Donante de la UNLV retira millones de su financiación, menciona ‘comportamiento conflictivo’
Una importante donante de la UNLV ha roto sus lazos con la universidad debido a lo que ha llamado “comportamiento conflictivo” a puerta cerrada por parte de la dirección de la universidad y del decano de la facultad de medicina.
Kris Engelstad, directora ejecutiva de The Engelstad Foundation, envió una carta al presidente de UNLV, Keith Whitfield, el martes anunciando su decisión, mencionando una relación desgastada con los anteriores presidentes de la universidad, con la excepción de Len Jessup, quien dirigió la escuela de 2015 a 2018.
“La historia de comportamiento conflictivo de la universidad se ha transformado a lo largo de los años, pero nunca se ha disipado”, escribió Engelstad.
En el transcurso de la larga asociación de la fundación con la escuela, ha contribuido con alrededor de 43.5 millones de dólares, con una notable donación de 15 millones de dólares para la construcción del edificio principal de educación de la Escuela de Medicina Kirk Kerkorian, que se inauguró en 2022.
La universidad no recibirá otro centavo de la fundación, dijo Engelstad, con la excepción de los estudiantes actuales -100 estudiantes universitarios y 25 estudiantes de medicina- que se benefician de becas financiadas por la fundación.
“Hay bastantes otras instituciones que, si tuvieran la posibilidad de contar con donantes de nuestro tamaño, estarían muy agradecidas”, declaró Engelstad, cuyos difuntos padres Ralph y Betty crearon la fundación en 2002, al Las Vegas Review-Journal. “La gratitud no es algo que se muestre en la UNLV”.
Los programas de la UNLV pueden verse afectados
Entre los programas que perderán el apoyo financiero se encuentran las ampliaciones del edificio de la facultad de medicina que se centrarían en la salud mental, el programa de terapia familiar y psiquiatría infantil de la facultad, el programa de autismo Ackerman y el programa de cardiología pediátrica, según la carta de Engelstad,.
El punto de ruptura de esta decisión, alega Engelstad, fue cuando el equipo jurídico de la UNLV amenazó con llamar a la policía y expulsar a los representantes de los donantes del edificio médico que habían financiado. La Nevada Health and Bioscience Asset Corporation, de la que ella es miembro, es una asociación público-privada que aportó 150 millones de dólares para el campus de la facultad de medicina.
En un comunicado, el portavoz de la UNLV, Francis McCabe, dijo que las negociaciones con la corporación han sido de “buena fe”, y agradeció a la fundación su apoyo a lo largo de los años.
“Estamos decepcionados por el anuncio de la Fundación Engelstad, pero no estamos de acuerdo con la caracterización de los hechos de lo que ha sido una negociación difícil”, escribió.
De cara al futuro, Engelstad dijo que le gustaría ver a Whitfield asumir un papel más activo en la recaudación de fondos y mantener mejores relaciones con los donantes. Cuando se ha reunido con él, dijo Engelstad, no ha sido receptivo a sus preocupaciones o deseos.
“Nunca lo veo por el valle”, dijo. “Si no sale a reunirse con los donantes, ¿cómo mantiene viva la universidad?”.
