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Le confiesa cantinera a un juez que se vendió cocaína en un bar de Las Vegas durante décadas

Durante más de veinte años, los cantineros en el ahora clausurado Smuggle Inn, vendieron cocaína a cualquiera que la quisiera, según una carta que una le escribió a un juez de Las Vegas.

“Me contrataron en el Smuggle Inn a la edad de veintiocho años”, le escribió la cantinera Michelle Kirk, ahora de 52 años, al juez de distrito David Barker en junio. “Cuando comencé a trabajar allí, no me di cuenta de que era en realidad una bar de cocaína durante muchos años. Básicamente era la única razón por la que la gente iba allí”.

El bar, ubicado por más de 30 años en 1305 Vegas Valley Drive, cerró en marzo y ya no cuenta con una licencia de restaurante o licor, según muestran los registros del Condado de Clark.

El jueves, la Junta de Control de Juegos aprobó un acuerdo que requería que el establecimiento entregara su licencia de juego restringida. El acuerdo se produjo después de una redada de drogas por parte de la policía en diciembre que resultó en el arresto de Kirk, otro cantinero y un puñado de clientes que poseían cocaína.

Kirk se declaró culpable en enero de posesión de una sustancia controlada con la intención de venderla, según muestran los registros judiciales. Al momento de su arresto, los agentes encontraron más de dos mil 300 dólares en su bolso, así como más de 58 gramos de cocaína y cinco gramos de metanfetamina en una bolsa de banco detrás de la barra.

Un juez la sentenció en mayo a 60 días en la cárcel y cinco años de libertad condicional si completaba una evaluación de abuso de sustancias y un plan de tratamiento. Si viola su libertad condicional, podría enfrentar entre 14 y 48 meses de prisión.

“Durante el primer año de mi empleo, no participé y no quise participar debido a las consecuencias”, escribió Kirk al juez en su noveno día de cárcel, pidiéndole que la dejara salir antes. “Después de luchar por pagar mis cuentas durante más de un año, sucumbí. Solo vendí mientras trabajaba, al igual que la mayoría de los demás que laboraban allí”.

“Muy mala decisión”

El 9 de julio, el juez de distrito Jerry Wiese negó su solicitud, en la que Kirk mencionó que tenía un hijo de 13 años que no sabía nada de su “otra vía de ingresos”.

“Ni siquiera me meto en problemas en el centro de detención”, escribió, refiriéndose al Centro de Detención del Condado de Clark, donde fue encarcelada. “Soy una mujer y madre honesta, trabajadora, amante de la diversión, cariñosa, que hizo una MUY MALA DECISIÓN hace mucho tiempo”.

Kirk completó su sentencia de prisión este mes. Su abogado, Jack Buchanan, mencionó que “busca seguir adelante con su vida”.

“Es una gran persona que cometió un error y quedó atrapada en una situación difícil en su lugar de trabajo”, le expresó Buchanan al Las Vegas Review-Journal.

La mayoría de los clientes en el bar al momento de la redada, lograron que sus casos fueran desestimados después de que acordaron mantenerse fuera de problemas o acudir a reuniones de apoyo para la abstinencia de drogas.

A uno de los clientes, Gerald Rueda, le encontraron más de 24 gramos de cocaína frente a él cuando los policías entraron durante la redada, pero le confesó a los oficiales que no planeaba venderla. Rueda fue sentenciado la semana pasada a tres años de libertad condicional, y Buchanan, también su abogado, lo atribuyó a estar en el “lugar equivocado, durante el momento equivocado”.

Un caso penal contra el segundo cantinero arrestado, Alvin St. Clair, está pendiente. Una audiencia está programada para el jueves. También se emitió una orden de arresto para un tercer cantinero sin nombre, según la Junta de Control de Juegos.

A partir del viernes por la tarde, el antiguo propietario del bar, Richard DiCandilo, no enfrentaba aún cargos penales.

Dennis Gutwald, quien representó a DiCandilo ante la Junta de Control de Juegos, le reveló a los comisionados el jueves que su cliente “le dio las llaves al propietario y se alejó del negocio” hace varios meses.

DiCandilo también trató de entregar su licencia a la junta, destacó el jueves el vicefiscal general adjunto, John Michela, a los comisionados. Pero la junta se negó a aceptarla y, en cambio, exigió que la licencia se presentara a través del proceso de resolución y reclamo para que se pudiera hacer un registro público de las violaciones.

Aunque los estatutos y reglamentos estatales permiten a las autoridades disciplinar a los licenciatarios mediante multas, DiCandilo y Smuggle Inn no fueron multados.

DiCandilo y Gutwald no respondieron el viernes a las solicitudes de comentarios.

‘Eso explica mucho’

Kevin Chin, el actual propietario del terreno donde Smuggle Inn estuvo asentado durante más de tres décadas, le informó al Review-Journal el viernes que no supo de la redada de drogas en diciembre, los cargos criminales resultantes o el acuerdo de la Junta de Control de Juegos.

“Eso explica mucho”, expresó Chin, quien vive en San Francisco y es propietario del terreno y del centro comercial circundante desde 2014.

Los oficiales de LVMPD ejecutaron la redada el 26 de diciembre después de que detectives encubiertos en dos ocasiones separadas compraron cocaína a dos cantineros diferentes en Smuggle Inn a principios de ese mes, según la denuncia de la Junta de Control de Juegos y el informe de arresto de Kirk.

En marzo, DiCandilo de repente notificó a Chin que no iba a renovar su arrendamiento mensual.

“De hecho, nos comunicamos con él cuando nos avisó que cerraría el negocio y le preguntamos por qué, y no nos dio ninguna explicación”, relató Chin. “Teníamos curiosidad, como…¿por qué no vender el negocio si había tenido éxito durante tantos años?”

Cuando los oficiales en diciembre hablaron con DiCandilo sobre la redada, él les dio a conocer a los oficiales que una vez un cliente se le acercó con respecto a que había “cocaína en el bar”, pero luego indicó que el cliente se fue y no hizo caso al comentario.

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