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El papa Francisco arremetió contra los corruptos

El papa Francisco denunció en la homilía de la misa que celebra cada mañana en la residencia de Santa Marta la “figura del cristiano corrupto”, al hablar de laicos, sacerdotes y obispos que se aprovechan de la situación y sus privilegios.

El Papa basó su homilía, publicada por Radio Vaticano, en algunas figuras del cristianismo totalmente rechazables y para ello comentó la lectura del día sobre el sacerdote Elí y sus hijos.

“El sacerdote Elí, un pobre sacerdote, débil, tibio, que dejaba hacer muchas cosas malas a sus hijos”, explicó el Papa argentino, que agregó como éste despreciaba también a los fieles.

“Cuántas veces el pueblo de Dios se siente no querido por aquellos que deben dar testimonio: por los cristianos, por los laicos cristianos, por los sacerdotes, por los obispos…”, exclamó el Papa.

Jorge Bergoglio pasó después a describir el comportamiento de los hijos de Elí que “eran sacerdotes, pero ladrones”.

“Iban detrás del poder, detrás del dinero. Explotaban a la gente, se aprovechaban de las limosnas, de los regalos” , “el Señor les castigó”, dijo el Papa.

Para el pontífice, “esta es la figura del cristiano corrupto, del laico corrupto, del sacerdote corrupto, del obispo corrupto, que se aprovecha de la situación, de su privilegio de la fe, de ser cristiano”.

“De un corazón corrupto llega la traición como la de Judas que “traiciona a Jesús”, agregó.

Además Francisco llamó a seguir el ejemplo de Jesús que acercaba a Dios a la gente y, para conseguirlo, se acercaba él mismo a la gente, a los pecadores e incluso habló de teología con la samaritana, que “no era precisamente un angelito”, publicó Notimex.

Precisó que Cristo no ofrecía una enseñanza nueva sino que era nuevo el modo de presentarla: la transparencia evangélica.

“(Ojalá no caigamos) en ser legalistas e hipócritas como los escribas y los fariseos. En no ser corruptos como los hijos de Eli. En no ser tibios como Eli, sino a ser como Jesús, con su afán por buscar a la gente, curar a la gente y amar a la gente”, deseó.

En el final de su homilía, el papa pidió que los cristianos aprendan a “no ser legalistas puros, hipócritas como los escribas y los fariseos, a no ser corruptos como los hijos de Elí y a no ser tibios como Elí”.

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