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La Arena del Orleans, fue el escenario perfecto para la presentación del combate, que más morbo había despertado en los últimos tiempos. En el cuadrilátero, se volverían a ver las caras, Melissa “La Tiburona” Hernández, y Layla McCarter, dos que se conocían de memoria, ya que se habían enfrentado en dos oportunidades anteriores, con una victoria para cada una. Ya encima del escenario, ambas pugilistas hacían ostentación de físicos muy bien trabajados, en especial Layla McCarter, quien días pasados, en entrevista exclusiva con El Tiempo, nos había compartido su infinito deseo de lograr el triunfo, y dar por terminada tanta controversia. Frente a lo que ella reconociera como una piedra en el zapato, que después de 7 años todavía le seguía molestando. La pelea se había firmado en un peso pre acordado de 138 libras, pero al subir a la báscula Melissa pesó solo 135 libras y Layla dos menos, luciendo a simple vista en mejor condición que la boricua. Cuando empezó el combate, se podía observar una neta superioridad de McCarter, que seguía fiel a su esquema pre establecido, mientras que Hernández, no reaccionaba a una neta superioridad de su rival, sin encontrar un plan B, y se veía expuesta a un constante ataque a lo largo de los 8 rounds, que según se habían pactado, durarían 2 minutos por asalto.

El filipino Manny Pacquiao luego de vencer al estadounidense Chris Algieri, no reparó en pedir la pelea frente a Floyd Mayweather Jr.