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Persiguiendo a Canelo: cómo se preparó Jermell Charlo para la mayor estrella del boxeo

Actualizado September 29, 2023 - 3:44 pm

Jermell Charlo se lo cree. Lo sabe. Lo ha visto.

Canelo Álvarez… puede ser herido.

Charlo también era un prospecto de 19 años cuando el mejor mentón del boxeo fue zumbado por el corto gancho de izquierda de José Cotto, tambaleando a Álvarez contra las cuerdas y mostrando en él la susceptibilidad que sus otros oponentes no han podido encontrar.

“Lo vi en vivo… He estado viendo a Canelo desde que salió por la puerta… Él era el tipo”, reconoció el púgil de 33 años. “Significa mucho poder tener esta oportunidad en este momento de mi vida. Poder aprovecharla significa aún más”.

Por fin, Charlo ha localizado a Álvarez, contra el que peleará el sábado en el T-Mobile Arena por el título indiscutible del peso supermedio, lo que pone fin al inevitable enfrentamiento que el orgulloso púgil de Houston imaginó por primera vez hace más de doce años.

El dúo estuvo alineado en un momento dado con Golden Boy Promotions, haciendo campaña juntos durante un tiempo en la división de peso medio junior que Charlo (35-1-1, 19 nocauts) ha conquistado desde entonces como su campeón indiscutible.

Su encuentro dentro del círculo cuadrado -producido por Premier Boxing Champions- marca el primero entre campeones indiscutibles en activo en la era de los cuatro cinturones del boxeo.

La presión pública que conlleva enfrentarse a Álvarez (59-2-2, 39 KOs) empequeñece el salto de 14 libras necesario para luchar contra él, pero Charlo ha sonreído, abandonando la fanfarronería que subrayó su emergencia como uno de los mejores boxeadores libra por libra del boxeo.

“Estoy más que preparado para pelear. Lo subo. También lo apago cuando salgo”, añadió Charlo. “Cuando subo al ring, se trata de protegerte y ser despiadado en cada momento y en cada paso de los 12 asaltos”.

Un león latente

Más visiblemente ausente esta semana que las habituales bravuconadas de Charlo es la presencia de su hermano gemelo idéntico, Jermall, quien, según se informa, fue el primero en postularse para una pelea con Álvarez antes de ceder la oportunidad en medio de varios tratos personales no revelados.

Separados por un par de minutos, unas libras y la ubicación de sus tatuajes, compartieron en su día un perfil público igualmente alborotado, atravesando juntos los peligros del boxeo profesional para obtener la gloria del campeonato mundial y su botín.

Solo Jermell, apodado “Iron Man”, está disfrutando esta semana de las luces de Las Vegas, algunas de las cuales llevan su nombre y su foto frente a la de Álvarez en marquesinas parpadeantes a lo largo de Las Vegas Boulevard.

Sin saber si Jermall asistirá a la pelea, Charlo dijo estoicamente a un grupo de reporteros en el centro de prensa del MGM Grand que “en este momento, no nos vemos cara a cara… Ahora mismo, solo no estoy en un momento o estado de ánimo para querer lidiar con los estragos que trae y todo ese tipo de cosas”.

“Pero soy un perro, y también soy un animal para mi hermano”.

Un león, si quieres ponerlo así.

El equipo promocional de Charlo se llama Lions Only Promotions y encarna algunas de las características literarias clásicas del animal: orgullo, valor y una evidente ferocidad en medio de la reunión de sus cuatro títulos de las 154 libras. Unificó la división mediante victorias por nocaut sobre los excampeones Tony Harrison, Jeison Rosario y Bryan Castano, a quien derrotó por kayo en el décimo asalto hace un año, en mayo, para completar su unificación.

Los tatuajes de su cuello -Muhammad Ali en el lado derecho y Bruce Lee en el izquierdo- enmarcan su rostro y acentúan su espíritu de lucha. Un juego de pies fluido, un jab punzante e impredecibles oleadas de potencia lo envalentonan.

Charlo tenía previsto defender su corona en enero contra el retador obligatorio de la OMB, Tim Tszyu, en el Michelob Ultra Arena. Pero una fractura en la mano izquierda en el campamento de entrenamiento provocó la cancelación del combate y reavivó su interés por un combate mucho más lucrativo con Álvarez, que se unió a él en junio con la PBC.

“Sabe boxear. Es fuerte. No tiene nada que perder”, dijo Álvarez el martes sobre Charlo durante la gran ceremonia de llegada. “Él viene en mi división de peso para venir por todo. Es un gran boxeador, pero llevo mucho tiempo en esta posición. Estoy preparado”.

Por fin, su oportunidad

Charlo también lo está. O al menos eso dice él, un debutante en la división de las 168 libras. Un debutante también en la atmósfera de megapelea que Álvarez experimentó por primera vez en 2013, cuando Floyd Mayweather lo convocó al centro de atención que desde entonces ha continuado en una década de superestrellato.

Pero la mano, dice Charlo, está curada: “No quiero ponerme excusas. Quiero entrar ahí y ser un perro”. El aumento de peso, dice, no ha sido un problema.

No ha recurrido a un nutricionista ni a un chef personal para prepararse: “Soy del Sur. Cocinamos nuestra propia comida”, bromea, arrugando la cara para adornar el punto, en lugar de disfrutar durante todo el campamento de entrenamiento de la cocina de su novia de toda la vida, Chy Westbrook.

Juntos comparten a Jermell Jr., de 2 años, que es su musa junto a su hijo de 14, Elijah, y la hija de ella, Colbie, de 11, para la que está asegurando un patrimonio generacional.

Una victoria sobre Álvarez consolidaría su superestrella, asegurando para Charlo un legado como uno de los mejores de su generación.

“Tengo que ser el no favorito y quizás a veces en mi vida, eso es lo que se necesita. Ser el no favorito para convertirse en el guerrero”, dijo Charlo. “He venido a luchar. Estas son las habilidades que he traído al mundo del boxeo y lo que he estado haciendo todos estos años. (Que) gane el mejor.

“Soy un guerrero. Vamos a pelear”.

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