperar y ver. Realmente no se puede saber cómo va a responder la gente” a volver al edificio.
Whitfield también dijo al Review-Journal que él y su personal habían estado en contacto con el profesor sobreviviente, que desea permanecer en el anonimato.
“Es un alma maravillosa y se está centrando solo en su curación más que en cualquier otra cosa”, dijo Whitfield.
El jefe de policía de la UNLV, Adam García, declaró el martes que su departamento está investigando el tiroteo y un correo electrónico racista enviado a los profesores afroamericanos tras el tiroteo.
La policía de Las Vegas está llevando a cabo su propia investigación, pero recientemente hizo públicas varias horas de grabaciones de las cámaras corporales.
“No sabemos cuál es el motivo”, dijo García, comparándolo con la investigación del tiroteo masivo del 1° de octubre de 2017. “No sabemos si alguna vez sabremos el motivo”.
“Podemos hacer muchas suposiciones, pero volveré a pedir paciencia mientras avanzamos en estas investigaciones”, dijo García.
Al igual que la policía de Las Vegas, García dijo que las conclusiones de su departamento se harán públicas una vez finalizadas.
Comités recién formados examinarán la seguridad del campus, incluyendo la posible adición de cerraduras, cámaras y una “plétora de posibles mejoras”, dijo García, al tiempo que añadió: “No estoy garantizando que vamos a tener detectores de metales y botón de pánico”.
El preboste de la UNLV, Chris Heavey, habló de que la UNLV tiene que seguir adelante después de otra crisis.
“Durante el COVID, usamos esa palabra, ‘sin precedentes’, tantas veces”, dijo, “que pensé que nunca tendríamos que volver a usarla”.
Como resultado del tiroteo, Heavey dijo que la UNLV renunció a retenciones, como las de pequeñas deudas, y que la inscripción fue ligeramente superior para el próximo semestre en comparación con hace un año.
El presidente del Claustro de Profesores de la UNLV, Bill Robinson, profesor adjunto de la Escuela Lee en Beam Hall, encabeza los planes para conmemorar a los fallecidos.
“No se puede evitar que ocurran estas cosas”, dijo sobre el tiroteo, “pero podemos hacer todo lo posible para intentar proteger e intentar que la gente se sienta segura”.
Casey Wyman, director financiero de la UNLV, dijo que había que reparar o sustituir unas 500 puertas en 21 edificios, con un costo estimado de un millón de dólares.
“Nunca piensas lo importante que es una puerta hasta que no la tienes o le pasa algo”, dijo Whitfield al Review-Journal.
Wyman dijo que algunos de los costes totales sufridos a causa del tiroteo, incluidas las interrupciones, se reclamarían a través de las compañías de seguros. Dijo que la UNLV buscaría subvenciones federales para actualizar la seguridad.
Michelle Paul, directora ejecutiva de la clínica de salud mental de la UNLV, hizo una larga presentación sobre el trauma y destacó las herramientas para responder a él.
Whitfield, estudiante de psicología, habló al Review-Journal sobre las repercusiones emocionales sufridas a causa del tiroteo.
“Mi único problema es que nadie está bien”, dijo. “Yo tengo que estar bien porque nuestra universidad tiene que estar bien”.
