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Abren juicio en Las Vegas para oficiales acusados de maltratar a un preso

Un par de ex oficiales del Departamento de Correccionales de Nevada se enfrentaron a un jurado el miércoles por cargos de delitos relacionados con un encuentro con un preso que no cooperó con ellos.

El Vice Fiscal General, Daniel Westmeyer, anunció a los jurados que el juicio se centró en una antigua discusión: “¿Quién vigila a los vigilantes? ¿Quién vigila a la policía?

Paul Valdez y José Navarrete enfrentan cada uno un delito grave de opresión y dos faltas graves: la inhumanidad contra un prisionero y un informe falso de un funcionario público, en relación con una confrontación en octubre de 2016 en Southern Correcional Center.

Sus abogados dijeron que seguían el protocolo de la prisión.

“Lo que hizo el oficial Valdez en esas circunstancias fue correcto”, señaló el abogado defensor Ross Goodman. “Era razonable, y usó la menor cantidad de fuerza necesaria para obtener el control del preso”.

El abogado de Navarrete, Kyle Cottner, indicó que el oficial trató de “evitar que una situación peligrosa que involucró a un recluso violento se saliera de control”.

Fuera del comedor de la prisión después del desayuno, los agentes se encontraron con Ricky Norelus, quien cumplía una condena de dos a seis años por agresión con un arma mortal, por la cual fue declarado culpable pero mentalmente enfermo en 2013.

Norelus, con un historial de escritos en la prisión, fue sacado de la fila y colocado contra una pared junto a otros presos.

Un videoclip de vigilancia que Westmeyer llamó “el incidente” duró unos segundos. Mostró a Valdez envolviendo su brazo alrededor de Norelus y golpearlo contra el suelo antes de que Navarrete se uniera para ayudar a contener al preso.

Los fiscales argumentaron que los oficiales más tarde fabricaron un informe para indicar que Norelus había retirado las manos de la pared y “se había tornado agresivo” hacia Valdez.

Pero Goodman y Cottner aseguraron que un video de vigilancia más largo, que se extendía 10 minutos antes de que Norelus fuera arrojado al suelo, mostraba al preso desobedeciendo órdenes, gritando obscenidades, sacando sus manos de un muro de la prisión y dirigiendo su codo hacia Valdez mientras los oficiales intentaban calmarse.

Navarrete había trabajado en la prisión de Indian Springs “con un registro limpio” durante ocho años antes del encuentro con Norelus, según Cottner.

Valdez, quien sirvió en la Infantería de Marina y la Fuerza Aérea, había seguido el protocolo de entrenamiento que aprendió como oficial de servicio y oficial, argumentó Goodman.

Los ex oficiales enfrentan hasta cuatro años de prisión por el cargo de delito grave y hasta un año de prisión por cada delito menor grave.

Norelus, desde que fue liberado de prisión, no sufrió ninguna lesión por el encuentro. Más tarde se rió y se burló de los oficiales, según los abogados defensores.

“Se está riendo histéricamente”, detalló Cottner. “Está disfrutando el hecho de que va a tratar de poner a estos muchachos en problemas”.

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