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Mujer acusada por segunda vez de robo de un reloj

Una mujer arrestada el domingo bajo sospecha de intento de robo de un costoso reloj en una habitación de un hotel del Strip debía comparecer ante el tribunal al día siguiente por un caso similar en el que se la acusaba de robar un reloj de 100 mil dólares.

Sarah Marin Richards, de 32 años y nativa de Baltimore, fue detenida el domingo a las 9 a.m. en el hotel Aria, ubicado en 3730 Las Vegas Blvd. South, donde la policía de Las Vegas la acusó de robar un reloj de lujo Rolex de 12 mil dólares a un hombre tras drogar su vino en su habitación de hotel.

Se esperaba que Richards compareciera ante el tribunal el lunes para una audiencia preliminar por un cargo de hurto mayor por el presunto robo de un reloj de pulsera Patek Philippe, valorado en 100 mil dólares, en junio, tras drogar al dueño en su habitación del hotel Encore en el Strip, informó la policía de Las Vegas.

En el caso más reciente, Richards, que ha sido arrestada en múltiples ocasiones relacionadas con prostitución, es sospechosa de hurto mayor y de administrar una droga para facilitar la comisión de un delito grave.

Alrededor de las 8 a.m. del domingo, un hombre no identificado llamó al 911 para reportar que una mujer se había llevado su reloj y otros objetos de su habitación, según un reporte de arresto del Departamento de Policía Metropolitana. Cuando los guardias de seguridad del hotel no pudieron localizar el reloj en su habitación, detuvieron a Richards.

El hombre describió a la policía cómo conoció a Richards en la planta baja del Aria y cuando ella le propuso subir a su habitación para “pasar el rato”, él aceptó, según el reporte de arresto. Bebieron algo de vino y “empezaron a abrazarse” cuando el hombre dijo que Richards le dijo que el reloj Rolex le cortaría si se lo dejaba puesto.

El hombre dijo que se quitó el reloj y lo puso debajo de la almohada. Entonces Richards siguió insistiendo en que bebiera más vino, tras lo cual el hombre se sintió cansado y “puede que se quedara un poco dormido en la cama”, dijo la policía en el reporte.

Richards le dijo que quería darse una ducha y entró en el cuarto de baño. Cuando regresó, el hombre se dio cuenta de que su reloj había desaparecido de debajo de la almohada y, cuando se lo dijo, Richards “de repente entró en pánico y quiso irse”, según el reporte del arresto.

Cuando Richards salió de la habitación y avanzó por el pasillo, el hombre la persiguió hasta los ascensores y bajó para llamar la atención de seguridad. Dijo que notó que caminaba de forma diferente, dando pasos más cortos que antes.

Mientras hablaba con los guardias de seguridad, el hombre permitió que registraran su habitación en busca del Rolex, pero no lo encontraron.

Mostró a los de seguridad los restos del vino que había bebido y mencionó que era extraño que Richards siguiera instándole a beber más. Los agentes observaron que empezaba a formarse una “sustancia pulverulenta blanca” en el fondo del vaso, que no se correspondía con el vino de una botella, informó la policía.

Richards negó repetidamente tener el reloj. Pero después de que los agentes agitaran un detector de metales hacia su zona genital, este siguió emitiendo un sonido de alarma. Finalmente, Richards accedió a quitarse el reloj de la zona genital, afirmando que “íbamos a encontrarlo de todos modos en la cárcel y no quería pasar por ese lío”, declaró la policía en el reporte del arresto.

Una agente de seguridad acompañó a Richards a un baño, donde la sospechosa se sacó el reloj. Lo metió en una bolsa de riesgo biológico y posteriormente la policía lo incautó.

Los agentes de policía también recuperaron de la habitación del hotel una cápsula de pastillas de color morado abierta en la que quedaba muy poco polvo blanco, según el reporte.

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